La mejor manera de ayudar a Hait¨ª

Invadir Hait¨ª es una mala idea que apoya buena gente. Creen que no es probable que el embargo fuerce a los oficiales del Ej¨¦rcito a dejar el poder, y temen que la ¨²nica alternativa a la invasi¨®n es dejarles que se queden indefinidamente. Pero esto no tiene por qu¨¦ ser verdad. La invasi¨®n, seg¨²n sus defensores, ser¨ªa una soluci¨®n r¨¢pida y limpia, que permitir¨ªa a las tropas americanas expulsarles en cuesti¨®n de semanas y dejar el pa¨ªs a su Gobierno elegido y la vuelta de su presidente, Jean-Bertrand Aristide. ( ... ) Adem¨¢s de sus complejidades pr¨¢cticas, la invasi¨®n es un error en principio. Es la soluci¨®n colonial, bienintencionada, pero no deja de ser la imposici¨®n por la fuerza armada de las decisiones de un pa¨ªs grande sobre uno peque?o. ( ... ) Pero hablar de una invasi¨®n s¨®lo diversifica energ¨ªas del proceso pol¨ªtico esencial de construir un Gobierno que pueda gobernar. Este proceso tiene que comenzar con el presidente Aristide mismo. ( ... ) Representa la legitimidad constitucional, y ning¨²n Gobierno que le excluya conseguir¨¢ el respeto y la ayuda de los amigos de Hait¨ª en el exterior. (...) ?l tiene que trabajar con sus adversarios que aceptan_el gobierno de la ley para aislar a los pistoleros. Incluso entre los que no son sus amigos hay un creciente des¨¢nimo por la anarqu¨ªa y corrupci¨®n que asuela el pa¨ªs. ( ... ) Aristide es el presidente y tiene que tomar la iniciativa. Las tropas norteamericanas no lo pueden hacer por ¨¦l., 10 de junio