"Desde aqu¨ª machacaban Mostar"
'Cascos azules' espa?oles controlan el alto el fuego en la capital de Herzegovina desde posiciones de la artiller¨ªa croata
ENVIADO ESPECIAL"Desde aqu¨ª machacaban Mostar a placer". Un soldado espa?ol se?ala la ciudad desde la misma fortificaci¨®n desde la que hace un mes los croatas de Mostar bombardeaban a sus vecinos musulmanes. La bandera de la ONU ondea ahora en este puesto, donde a¨²n permanecen cientos de casquillos de todos los calibres como recuerdo de la matanza. Es el monte Hum, un promontorio de 436 metros de altura desde el que se domina esta ciudad de apenas seis siglos de historia.
Tres soldados del Consejo de Defensa Croata (HVO) se sientan con el Kal¨¢shnikov., entre las piernas alrededor de la hoguera de los soldados espa?oles. Hasta hace poco ¨¦se era su puesto de combate. Ten¨ªan un observatorio privilegiado. Esta colina de unos dos kil¨®metros de extensi¨®n domina la ciudad desde el aeropuerto hasta el campo de f¨²tbol. Abajo estaba el enemigo de ahora. Frente a ellos ten¨ªan al antiguo. Estaban las posiciones de los serbios enclavadas justo en las colinas del otro lado del r¨ªo Neretva y ahora supuestamente abandonadas por sus combatientes. "Desde all¨ª los serbios tienen el conflicto en. sus manos y creemos que algunas explosiones de estos ¨²ltimos d¨ªas han venido de all¨ª", afirma un mando de los cascos azules espa?oles.
Bombas con nombre
Las posiciones del monte Hum permit¨ªan ver a los croatas inmediatamente el da?o de sus disparos. No mandaban bombas an¨®nimas a enemigos sin rostro. "Desde aqu¨ª ve¨ªan a qu¨¦, a d¨®nde y a qui¨¦n disparaban, y comprobaban en el acto el da?o causado", seg¨²n un capit¨¢n espa?ol. Es m¨¢s, para mejorar la eficacia usaban "armas de tiro tenso", apenas sin curva bal¨ªstica, para asegurarse de que su objetivo dejaba de serlo. A lo largo de este monte hab¨ªan instalado ca?ones antia¨¦reos, morteros, ca?ones sin retroceso y francotiradores para batir todo el barrio musulm¨¢n, que queda a sus pies.Ahora ya se han ido quienes disparaban. No hay armas pesadas. Pero abajo han quedado los muertos, y arriba, las vainas vac¨ªas de las balas y un tanque reventado de un ca?onazo y con las cadenas mustias. Con los restos de este punto de combate los soldados espa?oles han montado sus tiendas de campa?a en el observatorio, que sujetan al suelo con granadas de mortero inservibles.
Los cascos azules espa?oles han montado en el Hum dos observatorios, desde los que pueden comprobar casi a la perfecci¨®n el origen de las posibles violaciones del alto el fuego. Pero la eficacia del observatorio para delimitar la procedencia de los disparos es limitada. Se ve d¨®nde cae la granada, pero es dif¨ªcil se?alar con precisi¨®n el origen. "Si cae en un lado viene del otro", se?ala uno de los miembros del observatorio. "Hoy [por el mi¨¦rcoles] no ha habido ninguna violaci¨®n", admite un cabo con los prism¨¢ticos al cuello. La misi¨®n de estos observadores es comprobar las violaciones y comunicarlas inmediatamente a sus superiores para que transmitan estas denuncias a las comisiones formadas por croatas y musulmanes que supervisan el cumplimiento de los acuerdos de paz.
Desolaci¨®n y ruinas
El capit¨¢n Javier Rodr¨ªguez se?ala desde arriba, como si la ciudad fuera un mapa por d¨®nde discurre la l¨ªnea de enfrentamiento viva. "?Ves esas minas en el puente Hasana? Pues la l¨ªnea cruza por ah¨ª el r¨ªo Neretva, donde los musulmanes han cogido un trozo del oeste de Mostar. El frente sube por esa carretera con trincheras hasta el bulevar del barrio de Cernica y cruza otra vez el r¨ªo por el puente Karinski", apunta.Y se ve que es cierto, que es el frente. No hay un alma, ni humo ni disparos. S¨ª hay desolaci¨®n, cenizas y ruinas. Lo que era la avenida de la Revoluci¨®n, tan ancha como la calle de Serrano, de Madrid, es el frente donde el tiro va de casa a casa y, en mitad de toda la calle, la Casa de la Cultura, por sortilegio no demasiado da?ada.
Y el capit¨¢n Rodr¨ªguez sigue con su puntero. "Aquellas naves industriales son la c¨¢rcel de Rodoc, donde quedan prisioneros musulmanes, y si sigues con la vista de frente ver¨¢s las pistas del aeropuerto totalmente inservibles porque las dinamitaron a conciencia". Despu¨¦s se detiene sobre un tri¨¢ngulo arbolado para se?alar la que se est¨¢ convirtiendo en la gran base de los espa?oles en la ciudad de Mostar: un concesionario de Volkswagen ro¨ªdo a disparos en medio de lo que es la l¨ªnea de frente, ahora apagada.
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