Corcuera

A m¨ª me parece imposible convivir durante ocho a?os con un g¨¢nster creyendo que se tiene al lado a una hermanita de la caridad. Al g¨¢nster le delata tarde o temprano su manera de hablar o el bulto de la pistola junto al sobaco. O sea, se?or Corcuera, que c¨®mo no se dio usted cuenta de que Rold¨¢n era un chorizo con la pasi¨®n que pon¨ªa en descubrirlos: no hab¨ªa puerta que se resistiera a sus zapatos. Mientras usted daba patadas a las puertas, Angl¨¦s se le escapaba por la ventana y Rold¨¢n enriquec¨ªa a alg¨²n miembro de Herri Batasuna adjudic¨¢ndole obras al triple de su valor. Mientras usted daba patadas a las puertas, la directora general del BOE compraba el papel de los espa?oles a precio de hero¨ªna y ejerc¨ªa de ventr¨ªlocua para sacar bodegones gratis en nombre de Carmen Romero.Se?or Corcuera, mientras usted daba patadas a las puertas, secuestraban a la farmac¨¦utica de Olot y a Anabel Segura, sin que usted fuera capaz de resolver ninguno de los dos casos. Por si no est¨¢ enterado, de Anabel todav¨ªa no sabemos nada, excepto que la polic¨ªa de usted dificult¨® a la familia la posibilidad de pagar -el rescate. Mientras usted daba patadas a las puertas, poniendo al borde del infarto a unos ancianitos que ve¨ªan la televisi¨®n, el gobernador del Banco de Espa?a jugaba a la Bolsa alegremente y otorgaba cr¨¦ditos millonarios a sus amiguetes. Mientras usted daba patadas a las puertas en busca de dos gramos de hach¨ªs, en Filesa se mor¨ªan de la risa pensando en lo que iban a cobrar por un informe inexistente.

Se?or Corcuera, ?recuerda las patadas a la inteligencia que le hemos tenido que aguantar? ?Recuerda su expresi¨®n de noble bruto impartiendo lecciones de moral? Si lo recuerda, tal vez tenga la amabilidad de darse una patada en el culo con efectos retroactivos. Muchas gracias.