Un pu?ado de rusos imberbes
El equipo m¨¢s curioso no quiere ser simplemente un objeto de curiosidad. Corre bajo bandera rusa. Est¨¢ formado por siete ciclistas rusos y tres espa?oles. Todos son neoprofesionales menos uno, Romes Gainetc1inov. Su media de edad se queda en los 23,4 a?os. Est¨¢n pagados por una empresa de Valencia, Porcelanas Santa Clara. Viven en una casa de campo en Sedavi. Est¨¢n controlados por dos m¨¦dicos de la cl¨ªnica universitaria de Pamplona, y les dirige en carretera un ge¨®logo de 37 a?os con nombre de resonancias futbol¨ªsticas: el vallisoletano Jos¨¦ Luis N¨²?ez. Pero se lo toman en serio."Ellos, los corredores, est¨¢n felices e ilusionados, y tambi¨¦n respetuosos con la empresa, nerviosos y un poco asustados", cuenta N¨²?ez. El primer d¨ªa no les fue demasiado bien. Su l¨ªder, el ex Lotus Gainetdinov, de 26 anos (el m¨¢s Vlejo), fue el primero de su equipo pero el 710 de la etapa, a 1,15 minutos de Rominger.
"No hay que usar el mismo rasero para medirlos", advierte N¨²?ez, quien acab¨® en este equipo ya que ten¨ªa contactos anteriores con el ciclismo del Este y de Estados Unidos. "La primera semana la utilizaremos para irnos acostumbrando a la carrera. Despu¨¦s tenemos previsto hacer cosas grandes. Y no descarte que Gainetdinov acabe entre los 10 primeros de la general".
Proyecto a largo plazo
El proyecto Santa Clara es uno a largo plazo, con visos cient¨ªfico-t¨¦cnicos y religiosos. Es casi experimental: se transport¨® desde Samara, en la estepa rusa, hasta Valencia a lo m¨¢s florido de la escuela cicl¨ªstica de la ciudad. Y all¨ª, controles diarios y mucha planificaci¨®n. Salid y creced, les dicen. Pero no teng¨¢is prisa, sois j¨®venes y no ten¨¦is por qu¨¦ quemaros.
Y en furgonetas se trasladan por Espa?a -s¨®lo cubrir¨¢n el calendario ib¨¦rico-, cargados de ilusiones. N¨²?ez los encuadra. "Tenernos gente r¨¢pida, que pueden hacer algo en alguna llegada, como Eugeni Anachk¨ªn y Valer? Baturo, los dos, campeones del mundo de persecuci¨®n, sin olvidar a Eloy Santamarta; y tenemos escaladores, como Gainetdinov, Dimitri Cherkach¨ªn y Jordi Gilabert. Y todos tienen ganas de hacer algo".
El equipo se siente investido con un destino. "Queremos hacer un papel bonito que sirva de quitamiedos para el futuro, para que se invierta en equipos as¨ª, baratos, sin prisas para que lleguen los resultados. Y cuando vean que son rentables solucionaremos unos cuantos problemas de f¨²turo", dice N¨²?ez.
Porque en boca de todos est¨¢ la inc¨®gnita del futuro, dada la dificil situaci¨®n financiera del pelot¨®n internacional. Y la idea francesa de crear equipos promocionales, baratos. Como la propia Unipublic, que no descarta el nacimiento de un par de ellos para la pr¨®xima temporada. Lo que no deja de provocar el escepticismo entre los asentados.
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