Aerosmith busca gimnnasio
Un d¨ªa de descargas el¨¦ctricas para chicos de pelo corto
No llevan el pelo largo. Tampoco lucen tatuajes, ni vaqueros ajustados, ni camisetas sin mangas. El macroconcierto del rock duro congreg¨® en el Palacio de los Deportes a 10.000 j¨®venes que en su gran mayor¨ªa no rebasaban los 20 a?os. En escena se encontraron a los que podr¨ªan ser sus padres: los legendarios Aerosmith. Estos rockeros ya no son lo que eran. "Lo primero que buscamos al llegar a una ciudad es un gimnasio", dec¨ªa el teclista de la banda de Boston. Donde antes hab¨ªa drogas y alcohol ahora hay pesas. Est¨¢n cachas y no tienen ojeras.La jornada madrile?a de Aerosmith estuvo repleta de citas. A las doce de la ma?ana, una mesa gigante con apetitosos platos de ensalada, pollo y fiambre les esperaban en la azotea de Gran V¨ªa, 32, la sede de Los 40 Principales. Nueve pisos m¨¢s abajo, los fans de la banda se arremolinaban a las puertas del edificio. "Vamos a esperar un poco para empezar. Estoy mal del est¨®mago por tanto caf¨¦ en el hotel", comentaba Steven Tyler, l¨ªder de Aerosmith, para retrasar unos minutos su actuaci¨®n ac¨²stica en los estudios de la Cadena 40.
Hac¨ªa cuatro a?os que la banda americana no ofrec¨ªa un recita lde estas caracter¨ªsticas. Todo un lujo. S¨®lo unos pocos privilegiados pudieron asistir al miniconcierto: los que aguardaban en la puerta la salida de sus ¨ªdolos. Y todo gracias a Tyler, que no quer¨ªa actuar enfrente de una "panda" de ejecutivos encorbatados. Quer¨ªa ver "a la gente real", seg¨²n coment¨® el teclista. "He visto que hay sitio de sobra", dijo Steven Tyler, momentos antes del ac¨²stico. "?Por qu¨¦ no subimos a unos cuantos fans aqu¨ª arriba?". Dicho y hecho. A los cinco minutos una treintena de jovencitas se sentaban en la moqueta del estudio, a un metro escaso de sus h¨¦roes. A alguna se le saltaban las l¨¢grimas. S¨®lo dos chicos entraron en el lote de los elegidos.
La miniactuaci¨®n matutina fue todo menos ac¨²stica. Ca?a por un tubo. Por mucho que el bajo y las guitarras fueran ac¨²sticas aquello sonaba muy duro. Y Tyler actu¨® como si ante un estadio de f¨²tbol estuviera. La cercan¨ªa de las admiradoras le insuflaba energ¨ªa. Living on the edge y Walk this way desataron gritos hist¨¦ricos. Al acabar la actuaci¨®n lleg¨® la hora de los aut¨®grafos. A uno de los dos chicos le firm¨® en el pa?uelo que llevaba en la cabeza. Al otro, en la chupa de cuero marr¨®n. Las chicas, adem¨¢s de aut¨®grafo, ped¨ªan beso. Y arrimaban los morritos para rozarse con los sensuales labios de la boca m¨¢s grande del rock duro, la de Steven Tyler.
Pasear por la ciudad, pulsar su ambiente en los bares y caf¨¦s y ver monumentos. Es a lo que se dedican los Aerosmith cuando van de. gira. Tras el miniconcierto, una representaci¨®n del grupo -el bajista y un guitarrista- sortearon en Madrid Rock un viaje para ver el concierto de la banda americana en Tel Aviv. Y por la tarde, reuni¨®n con los m¨²sicos madrile?os. Los Ronaldos, Los Rodr¨ªguez, Alejandro Sanz, Nacho. Garc¨ªa Vega, Cristina y el escritor Ray Loriga asistieron a la reuni¨®n con la banda de Boston. Mataron el rato recordando viejos ¨¦xitos de la "m¨²sica hortera" -tipo Baccara, Basilio, Pablo Abraira- y fumando alg¨²n que otro petardito.
A las nueve saltaban a escena Extreme, la banda de Gary Cheronee y Nuno Betancurt. Estos teloneros de lujo ofrecieron una descarga el¨¦ctrica que moviliz¨® a los 10.000 asistentes. Y a las 22.30 sal¨ªan a escena Aerosmith para cerrar el macroconcierto de rock duro del a?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.