El boxeo, de nuevo contra las cuerdas

Michael Bentt aguant¨® los siete asaltos pero se desmoron¨® en los vestuarios del estadio de Millwall. Bentt, de 28 a?os, campe¨®n mundial de los pesos pesados hasta ese fat¨ªdico 19 de marzo, ha necesitado dos d¨ªas de atenci¨®n m¨¦dica en el hospital Royal de Londres, su ciudad natal, para recuperarse de su colapso. A¨²n as¨ª, dif¨ªcilmente conseguir¨¢ superar los graves da?os cerebrales detectados por los m¨¦dicos tras un exhaustivo chequeo. El drama de Bentt, contemplado por millones de personas a trav¨¦s de la televisi¨®n en todo el Reino Unido, ha reavivado en el pa¨ªs la pol¨¦mica en torno a un deporte que a menudo provoca lesiones irreversibles entre quienes lo practican.El examen a que fue sometido revel¨® que Beritt padece una grave lesi¨®n cerebral originada a lo largo de su carrera como boxeador. Hace apenas un mes, en Las Vegas, hab¨ªa sufrido el primer aviso de que su salud estaba minada. Entonces, los m¨¦dicos le obligaron a abandonar el ayuno del Ramad¨¢n que estaba siguiendo -Bentt, nacionalizado norteamericano, es un devoto musulm¨¢n- y el p¨²gil se recuper¨®. Lo ocurrido el pasado s¨¢bado demuestra que el dictamen m¨¦dico era incorrecto y que Bentt ha corrido un riesgo mortal. A partir de ahora, sus d¨ªas como estrella de este deporte est¨¢n contados, si no quiere pasar a engrosar la larga lista de boxeadores a los que este despiadado deporte ha convertido en despojos humanos.

"?C¨²antos boxeadores j¨®venes m¨¢s tendr¨¢n que correr el riesgo de quedar inhabilitados f¨ªsicamente en el Reino Unido antes de que se tomen las medidas necesarias para prohibir este deporte?", se preguntaba el portavoz del Partido Liberal Dem¨®crata, Menzies Campbell, poco despu¨¦s de que la noticia fuera del dominio p¨²blico.

La imagen pat¨¦tica de Bentt, sangrando por la nariz y la boca y con una expresi¨®n perdida en los ojos, no dej¨® de impresionar ni siquiera a su adversario en el ring de Londres, el pasado s¨¢bado, el flamante campe¨®n brit¨¢nico Herbie Hide, de 22 a?os.

En 1991, otro compa?ero de Bentt, Michael Watson, sufri¨® una lesi¨®n del mismo tipo cuando disputaba otro t¨ªtulo mundial. Hoy vive atado a una silla de ruedas. Para muchos especialistas m¨¦dicos, incluido el que trat¨® a Watson, el doctor Peter Hamlyn, lo que est¨¢ fuera de dudas es que la actual competici¨®n no est¨¢ sujeta a los controles de seguridad necesarios. En su opini¨®n, los boxeadores que quedan tumbados en un combate deber¨ªan ser sometidos a un ex¨¢men con esc¨¢ner durante una hora despu¨¦s de la pelea. Otros, como el entrenador de Hide, piensan que la ¨²nica garant¨ªa real es retirarse a tiempo.