Las estatuas de Botero ya se pueden tocar

OCTAVIO CABEZAS Las monumentales esculturas bronc¨ªneas -todo redondeces, hier¨¢tica sensualidad- del pintor y escultor colombiano, Fernando Botero (Medell¨ªn, 1932) tomaron, a las seis y media de la ma?ana de ayer, el paseo de Recoletos. Llegaron embozadas en capas de aluminio, con nocturnidad y en cinco camiones. Una vez all¨ª, una gr¨²a de 90 toneladas y 11 operarios se encargaron de atornillarlas a pedestales de madera a lo largo del paseo, entre las plazas de Col¨®n y de Cibeles. Ah¨ª permanecer¨¢n hasta el 12 de agosto. La instalaci¨®n se desarroll¨® con rapidez r¨¦cord.

Tanta velocidad se emple¨® en la operaci¨®n, que se logr¨® una plusmarca: 19 esculturas -de un total de 21 - emplazadas en s¨®lo 11 horas. El anterior registro, del a?o pasado, lo pose¨ªa Nueva York, con 16 piezas colocadas en 14 horas.Las dos esculturas que quedaban por colocar habr¨¢n comenzado a instalarse hoy a las nueve de la ma?ana, pues llegaron ayer por la noche en un sexto cami¨®n. Son El torso -la ¨²nica que no se podr¨¢ contemplar en Recoletos, pues tiene reserva en la esquina de la calle de Alcal¨¢ con la plaza de Cibeles- y P¨¢jaro, ambas de 1992.

Una vez se las acomode en sus lugares respectivos, quedar¨¢ dispuesta la exposici¨®n al aire libre Botero en Madrid, aunque la inauguraci¨®n oficial no se producir¨¢ hasta el pr¨®ximo d¨ªa 12. Organizada por el Ayuntamiento y patrocinada por Caja Madrid en colaboraci¨®n con la galer¨ªa de arte Marlborough, esta muestra toma el relevo de otras similares celebradas en Par¨ªs (31 piezas-en los Campos El¨ªseos, 1992) y Nueva York (16 esculturas en Park Avenue, 1993).

Caja Madrid no ha facilitado el monto de los costes de la instalaci¨®n madrile?a, pero, seg¨²n el propio Botero, debe de ser "elevado". Al montaje de ayer se a?aden las p¨®lizas de seguros, el transporte y los trabajos preparatorios que comenzaron el 25 de abril y en los que han intervenido 39 personas.

Creaciones b¨¢sicas

Todos los gordos expuestos pertenecen a la colecci¨®n particular que el autor tiene en su taller de Pietrasanta (Italia), de donde llegaron la noche del viernes a un almac¨¦n de Coslada. Abarcan 12 a?os de trabajo de Botero, desde 1982 (Torso femenino) hasta este mismo a?o (Hombre y Venus durmiendo). La m¨¢s liviana (Hombre) pesa 550 kilos; y la m¨¢s pesada (Torso), 2.200. La altura tambi¨¦n var¨ªa: desde los 135 cent¨ªmetros -por 349 de largo- de Mujer tumbada(1993) hasta los 3,90 metros del mentado Torso. Ninguna de las orondas piezas mide m¨¢s de cuatro metros, por deseo de su autor, quien no quiere que sus criaturas "no puedan pasar bajo los puentes de las autopistas". Una p¨¢tina que cubre el bronce y una capa de barniz las hace m¨¢s resistentes a las inclemencias del tiempo.

Botero, amable y elegante, se person¨® sobre las nueve menos cuarto de la ma?ana -hab¨ªa llegado de Italia la noche anterior- en Recoletos para supervisar el montaje. El escultor declar¨® que los madrile?os van a poder apreciar todas sus "creaciones b¨¢sicas" y que ya tiene decidido donar una escultura a la ciudad.

"En cuanto al emplazamiento, cuando vi Recoletos, en abril, decid¨ª que era el lugar ideal", precis¨®. "Mis obras son m¨¢s visibles aqu¨ª que en los Campos El¨ªseos o Park Avenue. Se integran m¨¢s en el paisaje y se pueden tocar".

Preguntado tambi¨¦n si teme que alg¨²n desaprensivo da?e sus esculturas -aunque la Polic¨ªa Municipal va a establecer un discreto dispositivo de vigilancia-, respondi¨®: "Me gusta que la gente manosee mis obras, porque as¨ª reproducen el gesto de creaci¨®n del artista".

Decenas de trasnochadores empedernidos y madrugadores vocacionales o forzados se arremolinaron enseguida para contemplar el espect¨¢culo de enormes figuras de bronce colgadas de una gr¨²a. "Esto es de un escultor famoso o algo asi, ?no?", se preguntaba Luis, de 26 a?os. "Me encanta Botero", dec¨ªa embelesada Aurora Herrera, de 44. Pero no todos estaban tan contentos. "?Porqu¨¦ las esculturas miran a la calzada y no a la acera? Parece decoraci¨®n m¨¢s que arte" protestaba Carri¨®n Chaves, de 50 anos. A eso respond¨ªa el propio Botero: "Miran a la calzada por que as¨ª es m¨¢s f¨¢cil iluminarlas por la noche desde las farolas. Adem¨¢s, en esta zona el tr¨¢fico es denso y lento, lo que hace que los conductores se tengan que parar forzosamente a verlas".