La m¨¢quina de matar duerme, pero engrasada
Ya s¨®lo quedan la l¨ªneas excavadas de trincheras en perfecto estado de uso para que en cualquier momento todo vuelva a empezar. Ahora no hay tiros en Potoci, un pueblo a muy pocos kil¨®metros al norte de Mostar donde hasta hace unos d¨ªas croatas y musulmanes se miraban de frente con sus armas a apenas 15 metros de distancia los unos de los otros. En medio de ambas l¨ªneas queda la carretera M-17, por la que hasta hace poco los blindados espa?oles pasaban cerrados a cal y canto por miedo al fuego cruzado. Ahora los soldados de la Agrupaci¨®n Madrid van como en descapotable con el casco azul al viento.Potoci era un pu?ado de casas camino de Jablanica, un pueblo de nada con cuatro vacas y varias naves industriales encajonadas entre monta?as. Ahora s¨®lo quedan las vacas. Todo lo dem¨¢s ha sido concienzudamente bombardeado y reducido a escombros.
En este enclave que domina la carretera que une Mostar y Sarajevo, v¨ªa Jablanica, se libraron cruentos combates para mantener el control de la ruta, combates que dejaron de tener sentido cuando, un poco m¨¢s al norte, fue volado el puente de Bijela, que daba continuidad a la carretera por encima del Neretva.
Las acometidas de los combatientes han dejado la l¨ªnea del frente como un diente de sierra. Veinte metros son bosnios, 20 croatas, y as¨ª sucesivamente hasta el puente. Las banderas de la Armija (Ej¨¦rcito bosnio, de mayor¨ªa musulmana) se suceden despu¨¦s de las del HVO (Consejo de Defensa Croata), y a cada lado, profundas trincheras, nidos de ametralladoras y pozos de tiradores. En algunas de ellas hay soldados que saludan con el kal¨¢shnikov omnipresente. "Por ahora no se han vuelto a disparar, e incluso se hablan de lado a lado y se pasan botellas de rakia [aguardiente local]", admiten los militares espa?oles en Bosnia. Pero toda la infraestructura para matar est¨¢ lista para volver a ser usada. Todo lo contrario que la infraestructura civil, que no existe, ha sido sepultada a ca?onazos o convertida en cementerios.Turistas blindados
Las patrullas de blindados espa?oles pasan ahora por ambas l¨ªneas como si nada y van comentando cosas como "mira qu¨¦ agujeros tiene esa casa" o "aqu¨ª se zurraron de lo lindo". Parece que la guerra en Potoci es lejana y apenas lleva en letargo un mes, pero los cascos azules no pasan por esta carretera entre dos frentes por gusto ni dejan de tomar precauciones. Chaleco antibalas y casco los llevan siempre, y no se salen un mil¨ªmetro de la calzada. "Fuera del asfalto, en los caminos laterales, hay minas", comentan.
Van hasta el destacamento de Bijela, que da protecci¨®n al transbordador, gobernado por cascos azules eslovacos, que salva el Neretva a falta del dinamitado puente. Una barcaza de pontones empujada por lanchas que salvan en 25 minutos el kil¨®metro de r¨ªo que antes se cubr¨ªa en cinco minutos por carretera.
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