Un apuesto padre de familia

Todo era silencio ayer en la urbanizaci¨®n de Las Rozas, donde resid¨ªa Javier Castro Gonz¨¢lez, el economista vasco de 48 a?os asesinado en la puerta del Gran Bazar de Estambul. El piso que compr¨® hace 14 a?os permanec¨ªa cerrado a cal y canto. La familia no estaba. Su mujer, Mercedes Mart¨ªn, -tambi¨¦n economista- y sus tres hijos, de edades comprendidas entre los 13 y los tres a?os, pasaban la Semana Santa en Le¨®n. En esta ocasi¨®n, Mercedes no hab¨ªa acompa?ado a su marido a la ciudad turca, donde Castro Gonz¨¢lez, empleado en la Empresa Nacional Santa B¨¢rbara, viajaba por motivos de trabajo."Es horrible, era una familia tan unida. El era un padrazo, siempre pendiente de los ni?os", dec¨ªa ayer un vecino de un bloque pr¨®ximo del fallecido. Los finies de semana era habitual, seg¨²n los que le conoc¨ªan, ver a Castro Gonz¨¢lez jugando y paseando por los alrededores con la familia.

Ayer por la tarde, nad¨ªe paseaba por el conjunto residencial Balsain. Los vecinos no abr¨ªan el portal a ning¨²n desconocido. "Es que ya han venido hasta los de televisi¨®n. Y enti¨¦ndanos. Adem¨¢s todav¨ªa no est¨¢ confirmada su muerte", dec¨ªa un inquilino. "Ten¨ªa muy buena pinta, era muy apuesto. Le conoc¨ªa s¨®lo de vista". As¨ª lo recuerda la vecina del tercero.

Castro Gonz¨¢lez no pasaba desapercibido entre las f¨¦minas de la urbanizaci¨®n. "Era muy atractivo, alto, moreno, muy educado, siempre saludaba", cuenta Ayana, una joven de 15 a?os.