Celebraci¨®n de la derrota
Los seguidores del PP bailan 'bakalao' en la calle de G¨¦nova para celebrar la victoria frente a Gonz¨¢lez
El millar largo de simpatizantes del Partido Popular que acudi¨® anoche a la sede del partido en la calle de G¨¦nova, 13, parec¨ªa celebrar con m¨¢s ganas la derrota del partido socialista que la victoria del partido encabezado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, a tenor de los comentarios y lemas que se escucharon una vez conocidos los pri meros sondeos: ?Se acab¨®!, ?Felipe, idiota, acepta la derrota!, ?Que se vayan!, o ?Se acab¨® la corrupci¨®n! eran los gritos m¨¢s jaleados.A partir de las nueve de la noche, un invisible director de escena grit¨® ?acci¨®n! en el inmenso plat¨® en que se convirti¨® el tramo central de la calle de G¨¦nova, en pleno centro de Madrid. Andamios para las c¨¢maras, una pantalla tipo sat¨¦lite de Retevisi¨®n sobre un cami¨®n y los inmensos altavoces facilitaban la impresi¨®n de que aquello era un rodaje de Spielberg.
A¨²n pasaban por all¨ª los coches, y los de a pie, de a ocho en fondo, presentaban armas a los automovilistas. Gui?os, dedos en uve -de los taxistas, sobre todo- y brillo en los ojos se transmit¨ªan de un lado a otro de la calzada. Las mujeres mayores fueron las que acudieron antes, dispuestas a aguantar lo que pudiese el cuerpo. Porque los primeros congregados bailaban todo lo que sonaba por megafon¨ªa: desde rock and roll, cuyos compases segu¨ªan las se?oras en traje de chaqueta bailando agarrao, hasta la m¨²sica m¨¢kina, machacona, que se utiliz¨® de precalentameinto sonoro para la aparici¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, muy pasadas las once de la noche.
"?Esto es un partido de f¨²tbol o unas elecciones?", se preguntaba un viandante confundido, o con mala uva, ante los gritos de los seguidores del Partido Popular entonando el Campeones y haciendo sonar los cl¨¢xones, de los coches. En los alrededores de la plaza de Col¨®n, y sobre todo en la calle de Goya, la zona conservadora por tradici¨®n de la ciudad, la noche era un sonido un¨¢nime estridente, reflejo de la euforia colectiva. La Polic¨ªa Local vigilaba con paciencia, mientras los coches de los populares manten¨ªan bloqueada la Castellana. Pero algunos de estos coches se acercaron hasta la calle de Ferraz. Sus ocupantes bajaron ante la sede del PSOE, lanzaron gritos contra los socialistas y varios de ellos, con banderas, alzaron el brazo haciendo el saludo fascista.
Hacia las nueve y media, la diputada Celia Villalobos se asom¨® a un balc¨®n de la sede del PP, anunci¨® la victoria y, de paso, pidi¨® un poco de civismo a los concentrados, que cortaban el tr¨¢fico. "?Esperad hasta las once, cuando salga a hablaros Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar!". La deferencia de la diputada se qued¨® en un gesto, ya que la polic¨ªa hab¨ªa cortado casi toda la calle, que permaneci¨® bloqueada a los veh¨ªculos hasta bien entrada la noche.
"Cada vez que avanza el escrutinio, la victoria del PP se va consolidando". Una ovaci¨®n cerrada sigui¨® durante un minuto a estas palabras de Francisco ?lvarez Cascos, pronunciadas hacia las diez y media. El gent¨ªo, euf¨®rico hasta el estallido en l¨¢grimas, casi impide al secretario general de los populares leer los resultados parciales por comunidades aut¨®nomas. Cuando comienza a hacerlo, los grifos suben de decibelios y las palmas se rompen en aplausos al conocer la amplia victoria porcentual en dos comunidades emblem¨¢ticas en los ¨²ltimos tiempos para los electores del PP: Galicia y Madrid. El alcalde de la capital, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, estaba all¨ª, entre la multitud.
Aznar se hizo esperar, entre una bulla ya por entonces ensordecedora, m¨¢s a¨²n despu¨¦s de la m¨²sica bakalao que se utiliz¨® entre que comparec¨ªa y no comparec¨ªa. Primero habl¨® Abel Matutes, que agradeci¨® a todos su apoyo y habl¨® de que el d¨ªa de ayer fue la fiesta de la democracia. Se notaba la impaciencia del gent¨ªo, deseosa de la aparici¨®n de la primera figura. Y entonces sali¨® Aznar. Los rezagados corr¨ªan calle abajo desde Alonso Mart¨ªnez, -?Que ya ha est¨¢ hablando!-, no quer¨ªan perderse las primeras palabras de su l¨ªder.
En cuanto empez¨® a dirigirse a ellos el presidente del PP, sus seguidores, que en dos horas se hab¨ªan cuatriplicado en n¨²mero, le interrumpieron para volver a utilizar el insulto contra Gonz¨¢lez. Si ya antes le hab¨ªan llamado "idiota", ahora buscaban un taco que rimase con dimisi¨®n. Ante la ofensa verbal, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar les hizo callar para darles una dosis de buenos modales, la segunda despu¨¦s de la de Celia Villalobos. Para justificarles, en cualquier caso, dijo que entend¨ªa que "hab¨ªan esperado bastante". Un anciano, cabizbajo, asent¨ªa y hablaba para s¨ª mismo: "Si, si, ya era hora, ¨¦ste es el momento".
A decenas de metros de all¨ª, en la recoleta plaza del Conde de Par¨ªs, estaba cercado un espacio para la celebraci¨®n de la fiesta, con una pantalla de televisi¨®n y un escenario. A las nueve, la tarima se terminaba de poner. La incertidumbre era tal que la organizaci¨®n no se atrevi¨® a hacerlo antes. En las barras, camareros pintones y arreglad¨ªsimos esperaban aburridos. La fiesta de verdad estaba en G¨¦nova.
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