"Hab¨ªa una gran animosidad contra mi padre"
El libro del premio Nobel (1957) franc¨¦s ha permanecido in¨¦dito hasta ahora por dos razones que explica la hija de autor, hoy responsable de la edici¨®n de los textos paternos Catherine Camus: "Por un lado se ha dudado hasta hace dos anos porque se trata de un texto inacabado, de la primera redacci¨®n de un manuscrito, y sus imperfecciones pod¨ªan servir de arma a aquellos que aseguraban que se trataba de un autor acabado, y por otro lado porque en el ambiente intelectual franc¨¦s exist¨ªa hasta los a?os 80 una gran animosidad contra mi padre".
Pregunta. Esa animosidad ?ten¨ªa nombres, tendencias y razones precisas?
Respuesta. No soy una intelectual ni una historiadora para responder con exactitud, pero la d¨¦cada de los 80 ha puesto en crisis las ideolog¨ªas. Camus dec¨ªa que la ideolog¨ªa tiene que estar al servicio del hombre y no al rev¨¦s. El hundimiento del comunismo le ha dado la raz¨®n aunque a ¨¦l eso no le importaba, porque no cre¨ªa que la historia pudiese servir de criterio absoluto des de el cual juzgar.
P. La decisi¨®n de aplazamiento de la publicaci¨®n de Le premier homme fue tomada...
R. ...primero por mi madre, que dej¨® leer el manuscrito a varios amigos que la ratificaron en su decisi¨®n. Luego, a partir de 1979, la responsabilidad fue m¨ªa.
P. El libro proyectado iba a cubrir un periodo hist¨®rico largo y conflictivo.
R. Camus pensaba en una gran novela sobre Argelia. Es muy probable que su forma hubiese sido otra, que no empezase en 1913, con su nacimiento, sino antes, en el siglo pasado, cuando inician la colonizaci¨®n franceses rechazados por su pa¨ªs, que les acusaba de haber participado en la Comuna. Leyendo las notas uno puede hacerse una idea de lo que ¨¦l ten¨ªa en la cabeza. Mientras escrib¨ªa, manejaba datos referidos a la ocupaci¨®n alemana y la resistencia, al terremoto de Orleansville (1954) o a la guerra de Argelia. Camus quer¨ªa hablar de esa guerra.
P. El mantuvo un silencio de dos a?os al respecto.
R. Pero antes hab¨ªa escrito en la prensa sus cr¨®nicas argelinas, y en los peri¨®dicos defendi¨® los derechos de los ¨¢rabes y abandon¨® el PCF precisamente porque los comunistas no aceptaban la igualdad de derechos entre ¨¢rabes y franceses. Es m¨¢s, en 1956, amenazado de muerte por los pieds noirs, di¨® una conferencia en la casbah de Argel, en una sala que, sin ¨¦l saberlo, estaba protegida por el FLN, y sus palabras fueron para pedir una tregua civil. Si luego no quiso continuar hablando de la guerra es porque no deseaba que se le utilizase. No estaba de acuerdo ni con el FLN, ni con la OAS, ni con la posici¨®n de los intelectuales comprometidos. El defend¨ªa una federaci¨®n entre las dos comunidades, pero cuando la violencia se impone como lenguaje, entonces pasan a mandar los peores, los asesinos de los dos bandos.
P. Al leer por primera vez Le premier homme, ?ha reconocido usted a su padre, ha descubierto detalles nuevos de su historia o su personalidad?
R. Es evidente que hay an¨¦cdotas que desconoc¨ªa pero he reencontrado plenamente a mi padre. Es m¨¢s, es muy posible que el libro, una vez acabado, hubiese perdido su car¨¢cter autobiogr¨¢fico para ser m¨¢s novelesco. Camus era muy p¨²dico y se habr¨ªa ocultado tras la ficci¨®n. En Le premier homme es emocionante, es como si sintieses su pulso, como si asistieses a ese momento en que la escultura empieza a separarse del bloque de piedra.
P. Usted, al hablar, diferencia entre Camus y su padre.
R. Ser hija de un personaje c¨¦lebre no es f¨¢cil porque todo el mundo se cree con derecho a apoderarse de ¨¦l. Yo deseo guardar para m¨ª esa parte de pap¨¢ que los dem¨¢s no conocen, ser hija de mi padre y no de Albert Camus, de la figura de la que todos tienen una imagen hecha que intentan imponerte. El muri¨® cuando yo ten¨ªa trece a?os y es complicado vivir la adolescencia que yo tuve. Por ejemplo, durante cinco a?os no quise saber nada de lo que ocurr¨ªa en Argelia, no soportaba que me hablasen de la guerra o del pa¨ªs. No he vuelto all¨ª desde 1960. Antes iba cada verano y hubo un a?o en el que pas¨¦ en Or¨¢n todo el periodo escolar.
P. Las biograf¨ªas de Brisville o de Lottman sobre su padre ?tendr¨¢n que ser modificadas despu¨¦s de la publicaci¨®n de Le premier homme?
R. No las he le¨ªdo, pero la de Lottman, que he ojeado, no responde a su fama de biograf¨ªa cient¨ªfica a la anglosajona. Por ejemplo, Pascale Pia aparece diciendo cosas que nunca pronunci¨® y cuando le pidi¨® explicaciones a Lottman, ¨¦ste se limit¨® a decir que se trataba de una licencia po¨¦tica. De m¨ª cuenta una an¨¦cdota que es falsa: asegura que mi padre, antes de emprender el viaje en el que iba a morir, me encerr¨® en un cofre. Eso no s¨®lo no lo hizo, sino que nunca se le habr¨ªa ocurrido, m¨¢xime cuando era una persona que padec¨ªa claustrofobia y que sab¨ªa que su hija ten¨ªa el mismo problema.
Una novela de reconciliaci¨®n y amor
En Le premier homme, en las notas del autor, se leen las siguientes palabras sobre esa madre de origen espa?ol: "Quiero escribir aqu¨ª la historia de una pareja unida por la misma sangre y todas las diferencias. Ella parecida a lo que la tierra nos aporta de mejor y ¨¦l tranquilamente monstruoso. ?l zambullido en todas las locuras de nuestra historia; ella atravesando la misma historia como si fuese la de todas las ¨¦pocas. Ella silenciosa casi siempre y disponiendo apenas de unas pocas palabras para expresarse; ¨¦l hablando sin cesar e incapaz de encontrar entre los miles de palabras lo que ella pod¨ªa decir con uno solo de sus silencios".El maestro, Germain o Bernard, nombre real o de ficci¨®n, es el segundo gran personaje del libro y en las notas se nos transcribe la carta que le env¨ªa Albert Camus despu¨¦s de la concesi¨®n del premio Nobel, agradeci¨¦ndole sus ense?anzas. La respuesta de Germain es el mejor elogio que puede ha cerse del sistema educativo republicano y laico, capaz de generar una relaci¨®n tan rica entre maestro y alumno. Y monsieur Germain se refiere tambi¨¦n a la madre di ciendo que "tu placer de es tar en clase era evidente. Tu rostro trasluc¨ªa optimismo. Vi¨¦ndote estudiar nunca sospech¨¦ cual era la verdadera situaci¨®n de tu familia".
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