"La democracia ha ganado la batalla en Hispanoam¨¦rica"
?C¨®mo explicar el predominio del caudillismo en Hispanoam¨¦rica? ?Cu¨¢les fueron sus or¨ªgenes, su naturaleza, su significado? A estas preguntas responde el libro Caudillos en Hispano am¨¦rica 1800-1850, del historia dor e hispanista John Lynch, que acaba de publicar la Fundaci¨®n Mapfre. Lynch. parte de la con vicci¨®n de que "la figura del caudillo fue el producto de la combinaci¨®n de ciertas condiciones y sucesos, y que por tanto no debe tratar de explicarse en t¨¦rminos que impliquen valores culturales, tradiciones heredadas de Espa?a o un car¨¢cter nacional en particular". El fen¨®meno se produjo casi simult¨¢neamente en Espa?a (durante la guerra de Independencia) y en Hispanoam¨¦rica (en las revoluciones y guerras por la independencia).Pregunta. ?C¨®mo surge el caudillismo?
Respuesta. Los defectos en la estructura rural, el entorno econ¨®mico y social, provocaron la aparici¨®n del bandolerismo que luego se transform¨® en guerrilla. Sigue la misma ruta en ambos lados de Atl¨¢ntico.
P. ?Qu¨¦ define a un caudillo?
R. Tienes unos rasgos b¨¢sicos: una base econ¨®mica, una implantaci¨®n social y un proyecto pol¨ªtico. Tratan de conseguir poder y riqueza mediante el uso de las armas. El caudillo establec¨ªa una "clientela", que se ocupaba de llevarlo al poder y de mantenerlo en ¨¦l. Durante la guerra de la independencia abrazaron causas pol¨ªticas bastante rudimentarias, por ejemplo la hostilidad a Espa?a y a la causa realista, pero no ten¨ªan una visi¨®n del futuro pol¨ªtico de Hispanoam¨¦rica. Estaban encerrados en su propia regi¨®n. En cambio, los l¨ªderes pol¨ªticos, como Bol¨ªvar o San Mart¨ªn, s¨ª ten¨ªan una visi¨®n pol¨ªtica y legislativa del gobierno y lo proyectaron con programas pol¨ªticos, no con clientelismo.
P. Los caudillos complicaron el proceso de independencia.
R. Fue todo muy complejo. L¨ªderes como Bol¨ªvar, San Mart¨ªn o Sucre tuvieron que reclutar a bandoleros y guerrilleros para luchar contra los ej¨¦rcitos reales. Las bandas guerrilleras batallaban por el pillaje y por su subsistencia a las ¨®rdenes de su caudillo. Bol¨ªvar impuso la ideolog¨ªa pol¨ªtica.
P. ?Cu¨¢l fue el papel de los caudillos tras la independencia?
R. Despu¨¦s de la independencia se procedi¨® a la creaci¨®n del Estado naci¨®n. Los l¨ªderes republicanos proyectaron grandes Estados, como Gran Colombia o R¨ªo de la Plata, con estructura federal y ligados al liberalismo. En cambio, los caudillos regionales reaccionaron contra este gran Estado. En Venezuela, por ejemplo, P¨¢ez capitane¨® la rebeli¨®n contra Bogot¨¢, sac¨® al pa¨ªs del conjunto de Estados y lo hizo independiente.
P. A la larga triunfaron las aspiraciones de los caudillos.
R. Hacia 1830 se produjo una reacci¨®n conservadora y nacionalista de los caudillos contra el federalismo liberal. Las unidades peque?as fueron mucho m¨¢s realistas que los grandes Estados. La Europa de ahora me recuerda a la Hispanoam¨¦rica de aquella ¨¦poca.
P. ?Por qu¨¦?
R. Se quiere crear un super Estado con componentes regionales y quiz¨¢ con una Constituci¨®n y la historia ense?a que los pueblos luchan por sus intereses nacionales y reaccionan contra los grandes Estados.
P. En el siglo XIX, las nuevas naciones hispanoamericanas ten¨ªan elites locales muy poderosas. ?Por qu¨¦ aguantaron el liderazgo de los caudillos?
R. Porque fueron. los gendarmes necesarios de esa ¨¦poca. Durante la guerra, ten¨ªan capacidad para reclutar gente. Luego, porque pod¨ªan establecer un cierto control social e influir en las clases oprimidas y este? fue importante para la ¨¦lite. El caudillo fue el protector capaz de controlar a las masas y de darles la ilusi¨®n y la esperanza de un cambio sin cambiar realmente la estructura social de la ¨¦poca. Las masas necesitaban a ese hombre fuerte y las elites tambi¨¦n porque les proteg¨ªa.
P. Las consecuencias de ese caudillismo se han mantenido en el siglo XX.
R. Ha habido rasgos de la tradici¨®n del caudillismo en l¨ªderes populistas, como Per¨®n. El clientelismo de los antiguos caudillos se mantiene en el siglo XX. En realidad, sigue siendo la llave de la pol¨ªtica en Hispanoam¨¦rica, tanto en democracia como en dictadura.
P. Y en el siglo XXI, ?habr¨¢ caudillos en Latinoam¨¦rica? ha ganado la batalla definitiva en Hispanoam¨¦rica, pero la ¨²ltima palabra sobre la historia pol¨ªtica no est¨¢ escrita y es dificil asegurar que en Hispanoam¨¦rica habr¨¢ democracia para siempre. Te¨®ricamente, puede seguir existiendo la posibilidad del retorno del hombre fuerte si los sistemas democr¨¢ticos no logran resolver los problemas sociales.
P. En Espa?a, durante 40 a?os ha habido un dictador que se hac¨ªa llamar caudillo.
R. No creo que vuelva a surgir una figura de ese tipo en Espa?a. Desde los a?os setenta vive un periodo de estabilidad. Adem¨¢s, est¨¢ vinculada a Europa. Es dificil prever el futuro pero en algunos pa¨ªses como Italia, Espa?a o Alemania, la derecha no tiene una historia tan respetable, como la de los conservadores norteamericanos o brit¨¢nicos.
P. La permanencia de viejas estructuras sociales y rurales, que hace m¨¢s de un siglo permiti¨® la aparici¨®n de los caudillos, han provocado ahora estallido como el de Chiapas.
R. S¨ª. Chiapas es una historia de rebeliones de l¨ªderes locales. Las han tenido en el siglo XVI, en el XVII, en el XVIII... y ahora. Este ¨²ltimo estallido no tiene nada que ver con un movimiento de izquierdas, ha sido una protesta rural, desde una visi¨®n religiosa y cristiana, contra los grandes terratenientes y sus socios del Gobierno.
P. Usted ha estudiado exhaustivamente a cuatro caudillos: el argentino Juan Manuel de Rosas, el venezolano Jos¨¦ Antonio P¨¢ez, el mexicano Antonio L¨®pez de Santa Anna y el guatemalteco Rafael Carrera, ?cu¨¢l le ha gustado m¨¢s?
R. Ninguno de estos chicos me gusta demasiado, pero quiz¨¢ siento cierta admiraci¨®n por P¨¢ez. ?l, al menos, no utiliz¨® la violencia de Estado para controlar a sus enemigos pol¨ªticos. De or¨ªgenes humildes, apoy¨® a los ind¨ªgenas.
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