La vivienda tiene soluci¨®n
Se le atribuye a Hern¨¢n Cort¨¦s la expresi¨®n de que "en circunstancias especiales, el hecho debe ser m¨¢s r¨¢pido que el pensamiento". Eso es apropiado cuando hay que repeler el ataque de una serpiente en la jungla, pero dichas circunstancias especiales que invierten el proceso l¨®gico de la conducta racional no deben darse nunca en lo p¨²blico, y menos en materia de urbanismo, donde las decisiones crean derechos y obligaciones inmediatas, pero donde los hechos y sus efectos se miden antes por d¨¦cadas que por a?os y afectan a todos los ciudadanos.Sin embargo, es de esa manera inapropiada como est¨¢ actuando el Partido Popular del Ayuntamiento de Madrid con su planteamiento de los grandes crecimientos de la ciudad (los famosos PAU). Desoyendo todos los criterios que no sean los suyos (resto de los partidos, asociaciones de vecinos, sindicatos, etc¨¦tera), y, eso s¨ª, a lomos de la necesidad de vivienda", el gobierno municipal madrile?o se ha embarcado sobre una propuesta de calificaci¨®n masiva de suelo poco realista, urban¨ªsticamente desastrosa y perjudicial para los intereses generales, ya que s¨®lo beneficia a aquellos que pretenden materializar sus expectativas de plusval¨ªas sobre los suelos en los que se han hecho oscuros convenios. El PP bajo una apariencia de construcci¨®n de viviendas, sencillamente hace una operaci¨®n de especulaci¨®n.
Afortunadamente, la cautela prevista en la ley, esto es, el control de la comunidad aut¨®noma, ha paralizado dicha actuaci¨®n. Y deber¨ªa paralizarlo, en su forma actual, definitivamente. Independientemente de su contenido, altamente negativo en nuestro criterio, hay al menos dos razones b¨¢sicas que determinan concluyentemente dicha postura:
1. Una propuesta que plantea la creaci¨®n de un desarrollo equivalente a la ciudad de Alicante o a la de La Coru?a, no es una modificaci¨®n puntual del plan general como pretende el PP, sino que constituye de hecho la revisi¨®n de dicho plan, y eso lleva otro proceso m¨¢s complejo y m¨¢s completo.
2. No se puede plantear una propuesta de dicho calibre sin los l¨®gicos estudios de impacto, de repercusi¨®n ambiental, Viabilidad... Eso, que se exige obligatoriamente para la apertura de un restaurante, no es necesario para el Partido Popular en una propuesta que contempla 70.000 viviendas y varios millones de metros cuadrados de comercios y oficinas.
Por cualquiera de estas dos razones, la propuesta debe ser remitida al proceso de revisi¨®n del plan general, que es el ¨¢mbito natural donde debatir el modelo futuro para la ciudad y las medidas a adoptar.
Pero ante ese planteamiento, el Partido Popular ha decidido convertir el tema no en un debate urban¨ªstico ni en un an¨¢lisis del contenido de la propuesta, sino en una batalla pol¨ªtica donde, l¨®gicamente, el, PSOE de la CAM es el malo, y el PP del Ayuntamiento, la v¨ªctima. Se llega as¨ª al extremo de afirmar que ¨®rganos como la Comisi¨®n de Urbanismo de la CAM o el Consejo de Gobierno de la misma no son competentes para desaprobar una propuesta aprobada en un ¨®rgano como el pleno municipal, formado por representantes electos.
Seg¨²n esta tesis, el Tribunal Constitucional infiri¨® un atentado a la democracia cuando anul¨® la ley Corcuera, aprobada por el Congreso de los Diputados.
No es el sitio ¨¦ste para profundizar en el an¨¢lisis de la propuesta del Partido Popular, pero hechos tales como colgar todos los desarrollos de la M-40, que no est¨¢ ni hecha ni prevista para eso, y eliminar todos los espacios libres previstos en el plan vigente o plantear ordenaciones y densidades, que los propios promotores critican por la sobresaturaci¨®n que originar¨ªan, no son precisamente cualidades de las que estar satisfecho. Por otra parte, la existencia actual de suelo calificado para decenas de miles de viviendas, la divergencia entre lo propuesto y el funcionamiento y la capacidad real del mercado, la carencia de vivienda en la propuesta para los sectores verdaderamente necesitados, la urgencia de su aprobaci¨®n cuando los propios responsables del PP reconocen que el proceso se materializar¨ªa en m¨¢s de 20 o 30 a?os y la firma de acuerdos y convenios a cuenta de los aprovechamientos antes de su aprobaci¨®n definitiva, no hablan favorablemente de la sinceridad de los planteamientos del PP. S¨ª es el sitio, cualquiera lo es, para dejar claras algunas premisas con las que abordar el tema del alojamiento. El primer concepto que debe quedar claro es que el problema del alojamiento no es tanto una cuesti¨®n de producci¨®n de vivienda como de adecuaci¨®n de la demanda a la oferta.
En lo referente al papel municipal, la delimitaci¨®n y oportuno desarrollo de reservas de suelo para vivienda social, la agilizaci¨®n y control de la gesti¨®n urban¨ªstica que evite la retenci¨®n especulativa del suelo por los privados, el impulso de la rehabilitaci¨®n que evite nuevos desalojos por ruinas y recupere inmuebles obsoletos, la gesti¨®n productiva de su enorme patrimonio de viviendas municipales, la promoci¨®n directa de vivienda para chabolistas, la cesi¨®n en derecho de superficie para cooperativas, etc¨¦tera, todo ello con especial atenci¨®n a los j¨®venes y con utilizaci¨®n preferente del sistema de alquiler, representa el camino dif¨ªcil pero aut¨¦ntico y realista para abordar la resoluci¨®n del problema del alojamiento.
No hay soluciones m¨¢gicas o radicales como nos quiere hacer creer el equipo de ?lvarez del Manzano. Como dec¨ªa Einstein: "Existen otros mundos, pero todos est¨¢n en ¨¦ste". Existen soluciones, fudamentalmente las expuestas arriba y que en gran parte estaban ya puestas en marcha. Todas ellas son arduas y su eficacia requiere su mantenimiento en el tiempo, garantizado s¨®lo por el consenso y el fuerte y decidido compromiso con el objetivo. Lamentablemente, ambos conceptos son ajenos a la propuesta del PP.
Jos¨¦ Mar¨ªa de la Riva Amez es concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid
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