Voto a voto a paso de tortuga
Al ritmo que se inici¨® el escrutinio en Sur¨¢frica habr¨ªa terminado dentro de ocho a?os y medio
Alguien sac¨® la calculadora la noche del s¨¢bado, hizo una divisi¨®n y obtuvo un resultado: si el recuento de los votos se manten¨ªa al fam¨¦lico ritmo que se llevaba hasta ese momento, los surafricanos tardar¨ªan ocho a?os y medio en conocer el veredicto de las primeras elecciones libres en la historia del pa¨ªs.Dir¨ªase que el juez Johann Kriegler, responsable de la Comisi¨®n Electoral Independiente (IEC), el ente encargado de organizar todo el proceso electoral, hab¨ªa hecho el mismo c¨¢lculo y no hab¨ªa visto otra salida para evitar el desastre que eliminar una de las garant¨ªas sobre la pureza del escrutinio. Kriegler decidi¨® prescindir del procedimiento de constatar que todos los votos recibidos en los 500 centros de recuento coincid¨ªan con los realmente introducidos en las urnas de unos 10.000 colegios electorales, de modo que la agilizaci¨®n del procedimiento permitiera tener resultados no a finales del a?o 2002, sino a principios de esta misma semana.
Un irritado agente electoral del Partido Nacional clamaba Con furia en Nasrec, un descomunal centro de recuento en las inmediaciones de Johanesburgo, algo que en espa?ol podr¨ªa traducirse como "?bienvenido al circo de los hermanos Tonetti!. ?Pasen y vean a la incre¨ªble IEC!". Acababa de ser descubierto un coche no oficial con una docena de cajas con papeletas sin cumplimentar. Los ¨¢nimos ya estaban caldeados, tras largas e infructuosas horas de espera para empezar un recuento que deb¨ªa haber comenzado a las siete de la ma?ana, y los pu?os cruzaron el aire. Soldados que custodiaban el lugar tuvieron que intervenir para separar a contendientes que se acusaban mutuamente de intentar dar un pucherazo.
En el Palacio de Exposiciones de Durban, la ciudad m¨¢s importante de Natal, el caos, la histeria y el mal humor eran lo que un¨ªa a 1.500 frustrados agentes de la IEC, de los partidos y personas contratadas para el recuento, que merodeaban sin rumbo de una a otra de las salas hasta que se les ech¨® al patio y se les dijo que esperaran... hasta el d¨ªa siguiente. Aqu¨ª el problema era el exceso de gente, pues la IEC hab¨ªa buscado refuerzos para el escrutinio en vista de los problemas log¨ªsticos que hab¨ªa tenido para conseguir, en primer lugar, que las urnas y todo el material electoral llegaran a los colegios de Kuazulu-Natal. En la mayor parte de la tierra zul¨², el escrutinio no empez¨® hasta ayer, lo mismo que en muchas ¨¢reas de la provincia del Cabo Oriental, donde los representantes de la IEC se pusieron en huelga el s¨¢bado para protestar por la falta de pago.
Situaciones semejantes se produjeron en otras partes del pa¨ªs, agravadas con acusaciones sobre apertura ?legal de urnas, colegios electorales piratas, urnas que aparecieron con papeles de peri¨®dicos en vez de sufragios... El desbarajuste del recuento ven¨ªa a sumarse a los enormes problemas log¨ªsticos padecidos por los surafricanos en las jornadas electorales, cuando se demostr¨® que el c¨¢lculo hecho por la IEC de unos 10.000 colegios a raz¨®n de 3.000 electores cada uno era brutalmente insuficiente para atender a la demanda. Hubo colegios que cumplieron las expectativas y otros que recibieron menos votantes que los esperados, pero la t¨®nica general fue la de un desbordamiento de gente: en la provincia del Estado Libre de Orange hubo un 115% de participaci¨®n electoral debido a que 200.000 votantes m¨¢s de los previstos se presentaron ante las urnas. Sur¨¢frica carece pr¨¢cticamente de censo, y para votar lo ¨²nico que se requer¨ªa era un documento de identidad que probase la ciudadan¨ªa. Luego se marcaba el dedo del elector para que no volviese a emitir un sufragio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.