Luz para una juventud entusiasta
Cuando comienza el siglo XX, Pau Casals tiene 24 a?os de juventud entusiasta, emprendedora y alegre. Hab¨ªa descubierto la m¨²sica en su Vendrell natal de mano de su padre, estudiado el violonchelo en Barcelona con Jos¨¦ Garc¨ªa (1855-1912) y la composici¨®n con Jos¨¦ Rodoreda (1851-1922), el autor del Virolay que todav¨ªa se canta en Catalu?a. Supo, como tantos otros, lo que era ganarse unas pesetas como m¨²sico de caf¨¦ en el Tost del barrio de Gracia, donde se encontrar¨ªa con Alb¨¦niz, y ten¨ªa reciente el hallazgo de las suites de Bach, que ser¨ªan algo as¨ª como su evangelio musical. En 1891 da su primer concierto en el teatro Novedades y dos a?os despu¨¦s llega a Madrid para trabajar con Tom¨¢s Bret¨®n y Jes¨²s de Monasterio, del que ha escrito los mejores juicios como violinista y como m¨²sico.En Madrid, toca para la reina regente Mar¨ªa Cristina, que en 1897 le concede el ingreso en la Orden de Carlos III. En 1899 act¨²a en Par¨ªs bajo la direcci¨®n de Charles Lamoureux el Concierto, de Lal¨®. P¨²blico y cr¨ªtica se hacen lenguas sobre quien era ya un m¨²sico de primer orden y un violonchelista capaz de revolucionar la t¨¦cnica del instrumento: "Casals no interpreta, resucita", dir¨¢ Grieg; "esta s¨ªntesis de belleza material y espiritual es ¨²nica", suscribe F¨¹rtwaengler.
Con el tiempo se reafirmar¨¢ el concertista, el director y el compositor, ¨¦ste con la colaboraci¨®n generosa de su hermano Enrique, y se definir¨¢ el humanista insobornable. Pero en los d¨ªas de vejez, cuando le conoc¨ª a lo largo de una charla prolongada en su residencia de Puerto Rico, abierta al mar, gustaba, sobre todo, de evocar los d¨ªas de su juventud, la Barcelona lejana sobre cuyas fuentes, calles, plazas y jardines, me preguntaba una y otra vez.
S¨®lo se alej¨® su memoria de la capital catalana para recordar su encuentro con Brahms, que muere en 1897. Ese periodo de la juventud de Casals cobrar¨¢ nuevas luces y emociones gracias a los manuscritos reci¨¦n hallados, testimonio fundamental a a?adir a la biograf¨ªa de Corredor Mateos, las memorias y correspondencia de Enrique Casals y las viv¨ªsimas p¨¢ginas de Ren¨¦ Puig sobre la etapa de Prades, las tres publicaciones m¨¢s entra?ables y ver¨ªdicas sobre uno de los grandes m¨²sicos del siglo XX.
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