El 'robo' de las pensiones

Por favor, usted puede ayudamos a los pobres viejos pensionistas publicando nuestra carta para que sepan todos c¨®mo nos est¨¢n robando. Los abajo firmantes tenemos m¨¢s de 70 a?os. Hemos cotizado a la Seguridad Social durante m¨¢s de 40 a?os. En tiempos de cartilla de racionamiento. Pan amarillo, llamado bolas de Berl¨ªn. Cebada tostada por caf¨¦. Casas destruidas por los bombardeos. Familias destruidas; unos en la c¨¢rcel, otros fusilados o muertos en un frente, de un bando o de otro. Los que sobrevivimos edificamos una Espa?a destruida con nuestro trabajo y sacrificio. Quedamos pocos pensionistas. Murieron la mayor¨ªa antes de jubilarse. Sin dejar pensi¨®n de viudedad ni orfandad aquellos que mor¨ªan antes de los cuatro a?os de casados, que se exig¨ªan para que pudiera cobrar su c¨®nyuge pensi¨®n de viudedad. Otros por estar solteros, aun teniendo pareja estable e hijos.Las mujeres han estado cotizando igual que los hombres, con la diferencia de que sus maridos no cobraban pensi¨®n de viudedad, ni aun estando enfermos, minusv¨¢lidos o con hijos menores. Bailarinas, animadoras, chicas de conjunto que se tienen que retirar antes de los 65 a?os, cotizaron desde los 14 a?os para una pensi¨®n que no cobraron jam¨¢s. Sumadas todas suponen muchos millones, que los politiquillos economistas han acaparado.

Cualquier cuenta bancaria, seguro o acciones lo cobra el interesado cuando quiere o sus herederos cuando fallece. A los pensionistas que s¨®lo nos quedan cinco o seis a?os de vida se nos estafa. Nos suben el coste de la vida, nos recortan las pensiones, ara?an los modestos ahorrillos bancarios de quien los tiene; se nos obliga a llevar a rastras, porque no podemos ya ni andar, la declaraci¨®n de la renta como si fu¨¦ramos borregos.

Se roba a los pensionistas, pero se mantiene un ej¨¦rcito en Bosnia. Se dan ayudas a los pa¨ªses hispanoamericanos, que luego nos insultan. Se pagan a los emigrantes legales 60.000 pesetas. Mantenemos los Gobiernos aut¨®nomos. Se montan grandes negocios: KIO, Matesa, etc¨¦tera. Y a los m¨¢s desamparados, que lo dieron todo, su trabajo, su juventud, su vida, su dinero, se les desprecia, se les da una patada a la hora de la jubilaci¨®n-