La dif?cil supervivencia profesional de la RAI
Silvio Berlusconi ha dado marcha atr¨¢s: ha dicho que quiere "una televisi¨®n p¨²blica independiente" y no "gubernamental". Corrige as¨ª la impresi¨®n causada por unas primeras declaraciones suyas en las que advert¨ªa que la RAI no pod¨ªa mantenerse en una l¨ªnea contraria al Gobierno.La Radiotelevisi¨®n Italiana (RAI-TV), la televisi¨®n p¨²blica que se sustenta con el canon de los ciudadanos y con una cuota de publicidad, y a la que el Estado echa una mano cuando se desbordan los balances, sol¨ªa llamarse en los a?os de dominio democristiano, la mamma RAI, porque era como una gran placenta que daba cobijo y trabajo a m¨¢s de 30.000 personas.
Pero tambi¨¦n porque para entrar en su familia era necesaria una gran fidelidad pol¨ªtica. Al principio, una fidelidad fundamentalmente democristiana. Y cuando la DC fue compartiendo poder con socialistas y dem¨¢s partidos laicos, la fidelidad se repart¨ªa seg¨²n el pol¨ªtico que te hab¨ªa llevado de la mano, y al cual 'deb¨ªas ser fiel a la hora de informar. Durante las reuniones para el reparto del trabajo, el director de turno, en vez de designar por su nombre al periodista, dec¨ªa: "Que vaya el del pol¨ªtico X" o "el del pol¨ªtico Z".
La oposici¨®n comunista o de extrema derecha estuvo muchos a?os fuera del seno de la mamma RAI, hasta que tambi¨¦n ellos empezaron a entrar en el juego. Les dieron entonces el tercer canal. Y as¨ª exist¨ªa RAI-1, la m¨¢s importante, fundamentalmente llevada por democristianos; la RAI-2, controlada m¨¢s bien por socialistas; y la RAI-3, por comunistas, republicanos y Verdes.
El problema de financiaci¨®n de la RAI, que ha visto a lo largo de los a?os toda una serie de tentativas de reforma, se ha debido en parte a que. un buen n¨²mero de los periodistas que cobraban de la RAI, en realidad trabajaban despu¨¦s en las oficinas de prensa de los pol¨ªticos, debiendo la empresa sustituir su trabajo con profesionales externos (unos 20.000).
La RAI-TV` ha contado, sin embargo, con grandes profesionales. Y a mi parecer fue durante a?os una gran televisi¨®n, con mucho valor est¨¦tico y art¨ªstico, con la que colaboraron los mejores directores de cine, sobre todo hasta que la aparici¨®n de las televisiones privadas le hizo caer en la tentaci¨®n de imitarlas, perdiendo calidad y prestigio.
De un extremo a otro
Donde la RAI-TV ha fallado, sobre todo, ha sido en los servicios informativos, fuertemente condicionados -como, por otra parte, lo era todo en Italia- por los partidos. Lo recordaba hace s¨®lo, 48 horas Giovanni Valentini, editorialista de La Repubblica, cuando tras la ¨²ltima pol¨¦mica del jefe del Gobierno, Silvio Berlusconi, con la RAI, escrib¨ªa: "Sabemos muy bien, y nuestro diario no dej¨® nunca de denunciarlo, que en el interior de la RA.1 el r¨¦gimen feudal de los partidos hab¨ªa sustituido las reglas de la profesionalidad con la de la pertenencia y de la fidelidad. De ah¨ª el clientelismo, el reparto por cuotas, los derroches y los malos h¨¢bitos".
Era, pues, de esperar que despu¨¦s del terremoto pol¨ªtico que ha agitado a Italia y que ha acabado con la primera rep¨²blica, una, de las instituciones que iban a ser cuestionadas era la RAI, que: en la ¨²ltima batalla entre Berlusconi y Occhetto apost¨® a favor de los progresistas contra la nueva derecha. Otra cuesti¨®n es c¨®mo la nueva clase pol¨ªtica va a resolver el espinoso problema,, no s¨®lo de la televisi¨®n p¨²blica, sino tambi¨¦n de la privada, hoy, casi toda ella en manos de su jefe, Berlusconi.
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