Polic¨ªa, huelga y lluvia logran calmar la noche de Alcorc¨®n
La lluvia y el dispositivo Policial montado durante el fin de semana en la ruta de las copas de Alcorc¨®n (140.000. habitantes) frenaron el vandalismo de los j¨®venes. A ello contribuy¨® el que los autobuses interurbanos de las l¨ªneas 511, 512, 513 (Alcorc¨®n-Madrid) y la 520 (Alcorc¨®n-M¨®stoles), de la empresa De Blas y C¨ªa., terminaran su servicio a las 21.30, como medida de protesta contra los destrozos que se registran desde hace dos meses en el interior de los veh¨ªculos.Un total de 20 polic¨ªas nacionales y 12 agentes municipales controlaron el desmadre de Costa Polvoranca, el pol¨ªgono de las copas donde se agrupan m¨¢s de 53 locales de ocio y discotecas. El despliegue sirvi¨®, aparte de para contener el impulso destructivo, para levantar acta contra varios garitos del pol¨ªgono de Urtinsa. "Por ir en contra del art¨ªculo 60 del reglamento de espect¨¢culos y actividades recreativas, que proh¨ªbe la entrada y permanencia de menores de 16 a?os en discotecas", explic¨® Rafael Moro, director de la Polic¨ªa Municipal de Alcorc¨®n.
Despejarse
A falta de autobuses con los que regresar a casa, la mayor¨ªa de los j¨®venes, con edades comprendidas entre los 14 y los 17 a?os, optaron por peregrinar hasta la estaci¨®n de cercan¨ªas de Renfe, que dista dos kil¨®metros de la zona de copeo; recorrido suficiente para despejarse, m¨¢s a¨²n si durante el mismo arrecia la lluvia.Por lo que pudiera pasar, tambi¨¦n hab¨ªa un furg¨®n policial en la estaci¨®n de tren, al igual que hab¨ªa coches patrulla en las puertas de la empresa de autobuses.
"A nosotros nadie nos ha avisado de que hubiera huelga", dec¨ªan al un¨ªsono media docena de adolescentes en la primera parada de la l¨ªnea 520. El trayecto hasta el tren se les hac¨ªa tan largo a algunos que confiaron en la suerte y se pusieron a hacer dedo; otros, cogieron directamente un taxi compartido entre cuatro personas.
"Me parece que es porque los blaseros se quejan de los destrozos", intu¨ªa Luis, mientras se resguardaba de la lluvia en una de las paradas. "Es injusto, porque hay mucha gente que no armamos bronca", replicaba Laura, con el pelo pegado a la cara por el agua.
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