Integristas marroqu¨ªes en el punto de mira
El Gobierno de Hassan II no parece en absoluto dispuesto a legalizar las organizaciones islamistas, pero tolera sus actividades
Marruecos trata de ensayar una nueva estrategia pol¨ªtica con respecto al movimiento integrista, que podr¨ªa quedar resumida bajo el lema de "integrismos rigurosamente vigilados". Con esta f¨®rmula, el Gobierno de Rabat intenta abrir un espacio de tolerancia con respecto al fen¨®meno integrista, dando permiso a algunas de sus actividades, pero sin que ello suponga legalizar o dar luz verde a sus organizaciones.Esta estrategia, aparentemente ambigua, permite al Gobierno de Hassan II tolerar el fen¨®meno integrista y acatar al mismo tiempo los acuerdos secretos adoptados por la presidencia de la Uni¨®n del Magreb ?rabe (de la que forman parte Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y T¨²nez), en la que se estableci¨® que ning¨²n pa¨ªs de la regi¨®n volver¨ªa a repetir la experiencia argelina y legalizar¨ªa un partido integrista isl¨¢mico, como lo hizo en 1989 el presidente Chadli Benyedid, con respecto al Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS). Esto es lo que opina Mohamed Tozy, catedr¨¢tico en Sociolog¨ªa y Ciencias Pol¨ªticas, considerado como uno de los grandes expertos del movimiento religioso e integrista en el mundo ¨¢rabe y, en especial, en Marruecos.
Esta pol¨ªtica de "tolerancia vigilada" afecta en Marruecos esencialmente a dos organizaciones: la Asociaci¨®n Isl¨¢mica, que dirige Abdelilah Benkiranne, y la denominada Justicia y Caridad, cuyo m¨¢ximo l¨ªder carism¨¢tico es Abdessalam Yassin, quien desde hace m¨¢s de tres anos se encuentra recluido en su domicilio de Sal¨¦, cerca de Rabat, sometido a una orden inexistente, pero impl¨ªcita, de "arresto domiciliario".
La organizaci¨®n m¨¢s beneficiada por esta pol¨ªtica gubernamental es la que dirige Abdelilah Benkiranne, un profesor de f¨ªsica, vecino del suburbio rabat¨ª de Akari, de 40 a?os de edad, que ha pasado ya tres veces por prisi¨®n y asegura haber sido sometido a torturas, pero que a su vez conoce con perfecci¨®n los meandros y vericuetos de la Administraci¨®n del rey de Marruecos.
Benkiranne es un hombre locuaz y expresivo que reparte su tiempo entre la direcci¨®n de una peque?a escuela privada y la gesti¨®n de su Asociaci¨®n Isl¨¢mica, cuya sede principal se encuentra en el barrio del Oce¨¢n, a la sombra del Consejo Consultivo de los Derechos Humanos.
Benkiranne asegura que su organizaci¨®n cuenta con m¨¢s de 5.000 militantes, entre los que se encuentran 1.000 funcionarios de la Administraci¨®n, quienes con sus ayudas econ¨®micas -2,5% de sus salarios- abastecen las necesidades de la organizaci¨®n, entre las que se encuentra la edici¨®n del semanario Arraya (La Bandera), que tiene una tirada de 15.000 ejemplares. El objetivo esencial de esta organizaci¨®n no es la de instaurar de cualquier forma un "Estado isl¨¢rnico", ya que en su opini¨®n esto es ya una realidad en Marruecos, seg¨²n se desprende de la propia Constituci¨®n", sino m¨¢s bien de hacer respetar y difundir los principios y las conductas isl¨¢micas a los gobiernos y a la sociedad.
Para Benkiranne, el ¨¦xito de su organizaci¨®n estriba en no haber buscado nunca la confrontaci¨®n con el r¨¦gimen marroqu¨ª, adoptando siempre una postura de "consenso" y sobre todo de "di¨¢logo" con las autoridades, muy similar a la lograda por Mahmouf Nannah, responsable en Argelia del partido islamista Ham¨¢s. Como su amigo argelino, Benkiranne adopta una apariencia moderada, pero su contenido es radical y para ello cuenta con una fuerte presencia entre la clase media y los j¨®venes universitarios.
La Asociaci¨®n Isl¨¢mica de Benkiranne se mueve en el proceloso terreno de la permisividad administrativa, ya que su movimiento puede considerarse en el mejor de los casos "semiilegal". Desde hace m¨¢s de 11 a?os espera una respuesta del Ministerio del Interior con respecto a su solicitud de legalizaci¨®n. La ¨²nica se?al por ahora clara de la Administraci¨®n es la recibida en 1992, cuando se intent¨® crear un partido, Renovaci¨®n Nacional, cuya inscripci¨®n fue rechazada sin demasiadas explicaciones por las autoridades.
