Akihito 'paga la factura' de Pearl Harbour
Los veteranos de guerra norteamericanos reciben con protestas al emperador de Jap¨®n
La visita a Estados Unidos del emperador Akihito de Jap¨®n, que pretend¨ªa ser una gira tur¨ªstica y una oportunidad para el fortalecimiento de una dif¨ªcil alianza, ha terminado despertando los viejos fantasmas de odio y dolor que el imperio nip¨®n sembrara en este pa¨ªs y en el mundo en otras ¨¦pocas de grandeza, as¨ª como alentando las profundas suspicacias que el nuevo poder japon¨¦s provoca. Emigrantes chinos, coreanos y veteranos de guerra norteamericanos se unieron frente a la Casa Blanca en su misi¨®n de protestar por la presencia de Akihito y de la emperatriz Michiko en esta ciudad, donde hoy acudir¨¢n a una cena oficial que les ofrecen el presidente Bill Clinton y su esposa, Hillary.El viaje de Akihito, el primero de un emperador japon¨¦s a Estados Unidos en m¨¢s de dos d¨¦cadas, se ha convertido en el mejor ejemplo imaginable de la relaci¨®n de amor y odio que ambos pa¨ªses mantienen. Por un lado, Bill Clinton ha querido resaltar la importancia del evento convirti¨¦ndolo en la primera visita de Estado de su Administraci¨®n. Por primera vez desde que Clinton es presidente, la avenida de Pensilvania se ha visto adornada con banderas extranjeras. Washington busca una soluci¨®n de las disputas comerciales con Tokio, est¨¢ necesitado del respaldo nip¨®n en su conflicto con Corea del Norte y precisa de la alianza japonesa en toda su estrategia asi¨¢tica.
Al margen de todo esto, est¨¢ la Am¨¦rica real. La Am¨¦rica que recuerda el bombardeo de Pearl Harbour y los horrores del imperialismo japon¨¦s. Akihito hab¨ªa previsto inicialmente una visita al monumento que rinde homenaje a los ca¨ªdos en aquella c¨¦lebre acci¨®n militar de 1942, pero las presiones -tanto en Jap¨®n como en Estados Unidos- le han obligado finalmente a conformarse con un recorrido por Hawai.
Akihito ha tratado de ser sensible al malestar que el poder¨ªo econ¨®mico japon¨¦s despierta en la sociedad norteamericana. Como detalle, el emperador ha empleado un Cadillac para sus recorridos por Atlanta y Charleston. Akihito ha querido ser sensible tambi¨¦n a los s¨ªmbolos norteamericanos, y para ello visit¨® en la capital de Georgia el centro Martin Luther King, donde fue insultado por un visitante negro.
Por cada sitio por el que se ha desplazado el emperador ha encontrado letreros que le exigen pedir perd¨®n a la poblaci¨®n china por los cr¨ªmenes cometidos por Jap¨®n durante la invasi¨®n de ese pa¨ªs y a las mujeres coreanas utilizadas como esclavas sexuales de las tropas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial. S¨®lo un par de momentos de descanso ha encontrado la familia real nipona hasta el momento: el recorrido por el escenario de Lo que el viento se llev¨® -donde Michiko record¨® a su admirada Scarlett O'Hara- y una gala nocturna en el Kennedy Center.
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