La invasi¨®n de los Sudetes
Alemania multiplica sus inversiones en la Rep¨²blica Checa, atra¨ªda por los bajos salarios y la mano de obra cualificada
Camino de Praga a Bohemia occidental, hacia la frontera alemana, el paisaje es suavemente ondulado, con ocasionales bosques de pinos y pueblos agr¨ªcolas o con industria ligera. Pilsen, que parte el camino, la meca para muchos de la mejor cerveza del mundo, est¨¢ rodeada por cultivos mimados de cebada y l¨²pulo. Un centenar de kil¨®metros m¨¢s all¨¢ comienza la zona donde los alemanes han redescubierto sus para¨ªsos inversores o tur¨ªsticos para el futuro.Lugares como Cheb o como Marianske Lazne (Marienbad para ellos y para el escritor franc¨¦s Alain Robbe-Grillet), una ciudad balnearia entre bosques, preservada en su gloria fin de siglo con edificios pastel rococ¨® y Jugendstil y donde Wagner, Ibsen o Chopin tomaron las aguas. O Karlovy Vary, KarIsbad, preferida por Beethoven o Pedro I el Grande, donde la gente sigue paseando con sus jarritas de agua termal que beben a medida que se enfr¨ªa.
Los Sudetes, una cordillera que rodea Bohemia. hasta Polonia, a una hora de las autopistas germanas, es la nueva tierra prometida para los industriales del otro lado del Rhin. Desde el paisaje hasta la carta de los hoteles, todo es alem¨¢n.
Es un redescubrimiento mutuo. Alemania ha vuelto sus ojos a la peque?a rep¨²blica a la que abraza y a la que priv¨® tras el Pacto de Munich, con la anexi¨®n de los Sudetes, de 30.000 kil¨®metros cuadrados y tres millones de personas.
Y los checos -que recuperaron la regi¨®n tras la segunda guerra mundial y la repoblaron despu¨¦s de expulsar a sus habitantes alemanes-, gravitan ya hacia su natural e hist¨®rico im¨¢n occidental, liberados definitivamente con la escisi¨®n eslovaca de las fronteras con "la otra Europa con Hungr¨ªa y Ucrania. La nueva y pac¨ªfica invasi¨®n de los Sudetes est¨¢ multiplicando las peque?as industrias germano-checas que pueden consolidar un nuevo tejido industrial en esta zona. En el a?o 1991 hab¨ªa alrededor de 30 empresas alemanas en Bohemia y Moravia. Hoy la situaci¨®n ha cambiado y esa cifra ya asciende a unas 1.500.
Fascinados por una econom¨ªa abierta y una mano de obra muy cualificada y con criterios europeos, pero que desde su perspectiva cobra salarios casi asi¨¢ticos, los empresarios alemanes desplazan como hongos sus industrias o establecen acuerdos de fabricaci¨®n con f¨¢bricas al otro lado de la frontera. Por ahora valen todos los sectores para in vertir: textil, madera, mec¨¢nico, el¨¦ctrico...
Escenario inversor
Hombres de negocios de toda Europa eligieron el a?o pasado en Berl¨ªn a la Rep¨²blica Checa como escenario inversor privilegiado durante los pr¨®ximos a?os. Praga corresponde con la misma munici¨®n al amor alem¨¢n: las exportaciones checas a Alemania han pasado del 8% al 33% entre 1989 y 1992.Y eso pese a que las dificultades econ¨®micas alemanas han alterado algunos de sus proyectos mastod¨®nticos en el pa¨ªs vecino. Mercedes, por ejemplo, no construir¨¢ una nueva f¨¢brica anunciada; y Volkswagen, que tiene el 30% del capital de Skoda, el fabricante de autom¨®viles y veh¨ªculos industriales checo, ha decidido reducir desde 7.000 a 3.700 millones de marcos (unos 310.000 millones de pesetas) sus inversiones totales en Skoda hasta el a?o 2000.
El caso de Skoda irrita profundamente al Gobierno de Praga, puesto que la empresa, que produjo el a?o pasado unos 220.000 autom¨®viles, emplea directa o indirectamente a alrededor del 3% de la mano de obra del pa¨ªs y ha recibido el 20% del total de la inversi¨®n extranjera desde 1990.
La voluntad pol¨ªtica de Bonn, sin embargo, es meridiana. El canciller Kohl se?al¨® en la ¨²ltima semana de marzo que durante su pr¨®xima presidencia de la Uni¨®n Europea, a partir de julio, Alemania har¨¢ todos los esfuerzos necesarios para abrir la UE a los pa¨ªses de Centroeuropa. Y remachaba que la extensi¨®n de Europa hacia el este es prioridad absoluta de su Gobierno y necesidad vital para su pa¨ªs. Estaba diciendo, sin decirlo, que la estabilidad alemana, es decir la de Europa, se sustenta en una transformaci¨®n satisfactoria de los antiguos pa¨ªses comunistas. Y eso requerir¨¢ que Alemania, que ya es el mayor inversor en la zona, los integre en su ¨®rbita econ¨®mica.
El sentimiento antigermano avivado por la historia reciente cede ante las afinidades de car¨¢cter y las perspectivas econ¨®micas. En sinton¨ªa con esta percepci¨®n, y sobre todo con la pol¨ªtica de Bonn, el Gobierno de Praga se?ala como su prioridad absoluta en materia exterior la integraci¨®n a su debido tiempo en la Uni¨®n Europea. "No somos ilusos como los h¨²ngaros o los polacos", precisa Jiri Weigl, principal asesor del primer ministro Vaclav Klaus, "nosotros estaremos listos cuando llegue el momento". Y apostilla :"En materia de seguridad, la pertenencia a la OTAN es la salida l¨®gica a nuestra reacomodaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica".
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