Ocasionalmente, la asociaci¨®n integrista de Abdelilah Benkiranne ha utilizado el apoyo y la cobertura legal del Movimiento Popular Democr¨¢tico y Constitucional, una peque?a organizaci¨®n escindida del Movimiento Popular bereber, que cuenta a la vez con un brazo sindical, de tono "amarillista".
Al amparo de este sindicato, el a?o pasado, los hombres de Benkiranne salieron a la calle en la ciudad de Casablanca con ocasi¨®n de la fiesta del Primero de Mayo. Al amparo tambi¨¦n de este partido, la organizaci¨®n integrista present¨® dos candidatos en las elecciones legislativas, pero fueron apeados en virtud de una decisi¨®n administrativa.
La organizaci¨®n islamista m¨¢s poderosa en cuanto al n¨²mero de militantes es la que lidera Abdesalam Yassin, gu¨ªa espiritual de Justicia y Caridad. Es una organizaci¨®n isl¨¢mica radical y de contestaci¨®n al r¨¦gimen, pero al mismo tiempo se trata de un movimiento estructuralmente fr¨¢gil, ya que Yassin, encerrado en su casa, ha perdido contacto con las bases, que se encuentran divididas y sometida al control de un n¨²mero indeterminado de gu¨ªas espirituales, que fundaron en su d¨ªa la organizaci¨®n en torno a Yassin.
El ¨²nico v¨ªnculo de Yassin con el aparato y con los adeptos es el que logra mantener a trav¨¦s de su hija Nadia, una licenciada en Ciencias Pol¨ªticas, madre de dos hijos y que se ve obligada a repartir su fidelidad pol¨ªtica entre su padre y su esposo, Mohamed Bechir, uno de los l¨ªderes de este movimiento en Casablanca, una de las plazas fuertes del movimiento integrismo.
Justicia y Caridad es, seg¨²n Mohamed Tozy, la suma de diversos sectores, que controlan el aparato en determinadas regiones del pa¨ªs, preferentemente en el Norte y en Uxda. Pero algunos de estos sectores, como los residentes en Francia, se han declarado ya aut¨®nomos con respecto al aparato interior y se permiten tomar sus propias decisiones.
La peculiar situaci¨®n en la que se encuentra sumido Yassin desde hace tres a?os, en arresto domiciliario en Sal¨¦, es, seg¨²n los expertos, la garant¨ªa ¨²ltima de su liderazgo y de la cohesi¨®n de su organizaci¨®n. La estrategia adoptada por el poder con respecto a una posible liberaci¨®n de Yassin ha abierto ya un peligroso debate pol¨ªtico que podr¨ªa hacer estallar en mil pedazos a Justicia y Caridad.
La mala imagen del ejemplo argelino
Abdesalam Yassin, de 67 a?os de edad, por sus caracter¨ªsticas profesionales -es inspector del Ministerio de Educaci¨®n-, conoce perfectamente el terreno de la ense?anza y gracias a ello ha sabido estructurar una red minuciosamente dise?ada.Bajo su influencia se crean clases en las que se agrupan los alumnos m¨¢s aventajados; all¨ª se les a¨ªsla y se les trata de captar a favor del integrismo isl¨¢mico.
Uno de los parad¨®jicos puntos en com¨²n entre la organizaci¨®n de Yassin y Benkiranne es su cr¨ªtica con respecto a la pol¨ªtica desarrollada por el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) en el m¨¢s extenso pa¨ªs del Magreb, Argelia.
En su opini¨®n, el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n creci¨® con demasiada rapidez, carece de bases s¨®lidas, de discurso coherente y, sobre todo, lo "m¨¢s condenable" es que ha provocado con su radicalizaci¨®n una actitud de rechazo y ha creado una "mala imagen" del integrismo isl¨¢mico a lo largo y a lo ancho del Magreb.
Las cautelas de las autoridades marroqu¨ªes con respecto al movimiento integrista surgen como consecuencia del reflejo FIS, pero tambi¨¦n es el recuerdo de la trayectoria tr¨¢gica y sangrienta de las Juventudes Isl¨¢micas, creadas en la ciudad de Casablanca en 1970 por Mohamed Moti e Ibrahim Kamal, acusados en diciembre, de 1975 de estar implicados en el asesinato del l¨ªder socialista Omar Benjellun.
Las Juventudes Isl¨¢micas est¨¢n consideradas como una fuente inagotable del islamismo marroqu¨ª, que irrumpe inesperadamente en la escena pol¨ªtica de Marruecos impulsando un mensaje de violencia similar al que en Argelia han puesto en marcha tanto el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n como su brazo militar, el Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA).
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