Grave cuesti¨®n para los heterosexuales
El se?or alcalde de Vitoria ha resuelto registrar contubernios y amor¨ªos en detrimento de los se?ores jueces de paz, que ven as¨ª mermada su clientela. Grave cuesti¨®n se les plantea en lo sucesivo a las parejas -heterosexuales- que habr¨¢n de sopesar si inscribirse en el Registro Civil o en el Municipal, una vez desechada la posibilidad de pasar por la vicar¨ªa.Es de sobra conocida la voracidad del Estado en su af¨¢n de regularlo todo. Tan insaciable como para empe?arse en integrar en su seno a quienes voluntariamente se autoexcluyen de la vida jur¨ªdica. ?Y no es una paradoja la pretensi¨®n de dar tratamiento legal (o sea, de derecho) a las relaciones de hecho?
Uno ya no puede ni siquiera ser un acrat¨®n recalcitrante que abomine del aparato estatal y de sus instituciones. Bien entendido que ello no deb¨ªa ser impedimento para reclamar una pensi¨®n de la Seguridad Social, recurriendo en todas las instancias contra una eventual denegaci¨®n, o para preguntarle a un guardia de la porra por el estanco m¨¢s cercano.
?Faltar¨ªa m¨¢s! Pero por donde uno no pasaba era por el expediente de marras y por la inscripci¨®n en el dichoso registro. A ver c¨®mo se compadece eso con la acracia militante, c¨®mo casa -con perd¨®n- con el anarquismo cotidiano y vital.
Probar la existencia de una cohabitaci¨®n no parece el problema, sino la equiparaci¨®n de derechos y -suponemos- de obligaciones. ?Se habr¨¢n de abonar, entre s¨ª, pensiones los integrantes de la "pareja de hecho" en caso de ruptura?
A lo mejor, la homologaci¨®n de ambos tipos de uni¨®n responde a la anunciada intenci¨®n del Gobierno de suprimir pensiones de viudedad: todos conocemos casos de parejas que conviven sin casarse con el fin de conservar la pensi¨®n que uno de ellos -mayomente ellas- viene percibiendo.
A lo mejor estamos ante una "objeci¨®n de conveniencia", pero con la inscripci¨®n en el registro me temo que se les acab¨® lo que se daba. Si al tiempo se da soluci¨®n legal a situaciones como la enjuiciada por el Constitucional, a lo mejor se va lo comido por lo servido.
En realidad, no s¨¦ si todo esto no es m¨¢s que una finta dial¨¦ctica para eludir el verdadero debate: c¨®mo hacer efectiva la recomendaci¨®n del Parlamento Europeo sobre la igualdad de derechos de las parejas homosexuales.-
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