Costa entrega a Italia la ventaja de Bruquera
Sergi Bruguera, de 23 a?os, pas¨® por el Club de Campo de Madrid como una exhalaci¨®n e hizo olvidar que se estaba disputan do una eliminatoria de Copa Davis. Su vic toria sobre el italiano Andrea Gaudenzi, 65? del mundo, por 6-3, 7-5 y 6-1, en dos horas y 17 minutos, borr¨® de un plumazo los fantasmas hist¨®ricos del equipo espa?ol. Sin embargo, Carlos Costa, 22? del mundo, se reencontr¨® con ellos y dej¨® la eliminatoria empatada a un punto. Costa perdi¨® con Stefano Pescosolido (59?) por 4-6, 4-6, 6-1, 6-4 y 6-2. Hoy, el punto del doble (15.00, La 2) puede resultar decisivo.
El equipo espa?ol de Copa Davis sigue debati¨¦ndose entre el ser y el no ser, entre el llegar o quedarse, entre ganar la Ensaladera o perder en primera ronda. Las ¨²ltimas experiencias ofrecen m¨¢s de lo ¨²ltimo que de lo primero. Y ayer en Madrid se vivi¨® un nuevo cap¨ªtulo contradictorio.Bruguera constat¨® que en un a?o han cambiado muchas cosas para ¨¦l. Sin embargo, Carlos Costa se reencontr¨® con los fantasmas del pasado e impidi¨® vivir una jornada de tranquilidad en la Copa Davis. Ese sue?o parece imposible. Se alcanz¨® por ¨²ltima vez en Corea, a finales del a?o pasado, cuando este mismo equipo derrot¨® con meridiana claridad a unos jugadores que ni siquiera pisa ban el circuito.
Con Bruguera y Carlos Costa, Espa?a tiene uno de los equipos m¨¢s potentes del mundo. No hay muchos que pue dan alardear de tener a uno de los cinco primeros y otro metido habitualmente entre los 20 mejores del mundo. Pero eso no es suficiente. Lo demuestran sus resultados.
Ayer, Bruguera asumi¨® su condici¨®n de n¨²mero uno. Reivindic¨® su nueva imagen de triunfador y nunca baj¨® la cabeza. Jugar Copa Davis nunca ha sido f¨¢cil para ¨¦l. Lo de muestra el hecho de que ha ganado s¨®lamente seis encuentros de los 13 que lleva disputados. Ayer, adem¨¢s, deb¨ªa responder a las expectativas que sus resultados en el circuito hab¨ªan creado. No era f¨¢cil, a pesar de que frente a ¨¦l estaba un jugador como Gaudenzi, con claras limitaciones y de calidad muy inferior.
En los ¨²ltimos 12 meses, Bruguera pas¨® de ser una promesa a convertirse en una realidad. Gan¨® su primer Grand Slam, en Roland Garros. Entr¨® en el restringido grupo de los cinco primeros mundiales. Estableci¨® su dictadura sobre la tierra batida. Y se convirti¨® en indiscutible n¨²mero uno del tenis espa?ol.
Y, adem¨¢s, asumi¨® todo eso. Ni siquiera todas las connotaciones propias de la Copa Davis consiguieron ayer atenazar su brazo. Bruguera realiz¨® tres dejadas propias de un gran jugador, super¨® las subidas a la red de su rival con reveses y drives ajustados a las l¨ªneas laterales, jug¨® con profundidad y altern¨® las bolas r¨¢pidas y pesadas, con otras liftadas y altas.
Gan¨® la primera manga en 33 minutos rompiendo una sola vez el servicio del italiano. Y vio como se le complicaba el partido en la segunda, donde siempre fue a remolque del saque de Gaudenzi hasta que se lo rompi¨® (63). Era evidente que estaba en un baj¨®n. Sin embargo, ni siquiera en estas circunstancias se rindi¨®.
Bruguera concluy¨® su triunfo con una aut¨¦ntica exhibici¨®n. El 6-1 de la manga que cerraba su encuentro demostr¨® que cuando la presi¨®n desaparece surge la calidad.
Sin embargo, un n¨²mero uno no es suficiente si, como en el caso de Sergi, no es un gran doblista. Por el momento, Costa, un jugador de una calidad excepcional, no encuentra la mentalizaci¨®n necesaria para adecuar su rendimiento a sus posibilidades. Ayer ofreci¨® una nueva muestra de ello. Perdi¨® frente a Pescosolido, tras haberle dominado en las dos primeras mangas. Costa se hundi¨® y eso permiti¨® al italiano encontrar unos golpes in¨¦ditos hasta entonces.
Hoy, en el doble, Costa o Bruguera y Carbonell se enfrentar¨¢n a Diego Nargiso y Paolo Can¨¦. El punto ha adquirido trascendencia. Pero no tanta como la que pueden tener los dos ¨²ltimos individuales.
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