'Los Picapiedra' de carne y hueso
Spielberg revive para el cine la serie de dibujos animados
El cineasta Steven Spielberg, tras el verano de Parque Jur¨¢sico, vuelve a la carga, en esta ocasi¨®n como productor de una versi¨®n protagonizada por actores reales de uno de los dibujos animados m¨¢s famosos de la historia. Los Picapiedra de 1994, un cruce entre el chic a?os sesenta de la serie original y los refinad¨ªsimos efectos especiales, es una superproducci¨®n de 6.300 millones de pesetas en cuya promoci¨®n se ha invertido m¨¢s del doble. Spielberg, el mago de la taquilla, se hace llamar ahora Spielroca.
Los estudios Universal esperan recaudar 140.000 millones de pesetas con la venta de mu?ecos, camisetas y juguetes, y sobre todo conseguir que el p¨²blico demuestre en la taquilla su afici¨®n incondicional por la familia "moderna" de la Edad de Piedra que com¨ªa costillas de brontosauro y pastel de rudibarbo y que cautiv¨® a una generaci¨®n mucho m¨¢s inocente que la que este verano har¨¢ tambi¨¦n cola para ver a Arnold Schwarzenegger en la superproducci¨®n True lies.
Punto de referencia
En sus 34 a?os de vida, Los Picapiedra, as¨ª como todos los dibujos animados que salieron de los estudios de William Hanna y Joseph Barbera, no han dejado en ning¨²n momento de ser un punto de referencia generacional dentro y fuera de Estados Unidos. Pero nadie intenta vender la nueva pel¨ªcula como nada m¨¢s que un mero entretenimiento. El director, Brian Levant, especialista y coleccionista de objetos sobre Los Picapiedra, cree que el objetivo fundamental es mantener el esp¨ªritu, el tempo y el humor plano de los dibujos originales. "Las historias son muy simples", dice Levant, "peque?as obras con moraleja sobre la amistad, la responsabilidad y la capacidad de perdonar".Que esto funcione en una pel¨ªcula de acci¨®n, real de 90 minutos depender¨¢ en gran parte de lo que a cada uno le parezca la elecci¨®n del reparto. John Goodman (Barton Fink, Roseanne en televisi¨®n) es Pedro Picapiedra; Rick Moranis (La tienda de los horrores) es Pablo M¨¢rmol; Elizabeth Perkins (Big) es Wilma, y Rosie O'Donnell (Algo para recordar) es Betty. La mism¨ªsima Elizabeth Taylor, que llevaba 15 a?os sin aparecer en la pantalla grande, tiene un peque?o papel como la madre de Wilma. Taylor acept¨® el papel a condici¨®n de que el estreno de Los Picapiedra fuera una gala a beneficio de su fundaci¨®n, pro enfermos de sida. Goodman, que con buen humor ha dicho que no le gusta verse impreso en el envoltorio de una hamburguesa y que est¨¢ "enfermo" de la excesiva promoci¨®n de la pel¨ªcula, asegura que "Los Picapiedra es una pel¨ªcula para todo el mundo, y sobre todo para la gente de 30 o m¨¢s a?os que creci¨® con ella".
La Universal ha reconstruido minuciosamente el pueblo de Bedrock, la decoraci¨®n interior, el mobiliario y los vestuarios imaginados por Hanna & Barbera hace tres d¨¦cadas. El equipo de efectos especiales de Parque Jur¨¢sico y el taller de Jim Henson (Los tele?ecos) se han encargado de dar vida a todo tipo de criaturas prehist¨®ricas, en un plano virtual y mec¨¢nico respectivamente.
El cartoon channel del magnate Ted Turner era hasta ahora el encargado de dar continuidad a la est¨¦tica de la familia de Bedrock, consciente de que el look de la serie es un fil¨®n no s¨®lo de cara al p¨²blico infantil, sino a los amantes del revival de los a?os sesenta. Anticip¨¢ndose a la fiebre Picapiedra, Turner ha lanzado en v¨ªdeo una colecci¨®n de los episodios originales, ha organizado maratones televisivos y rescatado el casi desconocido primer cap¨ªtulo de la serie.
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