Los nuevos socios de Tibigardens topan con la 'caja ¨²nica' de Javier de la Rosa
Las negociaciones para desplazar a Javier de la Rosa de Tibigardens est¨¢n tropezando con un una dificultad que ninguno de los posibles nuevos socios -La Caixa, Fecsa y el grupo Pearson hab¨ªa imaginado. De la Rosa gestiona las empresas de las que es accionista de acuerdo con el principio de la caja ¨²nica, centralizando los recursos y emple¨¢ndolos en funci¨®n de sus propios intereses y sin contar con los dem¨¢s socios.
La caja ¨²nica de De la Rosa le permite centralizar los recursos de todas las empresas de su ¨®rbita, sean o no de su exclusiva propiedad, y emplearlos para salvar sus proyectos m¨¢s comprometidos o simplemente para que ninguno de sus socios sepa cu¨¢l es el valor de sus inversiones.La Caixa, Pearson, Busch y Fecsa, descubrieron la pasada semana que la siempre activa caja ¨²nica de De la Rosa funcionaba a pleno rendimiento en Tibigardens. De la tesorer¨ªa de la empresa hab¨ªan desaparecido 1.000 millones de pesetas y en su lugar el financiero hab¨ªa dejado pagar¨¦s de otras empresas relacionadas con ¨¦l. Es decir, papeles a cambio de dinero. Anheuser Busch mantiene en la nevera la posibilidad de presentar una demanda ante los tribunales contra De la Rosa y sus colaboradores.
Josep Vilarasau, director general de La Caixa, se ha visto obligado a entregar, en nombre de todas las empresas que negocian su entrada en el parque, un documento al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en el que se exige que De la Rosa no pueda tocar la caja de Tibigardens (ver EL PA?S de ayer).
En Grand Tibidabo, su sociedad m¨¢s importante, Javier de la Rosa, ha aplicado a rajatabla su caja ¨²nica. En la pr¨¢ctica, esto ha implicado que esa sociedad, que es la que ten¨ªa el dinero, ha pagado las necesidades del financiero.
Gestionar una compa?¨ªa con una caja ¨²nica reporta sustanciosos beneficios al gestor pero tiene un enorme coste para los dem¨¢s accionistas, en este caso 9.000 inversores.
En abril de 1991, Javier de la Rosa adquiri¨® el 30% de Consorcio Nacional del Leasing. Su entrada, que el Banco de Espa?a acept¨® como mal menor, deber¨ªa haber servido para salvar la crisis de la empresa de leasing, que se reconvirti¨® en una sociedad de inversiones, Corporaci¨®n CNL, con una liquidez de 30.000 millones producto de la primera decisi¨®n estrat¨¦gica de De la Rosa: la venta de la cartera de leasing a Hispamer, en junio de 1991.
Sin embargo, estos 30.000 millones se han invertido en operaciones que casi siempre respond¨ªan a las opacas motivaciones del financiero: parque Busch, Cl¨ªnica New Teknon, Prima, Banisa. Sus principales operaciones, aparte del fiasco de Torras-KIO, han sido:
Tibidabo. En noviembre de 1991, CNL, adquiere a Quail por 3.600 millones el 30% de Tibidabo, una sociedad de ocio propiedad de. De la Rosa. Quail obtuvo unos beneficios de 1.300 millones en esa operaci¨®n.
Tibigardens. A finales de 1991, De la Rosa acepta salvar lo que entonces se conoce como Parque Busch y en la actualidad cono Tibigardens: el parque tem¨¢tico que la Generalitat patrocina en Tarragona, y que corr¨ªa el peligro de naufragar por las reticencias del hasta entonces accionista mayoritario, la norteamericana Anheuser Busch. De la Rosa concibe una complicada operaci¨®n de ingenier¨ªa financiera que se salda con la fusi¨®n de Tibidabo y Corportaci¨®n CNL, en abril de 1992, para formar Grand Tibidabo. Al final de este viaje, los peque?os accionistas de la antigua CNL aportan 2.000 millones para la adquisici¨®n del parque tem¨¢tico, aunque en el momento de la fusi¨®n se les hace creer que esta inversi¨®n ha corrido a cargo de Tibidabo. Al final la inversi¨®n en el capital del parque alcanza los 6.000 millones.
Inmuebles de Prima. Grand Tibidabo prest¨® a la inmobiliaria Prima 8.000 millones durante 1992, a pesar de la crisis que en ese momento atravesaba Prima y que se acentu¨® con la suspensi¨®n de pagos del Grupo Torras. Grand Tibidabo permut¨® estos cr¨¦ditos por diversas propiedades inmobiliarias, entre ellas una gran urbanizaci¨®n llamada Guadalmina (M¨¢laga) y unas naves industriales en Coslada (Madrid).
Bamsa, Quail y CAI. Grand Tibidabo invirti¨® 3.000 millones de pesetas en la compra de la sociedad Bamsa, controlada por el financiero y prest¨® m¨¢s de 2.000 millones a Corporaci¨®n Alimentaria Ib¨¦rica (CAI), realacionada con su abogado y socio Juan Piqu¨¦ Vidal, y actualmente en quiebra judicial.
Teknon. De la Rosa se autoprest¨® 5.000 millones a Quail, la tradicional sociedad de inversiones del financiero, y que depende de una Fundaci¨®n "sin ¨¢nimo de lucro". Ahora, ha cancelado esta deuda a cambio del 50% de la cl¨ªnica Teknon, propiedad de Quail, y cuyas necesidades financieras a corto plazo superan los 1.000 millones.
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