"La responsabilidad pol¨ªtica se paga con la dimisi¨®n"
Hace poco, Joaqu¨ªn Leguina, de 52 a?os, hab¨ªa argumentado en un ensayo las ventajas de que los r¨ªos se desborden: el del Nilo garantizaba a los egipcios una buena cosecha. El problema es que las aguas, para ser f¨¦rtiles, no deben estar contaminadas.Pregunta. La Guardia Civil, movilizada para detener a un director de la Guardia Civil huido de la polic¨ªa. ?Esto no es ya surrealista?
Respuesta. Entre Humphrey Bogart y el Dioni, [Rold¨¢n] ha escogido el Dioni. No es Pascual Duarte. Es la Espa?a ca?¨ª.
P. Hay quien dice que el dinero no da la felicidad, pero aplaca los nervios. Seg¨²n otros, el dinero da la felicidad, pero destroza los nervios.
R. No s¨¦ si el dinero da la felicidad, porque nunca he tenido mucho dinero. Esa respuesta s¨®lo se la pueden dar a usted, con autoridad, los ricos.
P. Ustedes tambi¨¦n saben de dinero y de nervios. Han realizado campa?as electorales muy caras, y el descubrimiento de c¨®mo el PSOE consegu¨ªa algunos ingresos ha provocado algunos nervios. ?No?
R. El problema es la financiaci¨®n irregular de los partidos. Los ingresos que llegan por esa v¨ªa no sirven s¨®lo para financiar campa?as, sino para sostener una concepci¨®n del partido como propiedad de unos pocos. ?O es que alguien se imagina a quien controla la caja B dispuesto a perder con toda naturalidad una elecci¨®n interna y a entregar a su rival las cuentas de dinero negro? Ah¨ª est¨¢ el problema de fondo: una interpretaci¨®n restrictiva de la democracia interna, que ahora estamos pagando y en la que el PSOE tiene alguna responsabilidad.
P. Si hoy mismo no fuera veros¨ªmil que algunos socialistas cobran comisiones por contratos de obras, ?ser¨ªa imaginable que alguien recaudara cientos de millones, como parece que ha ocurrido, invocando fraudulentamente el nombre del PSOE?
R. Yo no creo que los empresarios sean tan est¨²pidos como para pagar por adelantado. Pero imaginemos que es verdad: estar¨ªamos ante la quintaesencia de la corrupci¨®n. Bien, pues la reflexi¨®n democr¨¢tica que hay que hacer es que la pol¨ªtica no se debe mezclar con el dinero.
P. Las pruebas de que Mariano Rubio dio en el Banco de Espa?a un trato de favor a Ibercorp, ?colocan las cosas n¨ªtidamente en el terreno de las responsabilidades pol¨ªticas?
R. Yo creo que ya lo estaban, porque no encontrar¨¢ usted tres personas que desde el restablecimiento de la democracia hayan sido depositarias de tanta confianza como ¨¦l por parte de un Gobierno. Cuando alguien recibe esa confianza p¨²blica, sus negocios privados no son independientes por principio. En lo que respecta a este caso, est¨¢ claro. que, adem¨¢s, los negocios financieros tienen bastante que ver con el Banco de Espa?a.
P. Y la responsabilidad pol¨ªtica, ?a qui¨¦n o a qui¨¦nes le conciernen, seg¨²n usted?
R. Ahora nos estamos enterando de cosas que Hacienda no conoc¨ªa, pues la investigaci¨®n que el ministro anunci¨® en su momento parece que no pudo llegar hasta el fondo. Adem¨¢s, a mi modo de ver, durante mucho tiempo las decisiones del Ministerio de Econom¨ªa se tomaban por un grupo de personas que cab¨ªan en un taxi. Cuando en un grupo restringido aparece una oveja negra, todos sus componentes se ven concernidos y afectados. Por tanto, s¨ª hay responsabilidades pol¨ªticas del ministro de Econom¨ªa.
P. ?Y c¨®mo se solventan, seg¨²n usted, las responsabilidades pol¨ªticas?
R. Las responsabilidades pol¨ªticas individuales est¨¢n relacionadas con la instituci¨®n en la que se trabaja y con el grupo pol¨ªtico al que se pertenece, y se pagan con el reconocimiento del error y la dimisi¨®n. Lo que ocurre con Solchaga es que hoy no es ministro, no tiene un cargo de designaci¨®n. Es portavoz parlamentario por una votaci¨®n interna.
P. Pero ¨¦l puede dimitir de ese cargo para asumir la responsabilidad de haber confiado en una persona que ha abusado de esa confianza. Planteada as¨ª, ?ser¨ªa l¨®gica su dimisi¨®n?
R. ?sa es una cuesti¨®n que le compete a ¨¦l. ?l har¨¢ la interpretaci¨®n que crea conveniente.
P. Desde hace a?os, usted se ha quejado de que los ministros de Econom¨ªa ejerc¨ªan un mando casi incontenible. Pero ese mando, que quiz¨¢ usted sufr¨ªa como presidente auton¨®mico, era ejercido por delegaci¨®n de Gonz¨¢lez.
