"Aquello era para 'masocas"
David Santos, uno de los 'boinas verdes' que desertaron del cuartel de Palma, regresa a casa.
David Santos no se declara antimilitarista. Si se escap¨® del cuartel de las Compa?¨ªas de Operaciones Especiales (COE) de Palma de Mallorca es porque se cans¨® del "infierno, los pu?etazos en el pecho, las patadas y los castigos". Se largaron ¨¦l y 17 de sus compa?eros cuando s¨®lo les faltaban dos meses de mili porque "el trato insoportable" que recib¨ªan no se acababa nunca. "Aquello era criminal, para masocas". David, que fue se?alado como cabecilla de la revuelta, asegura que soport¨® un infierno tal, que los tres meses que luego pas¨® en el calabozo le parecieron "el para¨ªso: nos trataron como a personas". El domingo pasado termin¨® el arresto de tres meses y regres¨® a su casa en Huelva, licenciado. Tres de sus compa?eros siguen en el calabozo.David Santos Ca?a no quer¨ªa seguir estudiando FP y opt¨® por hacer el servicio militar en las COE. Aspiraba a pertenecer a un cuerpo de ¨¦lite, con una magn¨ªfica preparaci¨®n. "Adem¨¢s, me ven¨ªa bien la preparaci¨®n f¨ªsica porque quer¨ªa ser polic¨ªa nacional". Buscaba no perder el tiempo en cualquier cuartel, "pero tampoco me fui porque quisiera ser Rambo". Estaba bien de forma. Incluso hab¨ªa jugado al f¨²tbol en las categor¨ªas inferiores del Recreativo de Huelva, hasta que se lesion¨® el menisco.
Se apunt¨® a los boinas verdes y le destinaron a la compa?¨ªa n¨²mero 7 del cuartel General Asensio, de Palma. Le dijeron que iba a hacer submarinismo, alpinismo, rapel, paracaidismo, descenso de helic¨®pteros... "Pero yo no he visto un helic¨®ptero ni en pintura, y lo ¨²nico que he hecho ha sido andar hasta desollarme los pies".
En la primera maniobra larga en que particip¨® tuvo que ser hospitalizado al cuarto d¨ªa porque lleg¨® a tener los pies en carne viva. "Yo quer¨ªa aguantar las 10 jornadas de maniobras, seguir, demostrar que val¨ªa, pero era imposible. Tard¨¦ una semana en volver a andar. Pero eran tantas las ganas que ten¨ªa de cumplir, que ped¨ª el alta. Quer¨ªa demostrar que val¨ªa para eso, que pod¨ªa aguantar y servirles bien".
All¨ª, dice, las cosas se hac¨ªan por un solo motivo: "Porque lo mando yo, y si no, ya sabes lo que hay: le?a". Cuando cuenta esto, David parafrasea un art¨ªculo del reglamento militar: "Lo pon¨ªan por todas partes en el cuartel. Que el mando debe inculcar respeto al soldado por el propio respeto, no por el miedo al castigo".
?Cu¨¢l era el castigo m¨¢s habitual? "La pu?ada, el pu?etazo en el pecho". "Lo m¨¢s normal cuando hac¨ªas algo que no le gustaba al mando era que te pegaran un pu?etazo en el pecho. En el cuartel no te daban muy fuerte, pero cuando estabas en el campo y no los ve¨ªan te daban tan fuerte que te dejaban el pecho hinchado. Y no era uno al d¨ªa, era uno, otro, cinco a seis al d¨ªa". Cuenta David c¨®mo durante unas maniobras un civil que paseaba a su perro por el campo reprendi¨® a un cabo por maltratar a un soldado. Era el boina verde Carlos Membrilla, que m¨¢s tarde acab¨® hospitalizado por tuberculosis.
