Una nueva versi¨®n de 'El mercader de Venecia' desata la pol¨¦mica en Londres
La obra convierte al usurero Shylock en una v¨ªctima del antisemitismo
Shylock, el prestamista jud¨ªo de la comedia de Shakespeare El mercader de Venecia, escrita hacia 1596, ha regresado a la escena londinense convertido en una v¨ªctima de la intolerancia. El sombr¨ªo usurero que reclamaba una libra de carne, extra¨ªda del cuerpo del cristiano Antonio como pago de una deuda, es ahora un ejecutivo que se revuelve contra el racismo. David Thacker, responsable de la obra, ha querido subrayar la frustraci¨®n de un hombre que desea convivir sin perder su identidad cultural. Las alteraciones efectuadas en el texto original para lograr dicho efecto han irritado a un sector de la cr¨ªtica. Uno de sus representantes m¨¢s conocidos, Arnold Wesker, ha llegado a decir que el productor impone su opini¨®n, "fantaseando acerca de lo que le hubiera gustado que el propio autor escribiera".Sobre la opini¨®n de ambos planea una misma duda: saber si esta pieza teatral, donde Shylock es forzado a convertirse en cristiano, no ser¨¢ demasiado antisemita para un tiempo que contempla el alza del neofascismo. En su versi¨®n, David Thacker subraya el perfil de un jud¨ªo so: metido a diario a actos conscientes e inconscientes de antisemitismo. Un hombre lleno de rabia que usa la iron¨ªa como forma de supervivencia. Audaz hombre de negocios, Shylock es ahora m¨¢s v¨ªctima que villano.
?xito de p¨²blico
Los esfuerzos de Thacker por clarificar los motivos del usurero no han convencido a Arnold Wesker, que sostiene que escribir una pieza distinta hubiera resultado m¨¢s honesto que adaptarla. Como un texto de Shakespeare no admite l¨ªneas nuevas, la actual producci¨®n ha suprimido algunos pasajes. "Nada revolucionario. S¨®lo lo suficiente para acercar el texto a la sensibilidad del siglo XX", se?ala la Royal Shakespeare Company, encargada de la interpretaci¨®n.
Para Wesker, ¨¦sta es una forma de imponer la visi¨®n del productor sobre la propia del autor. "El Shylock de Shakespeare es una caricatura. ?l quer¨ªa ganar dinero con la obra y el efecto que produce, no su intenci¨®n, es antisemita", ha dicho en una charla con Thacker auspiciada por el rotativo The Guardian. El p¨²blico, por su parte, ha respondido con entusiasmo. La pieza se estren¨® en el teatro Barbican de Londres a principios de abril. "La acogida de los espectadores es magn¨ªfica. En principio, permanecer¨¢ en cartel hasta el 3 de septiembre", se?ala la Royal Shakespeare Company.
Para la comunidad jud¨ªa brit¨¢nica la pol¨¦mica no es nueva. El mercader de Venecia no es s¨®lo la obra m¨¢s representada de Shakespeare despu¨¦s de Hamlet. Es sobre todo una pieza dif¨ªcil que ofrece un retrato poco agradable de los hebreos. El Consejo de Representantes de los Jud¨ªos Brit¨¢nicos tiene un expediente completo con comentarios, quejas y cr¨ªticas sobre este personaje teatral. "Los que m¨¢s suelen molestarse son los turistas estadounidenses. Aseguran que en su pa¨ªs no se podr¨ªa representar as¨ª a Shylock. En el Reino Unido se entiende mejor", se?alan sus portavoces.
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