Grupos norteamericanos piden que se les autorice m¨¢s del 25% en empresas de TV por cable

El actual momento de los medios audiovisuales en Espa?a plantea una oportunidad para capitales norteamericanos que quieren introducirse en el mercado europeo de la te, lecomunicaci¨®n. Algunas de las mayores em presas de ocio del mundo, como Time Warner o Disney, se interesan por comprar una parte de Antena 3 Televisi¨®n, aprovechando que Banesto ha puesto en venta su participaci¨®n. Pero ¨¦sa no es la ¨²nica oportunidad: los preparativos de la ley de televisi¨®n por cable han hecho que la misma Time Warner y uno de sus due?os, la compa?¨ªa telef¨®nica US West, hayan pedido a altos cargos del Gobierno espa?ol que se les permita invertir hasta el 49% en las futuras empresas de televisi¨®n por cable.

El borrador actual de ley del cable, tal como figura en la ¨²ltima redacci¨®n hecha por los servicios que dependen del ministro de Obras P¨²blicas, Jos¨¦ Borrell, no establece limitaci¨®n alguna a la participaci¨®n de operadores extranjeros en las empresas interesadas en prestar el servicio de televisi¨®n por cable.S¨®lo se remiten a la Ley de Ordenaci¨®n de las Telecomunicaciones (LOT), que tampoco fija l¨ªmites estrictos a esa presencia de empresas extranjeras. Una participaci¨®n de capitales de fuera de la Uni¨®n Europea, superior al 25%, s¨®lo est¨¢ condicionada por la LOT a la autorizaci¨®n del Gobierno. Todo depende, por tanto, de la decisi¨®n definitiva que tome el Parlamento acerca de la ley del cable.

De momento, esa ley se denomina "de televisi¨®n por cable". Pero la tecnolog¨ªa ha avanzado lo suficiente como para saber que, una vez instaladas las redes, t¨¦cnicamente se puede prestar a trav¨¦s de `, las mismas otros muchos servicios, incluso los telef¨®nicos. Esto no tiene a¨²n mucha ,virtualidad pr¨¢ctica, pero lo tendr¨¢ en poco m¨¢s de tres a?os, cuando se produzca la liberalizaci¨®n de las telecomunicaciones decidida por la Uni¨®n Europea y aceptada por el Gobierno espa?ol, inicialmente, para el 1 de enero de 1998.

En pleno debate

Mientras se realizan los preparativos legales, grandes grupos norteamericanos se han lanzado al debate sobre la liberalizaci¨®n de las telecomunicaciones en Espa?a, con el prop¨®sito de hacerse con un buen pedazo del posible pastel. Ni siquiera se arredran ante el relativo pesimismo que existe en el sur de Europa hacia las verdaderas posibilidades del cable, que se encuentra muy retrasado -en Francia, en Italia, en Portugal y en la propia Espa?a- respecto a los pa¨ªses del centro de Europa y a los Estados Unidos. "Cuando Graham Bell invent¨® el tel¨¦fono, ?lo que le cost¨®!", argumenta uno de los ejecutivos que trabajan para empresas norteamericanas.

La compa?¨ªa telef¨®nica norteamericana US West, una de las propietarias de Time Warner -el mayor gigante de ocio del mundo-, ha negociado la constituci¨®n de empresas conjuntas con el Gobierno vasco y con el Ayuntamiento de Barcelona. Seg¨²n sus c¨¢lculos, cablear todo

Barcelona podr¨ªa costar entre 500 y 600 n¨²llones de d¨®lares (de 70.000 a 84.000 millones de pesetas). Esa estimaci¨®n est¨¢ basada en los costes de ciudades similares en otras partes del mundo.

"Nada que comentar"

Estos operadores estadounidenses han intentado negociar con la Compa?¨ªa Telef¨®nica. El portavoz de esta ¨²ltima no tiene "nada que comentar" al respecto. Pero el presidente de la compa?¨ªa, C¨¢ndido Vel¨¢zquez, expres¨® un punto de vista muy cauteloso hacia la penetraci¨®n de empresas norteamericanas en Espa?a, durante unas jornadas sobre telecomunicaciones celebradas la semana pasada en Madrid.

Sin aludir expresamente a nacionalidad alguna, Vel¨¢zquez dijo: "Si otros operadores van a entrar, Telef¨®nica debe tener la posibilidad de hacer otras actividades y dar multiservicios. Desde luego, no se deber¨ªan dar licencias a compa?¨ªas de pa¨ªses que no apliquen la reciprocidad. No hay ning¨²n motivo para abrir nuestros mercados a los que no nos los abren a nosotros, sobre todo a los que proceden de fuera de la Uni¨®n Europea".

La legislaci¨®n de los Estados Unidos permite menos de un 25% de capital extranjero en sus empresas de comunicaci¨®n.