Crisis pol¨ªtica en Jap¨®n

La pol¨ªtica de manos limpias a la japonesa tiene l¨ªmites, y la repentina dimisi¨®n del primer ministro, Morihiro Hosokawa, es la demostraci¨®n vergonzante de la misma. Hace que afloren dudas sobre la realidad de las reformas de la vida p¨²blica, de las que era uno de los defensores. Dentro del equipo en el poder o de los que maniobran entre bastidores, Hosokawa parec¨ªa el menos susceptible a dejarse llevar por un esc¨¢ndalo. Ahora bien, precisamente ¨¦l es el que ha ca¨ªdo en uno de los obst¨¢culos que pretend¨ªa derribar: la servidumbre de la pol¨ªtica al dinero. (...) La ca¨ªda de Hosokawa incita a reflexionar sobre la naturaleza de las reformas niponas. No se duda de que sean necesarias; tampoco se duda de que se debe iniciar la recomposici¨®n del paisaje pol¨ªtico tras la p¨¦rdida de la mayor¨ªa por el PLD en julio. Jap¨®n se orienta laboriosamente hacia un bipartidismo con una fuerza m¨¢s liberal que la otra, pero manteni¨¦ndose ambas en la esfera conservadora. (...)Jap¨®n se arriesga a tener un periodo de agitaci¨®n pol¨ªtica. Imagen que no sirve para enderezar el prestigio en el extranjero de un pa¨ªs acusado de sustraerse a sus responsabilidades. Ahora bien, esta nueva crisis se produce en un momento en que Tokio se arriesga a tomar decisiones importantes. Adem¨¢s de la guerra comercial con EE UU, la tensi¨®n en la pen¨ªnsula coreana exige de Jap¨®n una firmeza para la que puede no estar capacitado actualmente.

, 9 de abril