El d¨ªa de la patrona
?Y qu¨¦ fue lo peor? "El d¨ªa de la patrona, una supuesta fiesta que ten¨ªamos all¨ª". David recuerda que ese d¨ªa a uno de sus compa?eros se le escap¨® un disparo de fogueo durante un ensayo de salva para un homenaje a los ca¨ªdos. El culpable no sali¨®. "Nos cogieron a unos pocos sospechosos y nos tuvieron haciendo la silla el¨¦ctrica: en cuclillas, de cara a la pared y con una silla de hierro en los brazos en alto. Te iban preguntando 'qui¨¦n ha sido', y al no contestar nos daban patadas en el pecho". Al final decidieron hacer un sorteo para se?alar a un culpable. "Le golpearon, pero no le hicieron demasiado porque creo que sab¨ªan c¨®mo fue elegido".Tambi¨¦n estaba la t¨¦cnica del culatazo. "Te lo daban cuando estabas reptando y no pod¨ªas m¨¢s. Cuando ibas por el charco, se sub¨ªan encima o te pon¨ªan una piedra". Y no se queja. "No digo que esto de la piedra estuviera mal, s¨®lo que ten¨ªa que estar acompa?ado de incentivos, ¨¢nimos, pero all¨ª no".
S¨ª se lamenta de que se sent¨ªa alienado. David asegura que si le hubieran hecho ese tipo de cosas en la vida civil hubiera reaccionado. "Pero all¨ª no, all¨ª dec¨ªas s¨ª, s¨ª". "Hubo un d¨ªa que las pas¨¦ canutas porque me ordenaron hacer 50 flexiones en el charco lleno de cieno. Perd¨ª el cetme y all¨ª me qued¨¦, disimulando, cagado de miedo, hasta que lo encontr¨¦". Ahora se r¨ªe acord¨¢ndose.
Con el tiempo las cosas empeoraban -"ya ¨¦ramos simples marionetas"- y decidieron actuar. David Santos Ca?a, con 20 a?os cumplidos el 2 de mayo en los calabozos, ha pasado tres meses arrestado por escaparse del cuartel la noche del 21 de febrero de 1994 para acudir al juez togado militar a denunciar que ¨¦l y sus compa?eros eran v¨ªctimas de malos tratos. Antes hab¨ªan relatado los hechos a los medios de comunicaci¨®n. David niega que fuera el cabecilla o el organizador. "No lo fui, elegimos a los portavoces por sorteo, pero me han llegado a decir que era manejado por Izquierda Unida".
Correr y limpiar
A David Santos le cuesta resumir lo que era un d¨ªa cualquiera de su mili en las COE. No es que hiciera muchas cosas diferentes; es que no quiere ni acordarse. "Nos levant¨¢bamos a la siete de la ma?ana, muertos de miedo, pregunt¨¢ndonos qu¨¦ nos iba a pasar, despu¨¦s de haber pasado la noche recordando lo que nos hab¨ªan hecho el d¨ªa anterior". "Siempre corriendo. F¨ªjate c¨®mo era que s¨®lo cinco de los 21 pod¨ªamos aguantar el ritmo. Y eso que el que se quedaba rezagado sab¨ªa que le iban a currar. Hostias, pedradas y de todo. Luego ven¨ªan las tablas de gimnasia, fuerte, no cualquier cosa. Y eso que la gimnasia me gustaba y yo la resist¨ªa bien".Luego ducha y vuelta a empezar. "Sal¨ªamos entonces a hacer instrucci¨®n de combate. Todo el d¨ªa tirados en los charcos, como si estuvi¨¦ramos combatiendo. Cuerpo a tierra, reptar en el charco, el cieno, la arena. Acababas destrozado". "Luego, en cinco minutos, no te exagero, ten¨ªas que estar con el cetme limpio, las botas y el uniforme impecable".
Por la tarde, recuerda David, "s¨®lo sal¨ªan unos pocos, porque por no estar con todo limpio la mitad de las veces te quedabas arrestado". "Y si no sal¨ªas, estabas a merced del humor del cabo de guardia. Los que se quedaban por la tarde se la pasaban pr¨¢cticamente entera limpiando".
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