R. Ha habido algunos poderes vicarios que han ido m¨¢s all¨¢ de una delegaci¨®n y que no han resultado buenos. Aplicado el sistema de la prueba y el error, ha quedado claro que la instauraci¨®n de poderes vicarios ha resultado negativa. Debemos buscar una nueva concepci¨®n de la democracia interna del PSOE.
P. ?Puede haber una responsabilidad pol¨ªtica de Solchaga por las irregularidades de Rubio y no haberla de Corcuera por el enriquecimiento de Rold¨¢n aprovech¨¢ndose de dinero del Ministerio del Interior?
R. Yo creo que tambi¨¦n, de acuerdo con la explicaci¨®n que antes he dado. Pero Corcuera tampoco es ya ministro, ni siquiera ocupa un cargo interno.
P. La salida de convocar elecciones, por ejemplo para el oto?o, ?es una opci¨®n descabellada o merece ser estudiada?
R. Yo creo que es muy precipitado. Hemos tenido elecciones hace un a?o.
P. ?Cree que Felipe Gonz¨¢lez se presentar¨¢ a las pr¨®ximas?
R. Espero que s¨ª. Tiene 51 a?os y a¨²n es joven para la vida pol¨ªtica. ?sta da muchas vueltas.
P. Alguien podr¨ªa decir que no conviene salir abrasado de un incendio si se quiere conservar una buena imagen.
R. Los incendios siempre son dolorosos. Pero f¨ªjese qu¨¦ bien se han recuperado algunas ciudades incendiadas, como Santander. La democracia espa?ola saldr¨¢ de este incendio escarmentada, y esperemos que tambi¨¦n dispuesta a seguir construyendo el edificio con mecanismos y pr¨¢cticas ign¨ªfugos. ?Que nos ha tocado a nosotros pagar los errores? Mala suerte...
P. M¨¢s que una cuesti¨®n de mala suerte, parece una cuesti¨®n de haber tentado la suerte. De haber jugado con fuego.
R. Puede que nos hayamos acostado alguna vez con alg¨²n incendiario.
P. Gonz¨¢lez present¨® como uno de los objetivos del anterior congreso el "cerrar las heridas" dentro del partido. Pero no parece que haya habido tal, cuando ha sido Rodr¨ªguez Ibarra, un destacado guerrista, el que ha puesto sobre la mesa la petici¨®n de dimisi¨®n de Solchaga.
R. Lo que dice es lo que piensa, pero no coincide con la teor¨ªa que ha mantenido su jefe de filas. Este ha sostenido, y supongo que sigue sosteniendo, que no hay responsabilidades pol¨ªticas sino s¨®lo jur¨ªdicas. Si en este caso Rodr¨ªguez Ibarra dice que existen responsabilidades pol¨ªticas, por las que Solchaga tiene que dimitir, espero que ese criterio se considere v¨¢lido como regla general. Lo que es bueno en este caso. tambi¨¦n habr¨ªa sido bueno en algunos casos anteriores.
P. Usted dio en Madrid la batalla a los guerristas cuando en el resto del PSOE casi nadie se atrev¨ªa a hacerles frente. Ahora que en todas partes se enfrentan a ellos los renovadores, usted est¨¢ dispuesto a pactar en Madrid con los guerristas...
R. La FSM va con un congreso de adelanto. No lo digo con orgullo sino con el escozor que produce el abrir brecha. En los tres ¨²ltimos a?os todos hemos sufrido las consecuencias de no haber conseguido un acuerdo estable. Hoy, no s¨®lo la mayor¨ªa de los renovadores, sino tambi¨¦n la mayor¨ªa de los guerristas, consideran conveniente alcanzar un acuerdo.
P. Y ?qui¨¦n debe ser, seg¨²n usted, el secretario general?
R. Es el ¨²nico problema que queda en este instante.
P. En Andaluc¨ªa era tambi¨¦n el ¨²nico problema, y acab¨® convirti¨¦ndose en el problema, al final insoluble.
R. Ni quien encabeza el sector guerrista [Jos¨¦ Acosta] ni yo queremos ser secretario general. El problema de Juan Barranco, persona con grandes valores, es que no lidera ning¨²n grupo significativo y que hace poco fue derrotado cuando se present¨® al frente de una candidatura para el congreso federal. Dicho eso, me parece razonable que sea muy tenida en cuenta la opini¨®n de los guerristas para escoger entre los renovadores al nuevo secretario general.
P. En otra ocasi¨®n, por estas mismas fechas, usted dijo que "en primavera las chicas se quitan los abrigos, y todo mejora mucho". ?Tiene hoy ese mismo optimismo?
R. La ¨²nica noticia positiva de alto calado pol¨ªtico hoy es que, por fin, ha llegado la primavera.
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