Lo principal y los detalles
Esta columna es para tranquilizar a los lectores de las p¨¢ginas de informaci¨®n cient¨ªfica de los diarios. La raz¨®n no es otra que la abundancia de titulares estremecedores, dando cuenta de descubrimientos que, cada lunes y cada martes, vienen a poner en cuesti¨®n las teor¨ªas establecidas. Parece como si, cotidianamente, se estuviera realizando popperianos experimentos cruciales y refutando teor¨ªas verificadas una y otra vez y aceptadas por multitud de cient¨ªficos.Normalmente la cosa no pasa de ah¨ª y, al poco tiempo, nuevos sensacionales descubrimientos parecen venir a poner en cuesti¨®n esas mismas teor¨ªas que, contrariamente a lo que podr¨ªa pensarse, siguen en vigor. La verdad es que muchos, incluso entre los supuestamente mejor informados, tienden a creer que los conocimientos cient¨ªficos que hoy se adquieren, ma?ana pueden sustituirse por otros contradictorios con los precedentes. Pero la realidad de la ciencia y de sus avances siguen pautas bien distintas, siendo mucho m¨¢s dif¨ªcil de lo que parece refutar una teor¨ªa con un notable bagaje de explicaciones y predicciones a sus espaldas. Y a¨²n cuando se vean superadas por otras m¨¢s perfectas, en lo que a explicar fen¨®menos nuevos se refiere, siguen siendo v¨¢lidas en un dominio de aplicaciones bien definido. Incluso los ordenadores de la NASA, cuando calculan las complej¨ªsimas trayectorias de las sondas espaciales, no utilizan m¨¢s ecuaciones que las de la mec¨¢nica de Newton, con tres siglos de vigencia y habiendo sido sustituida por la relatividad, para fen¨®menos en que aparecen velocidades pr¨®ximas a la de la luz, y por la f¨ªsica cu¨¢ntica, para el mundo subat¨®mico.
Lo que ocurre las m¨¢s de las veces es que se confunde lo principal, el esquema te¨®rico b¨¢sico, con los detalles de su aplicaci¨®n. Cualquier cient¨ªfico se tentar¨ªa la ropa antes de aceptar que la ley de la gravitaci¨®n cl¨¢sica est¨¢ en peligro porque, por ejemplo, se detecten aparentes inconsistencias en el movimiento de un cometa. En principio, tender¨¢ a achacarlo a que no se han tenido en cuenta todas las interacciones relevantes al caso y, hasta el d¨ªa de hoy, eso es lo que siempre ocurre.
Dos son, empero, las teor¨ªas que parecen estar en permanente refutaci¨®n, a juzgar por lo que se lee. El modelo standard de universo en expansi¨®n, m¨¢s conocido como el big bang y la teor¨ªa de la evoluci¨®n natural. En los dos casos, la evidencia emp¨ªrica que los sostiene es enorme, pero los detalles de la historia del universo y de la historia de los seres vivos sobre la Tierra, est¨¢n muy lejos de haber sido determinados
Con precisi¨®n. As¨ª, es frecuente que datos experimentales nuevos no cuadren con el detalle de esas historias, a las que se ha ido llegando, dentro del marco te¨®rico en vigor, con ayuda de los datos disponibles en cada momento.
Esas contradicciones dan lugar a nuevas elaboraciones que, cada vez, van siendo m¨¢s fiables, pero que est¨¢n siempre sujetas a la prueba de nuevos hallazgos. Pero lo normal no es que pongan en entredicho la teor¨ªa, en cuyo contexto, por otra parte, se inscriben. No es imposible, aunque es raro, y en todo caso menos frecuente de lo sugerido por los titulares period¨ªsticos, que la teor¨ªa general misma deba ser revisada, y cuando ello ocurre, se sigue el esquema descrito de ampliaciones sucesivas.
No quiero decir que los detalles no sean importantes; pueden ser, de hecho, el campo de investigaci¨®n de una comunidad numerosa de cient¨ªficos; y dilucidarlos puede ser el objeto de la entera vida de muchos de ellos. En la mayor parte de los casos son, justamente, los propios cient¨ªficos quienes exageran ante los periodistas el alcance de sus trabajos, en busca de reconocimiento o de mejorar sus perspectivas de obtener fondos para investigar, siempre tan escasos. Lo que digo es que eso no implica que se est¨¦n revisando permanentemente las bases mismas de nuestro conocimiento del mundo natural. H¨¢ganme caso, no se sobresalten, e intenten distinguir lo principal de los detalles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.