Presencias paranormales
Todo el mundo se bate en retirada, excepto los de Santana, que parecen haber elaborado una estrategia a largo plazo. A ver si les sale. El domingo pasado, en este suplemento se inclu¨ªa un anuncio a toda p¨¢gina, que cuesta un dinero, firmado por el PSOE. El t¨ªtulo, en grandes caracteres, dec¨ªa as¨ª: Manifiesto lo de Mayo. El texto no se puede ni contar, porque era una tonter¨ªa enorme, una tonter¨ªa a toda p¨¢gina, ya digo, con la que el Partido Socialista Obrero Espa?ol enviaba "un saludo fraternal a todos los trabajadores de nuestro pa¨ªs, reiterando la com¨²n esperanza en el logro de una sociedad mejor y m¨¢s justa para ellos y para sus hijos, y nuestro compromiso con ese objetivo".No s¨¦ qui¨¦n redact¨® el manifiesto, quiz¨¢ el mismo que hac¨ªa los informes inexistentes con los que se forraban en Filesa; o sea, alguien que no est¨¢ acostumbrado a ganarse la vida escribiendo. Y es que daba verg¨¹enza leerlo, sobre todo despu¨¦s de haber atravesado la parte del peri¨®dico donde se informaba de la fuga de Rold¨¢n. Con todo, lo m¨¢s raro es que el PSOE se manifestara a trav¨¦s de un anuncio publicitario, que es como cuando Dios se manifiesta a trav¨¦s de una paloma. Vamos, que parece que el partido de los trabajadores se ha quedado sin cuerpo y tiene que recurrir a comunicarse con sus hijos por medios paranormales. Digo yo que donde hay que manifestarse el d¨ªa 1 de mayo es en la calle, pero claro, a la calle es que le han cogido p¨¢nico, y se entiende. Las calles de Madrid est¨¢n llenas de obreros de Santana al borde del colapso y de trabajadores de Gillette que se deslizan a velocidad de v¨¦rtigo por el filo de la navaja, y de damnificados de la PSV que aparecen cuando menos los esperas. No hay manera de inaugurar nada: descorres una cortina y en lugar de la placa conmemorativa aparece una familia sin hogar. No es raro, pues, que todo el mundo se bata en retirada.
Leguina, por ejemplo, se encerr¨® en Maudes y se qued¨® solo; no le fue ni un ministro. Los ministros han dado con el recurso de la publicidad, que les ahorra la bronca. Cualquiera sale a la calle, con la que est¨¢ cayendo. En las manifestaciones de Comisiones Obreras y UGT hab¨ªa poca gente en relaci¨®n con otros tiempos. O sea, que se ha perdido la fe en la calle. Y en los sindicatos. Madrid, la verdad, se est¨¢ quedando vac¨ªo. Yo creo que la gente se ha encerrado en sus casas y all¨ª se lamen unos a otros las heridas. La gente, por no salir, no va ya ni a palacio: me han contado que en la tradicional recepci¨®n del Rey a los escritores, el pasado 23 de abril, no hab¨ªa escritores. As¨ª que ni escritores en palacio, ni obreros en la calle, ni ministros en Maudes, ni socialistas en Ferraz... Y, encima, la movida muerta, que se abras¨® en el incendio de Alcal¨¢ 20. Un desastre.
Pues hay que repoblar las calles como sea. Si los de dentro nos batimos en retirada, podemos animar a los de fuera a manifestarse todo el d¨ªa en la Castellana. Los ¨²nicos que todav¨ªa creen en las virtudes de gritar en Madrid son los de la periferia. La larga marcha hacia Madrid, despu¨¦s de tantos ensayos satisfactorios, debe realizarse sin demoras. O sea, que todos los parados, los regulados, los hambrientos, los reconvertidos, los enga?ados, deber¨ªan organizar una gran marcha que, partiendo de los bordes de la periferia, viniera a terminar en la Puerta del Sol. Entonces no tendr¨ªamos m¨¢s remedio que bajar a la calle para ofrecerles bocadillos, como cuando llegaron los de Ponferrada -?os acord¨¢is?- y nos abrazar¨ªamos unos a otros con la pasi¨®n con que los ministros se condecoran entre s¨ª. Y a lo mejor empez¨¢bamos de nuevo a creer en la fraternidad, aunque nos lo han puesto dificil. Os esperamos.
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