En defensa del Banco de Espa?a
Las revelaciones period¨ªsticas sobre las operaciones burs¨¢tiles de un ex gobernador del Banco de Espa?a han conmocionado a la opini¨®n p¨²blica y provocado una tormenta pol¨ªtica, agitada por su coincidencia con las investigaciones a un alto cargo del Ministerio del Interior y la proximidad del debate sobre el estado de la naci¨®n.El ex gobernador no ha respondido todav¨ªa a las acusaciones, con lo cual tiene todo el derecho a seguir siendo considerado inocente. Pero lo grave es el da?o que ya ha ocasionado a la instituci¨®n que un d¨ªa dirigi¨®. El populismo vengativo de grandes sectores de la sociedad espa?ola, su propensi¨®n a condenar de antemano a quien considera ha disfrutado de privilegios inmerecidos, la falta de madurez de muchos pol¨ªticos y la ausencia de criterios ¨¦ticos arraigados entre quienes deber¨ªan orientar a la opini¨®n p¨²blica hacen temer que una instituci¨®n tan vital como el Banco de Espa?a acabe este episodio tocada de muerte.
No son s¨®lo las necedades que se oyen a prop¨®sito de los billetes en circulaci¨®n -lamentablemente, generadas por la desafortunada reflexi¨®n de un pol¨ªtico sobre el privilegio de emisi¨®n del banco-; lo que ahora deber¨ªa preocupares el arraigo de una desconfianza pol¨ªtica y social hacia una instituci¨®n que necesita justamente lo contrario: confianza y autonom¨ªa para cumplir los fines que las leyes le atribuyen.
En estos momentos est¨¢ en tr¨¢mite de discusi¨®n ante el Senado el proyecto de ley de autonom¨ªa del Banco de Espa?a. Ese proyecto hab¨ªa sufrido antes de las citadas noticias cambios que no s¨®lo mostraban una desconfianza, entonces y ahora in¨²til respecto a los altos cargos del banco, sino que socavaban su autonom¨ªa en la conducci¨®n de la pol¨ªtica monetaria so pretexto de integrarla en el marco m¨¢s amplio de la pol¨ªtica econ¨®mica, encomendada al Gobierno. Es decir, que si ya entonces el proyecto distaba de ser el marco legal que un banco central de una econom¨ªa moderna precisa para contribuir con eficacia a la estabilidad de la misma, lo m¨¢s probable es que? so pretexto de evitar conductas como las que ahora imputan al ex gobernador, se restrinja el ¨¢mbito de actuaci¨®n del banco y se le someta en exceso ya a los dictados del Gobierno, ya a los vaivenes pol¨ªticos de que es teatro ¨¦l Parlamento.
Curiosamente, los aires inquisitoriales que sobre el banco emisor arrecian pueden pasar de refil¨®n sobre las soluciones que evitar¨ªan la peligrosa identificaci¨®n entre las conductas personales de los rectores del banco y su funcionamiento institucional. Esa identificaci¨®n hunde sus ra¨ªces en textos legales que han tendido a personalizar en demas¨ªa el banco, concentrando muchos poderes en el gobernador -y eventualmente, el subgobernador-, en detrimento de las facultades de los ¨®rganos colegiados -concretamente, los consejos general y ejecutivo-.
El proyecto de ley en discusi¨®n parlamentaria supone, pues, una oportunidad para dotar al banco de la estructura adecuada, de forma que, sin detrimento de las facultades del gobernador, se refuerce el papel de los consejos, incorporando para ello a los miembros no natos en el funcionamiento diario del banco, eliminando la presencia de representantes oficiales en aqu¨¦llos y aceptando que el r¨¦gimen de incompatibilidades ha de ser el justo para evitar tentaciones peligrosas, pero que no deben impedir la incorporaci¨®n al banco de las personas que puedan cimentar su autonom¨ªa y prestigio.
En resumen, huyamos de la tentaci¨®n de quemar im¨¢genes y separemos la conducta de una persona de la confianza en una instituci¨®n.
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