Ejemplo pr¨®ximo

Escribo esta carta tras leer el art¨ªculo sobre el Museo del Prado publicado el 22 de mayo.En mi opini¨®n, el Museo del Prado es uno de los m¨¢s bellos del mundo, y estoy plenamente de acuerdo con la denominaci¨®n de intenso que Antonio Saura, en otro art¨ªculo de EL PA?S de la misma fecha, utiliza. Siempre que voy a Madrid procuro hacer una visita al Prado y lamento leer, comparativamente con otros museos, cu¨¢n precario es su presupuesto.Creo que la imagen que da el museo al visitante es digna. No es mala cosa en s¨ª, pero llega a serlo cuando se trata, como es el caso, del primer museo de Espa?a. Siento una sana envidia de ver c¨®mo el Gobierno franc¨¦s se preocupa de cuidar su patrimonio como lo hace. Los trabajos del Louvre, entre otras muchas cosas, son la mejor propaganda que puede tener la cultura francesa. Si bien es cierto que Francia es, aproximadamente, casi dos veces m¨¢s rica que Espa?a, parece ser que el Gobierno espa?ol ha descuidado incre¨ªblemente el Prado.En el antedicho art¨ªculo se critica, en exceso creo, la librer¨ªa del museo. Posiblemente los autores no tuvieron la oportunidad de conocer la librer¨ªa que se encuentra en el piso bajo del Prado; no es la mejor de las librer¨ªas, pero s¨ª es digna (aunque, desgraciadamente otra vez, s¨®lo eso).?Para cu¨¢ndo tendremos unos gobernantes que se ocupen, por fin, del Prado y de la capital de Espa?a? Los franceses saben bien que una forma inteligente y enriquecedora de dar ilusi¨®n y orgullo a sus habitantes es ocuparse del patrimonio nacional. Nuestros gobernantes tienen el ejemplo muy pr¨®ximo. Ojal¨¢ lo sigan-