Entre bestia y m¨¢rtir
Comienza el juicio contra un escritor austriaco acusado de asesinar a 11 prostitutas
Con impaciencia y morbosidad esperan los austr¨ªacos el inicio del juicio contra el escritor Jack Unterweger: para la mayor¨ªa, una bestia perturbada, y para otros, un m¨¢rtir del sistema social que ha clamado su inocencia desde la prisi¨®n. Unterweger, de 43 a?os, acusado de asesinar a 11 prostitutas entre septiembre de 1990 y julio de 199 1, mientras estaba en libertad condicional, tendr¨¢ que enfrentarse el mi¨¦rcoles en la ciudad de Graz con 160 testigos, un sumario de 20.000 folios y 80 periodistas en la sala de tribunales, que fue especialmente renovada para este juicio.El poeta de la c¨¢rcel sali¨® en 1990 en libertad condicional despu¨¦s de 16 a?os de reclusi¨®n, cuando convenci¨® al juez de que se hab¨ªa reformado a trav¨¦s de la literatura, pero ahora se le acusa de haber perpetrado 11 asesinatos sexuales durante los dos a?os que estuvo fuera de prisi¨®n. Un comit¨¦ formado por 50 artistas y escritores que ve¨ªan en ¨¦l un adalid de la reinserci¨®n apost¨® entonces por su libertad y le ayud¨® a borrar el estigma de ser el autor del asesinato de una joven alemana en 1974, ocurrido seg¨²n ¨¦l "en un rapto de locura", pensando que era su madre, cuando Unterweger ten¨ªa 24 a?os.
Durante la primera. semana que estuvo en libertad encontr¨® trabajo como periodista de la radio estatal austr¨ªaca ORF y, vestido siempre de blanco con estrafalarios sombreros, se ve¨ªa a este mani¨¢tico de la moda en los caf¨¦s del centro de Viena con aires de conquistador, y en los salones literarios, rodeado de conocidas personalidades del mundo cultural que lo amparaban.
Cuando se inici¨® la serie de asesinatos al encontrarse en un barrio pobre de Praga el cad¨¢ver desnudo de la prostituta ocasional Blanca Bockova, ahorcada por unas medias de nailon amarradas a su cuello, Unterweger comenzaba su primer programa radiof¨®nico. Fue un espacio de media hora sobre el miedo al asesino entre las prostitutas. Por entonces entrevist¨® al que ahora es su peor enemigo, el jefe de la polic¨ªa, Max Edelbacher.
Otras 10 mujeres dedicadas al mismo oficio fueron asesinadas brutalmente y en circunstancias similares en las ciudades austriacas de Graz, Viena y Bregenz, y en Los ?ngeles (Estados Unidos). Unterweger y su llamativo autom¨®vil BMW fueron vistos en las mismas ciudades y durante el periodo de tiempo en que se perpetraron los homicidios. Un juzgado de Graz orden¨® su captura a comienzos de 1992, peto ¨¦l se hab¨ªa ido con su joven amante Bianca Mrak a Estados Unidos, seg¨²n ¨¦l, "buscando las ra¨ªces", ya que su padre, Jack B?cker, al que jam¨¢s conoci¨®, era un soldado norteamericano destinado en Austria despu¨¦s de la II Guerra Mundial. Fugitivo en Miami, el FBI descubri¨® su pista, lo captur¨® y, despu¨¦s de tres meses de estar internado en una c¨¢rcel de alta seguridad de Florida, fue trasladado a Austria.
La prueba definitiva que decidir¨¢ el futuro del escritor es el resultado de un estudio que la fiscal¨ªa encarg¨® a especialistas suizos para comparar el ADN de Unterweger con el de los restos de esperma y sangre encontrados en los cad¨¢veres. El inter¨¦s literano o la curiosidad malsana de los austriacos han sido los responsables del enorme aumento en las ventas durante las ¨²ltimas semanas de la obra autobiogr¨¢fica de Unterweger, Purgatorio, la c¨¢rcel. En el libro, escrito. en la d¨¦cada de los ochenta durante su primera condena en prisi¨®n, como si se tratara de una fatal premonici¨®n, describe a un pr¨®fugo que no logra escapar de su estigma ni, finalmente, tampoco del cautiverio.
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