Nocturno
No es alcohol todo lo que reluce y fluye por los canales de la noche madrile?a. La p¨¢tina que brilla sobre los adoquines y barniza el asfalto a la luz de las farolas es la del arte y la cultura. Los pubs que abren sus puertas en plazas y callejones de la urbe no son antros de perversi¨®n et¨ªlica y toxicoman¨ªa desenfrenada, sino cen¨¢culos, ateneos, c¨ªrculos culturales, salones donde brilla el intelecto y se rinde culto a las musas.Sin adjetivos, ni comillas, la noche madrile?a ofrece a sus iniciados un largo y amplio men¨² de incitaciones est¨¦ticas y art¨ªsticas. El martes, fecha laboral del calendario, es un d¨ªa temido por los hosteleros y taberneros porque est¨¢ demasiado lejos del viernes pr¨®ximo y demasiado cerca del s¨¢bado anterior, d¨ªa que incluso los noct¨ªvagos m¨¢s recalcitrantes suelen aprovechar para quedarse en casa meditando sobre el destino de sus vidas atropelladas, palp¨¢ndose el h¨ªgado estragado y escuchando el pertinaz silbido de sus pulmones. Sin embargo, el calendario festivo de la nocturnidad ofrece un tropel de recitales, coloquios, lecturas, teatros y exposiciones para todos los gustos, citas que podr¨ªan satisfacer las inquietudes intelectuales de un acad¨¦mico o las ganas de juerga de una pandilla adolescente.
Estos j¨®venes, que, seg¨²n las p¨¢ginas de sucesos de los peri¨®dicos, deber¨ªan estar armando bulla, litrona en mano y el ¨¢nimo feroz, se convocan alrededor de una peque?a tarima donde algunos de sus iguales ensayan sus primeros contubernios musica les. Unos metros m¨¢s all¨¢, un swami mesetario que s¨®lo bebe zumo de melocot¨®n, inicia a su reducida audiencia en los secretos del yoga kundalini. En un caf¨¦ de aire decimon¨®nico se inicia una lectura teatral sobre textos del marqu¨¦s de Sade y el personal echa de vez en cuando miradas al reloj porque no quiere perderse la prometida actuaci¨®n en un tabladillo cercano de un grupo neoflamenco de impecable casta familiar. En los muros insuficientemente iluminados de un pub expone sus primeros es bozos un prometedor disc¨ªpulo de Bellas Artes. Compiten con los exabruptos de un fanzine afterpunkcyberbestia que reparte con gesto adusto un colaborador de la publicaci¨®n. Algo se mueve y usted no sabe lo que es, ni lo sabr¨¢, porque las p¨¢ginas de los peri¨®dicos que usted lee ignoran estos movimientos subterr¨¢neos y prefieren machacar la cr¨®nica diaria de los excesos et¨ªlicos y estupefacientes de los j¨®venes y de los peligros que acechan a las personas decentes que se atreven a salir a la calle. Usted se lo pierde.
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