El encubrimiento de la fiesta
Un peri¨®dico madrile?o y su cr¨ªtico taurino no cejan en su campa?a de dotar a la plaza de toros de Las mVentas de un techo m¨®vil. Apoy¨¢ndose en las lluvias que deslucieron varias corridas al principio de San Isidro, ese cr¨ªtico hurg¨® en el tema casi a diario. Hasta expres¨® su temor de que "las se?oras de los abonados, previendo que no pueden ponerse sus mejores galas para que las vean las otras damas, dejen de sacar los abonos". ?Horror!Lo curioso del caso es que dicho cr¨ªtico ponga como ejemplo a emular la plaza cubierta de Zaragoza. Quien haya presenciado una corrida en ese coso sabe que es una aberraci¨®n: el festejo se celebra bajo grandes focos que despiden una luz surrealista, los sonidos son a la vez amplificados y apagados, y el local se llena del humo de tabaco. Mientras, un marcador electr¨®nico te dice el nombre del picador que est¨¢ tapando la salida del cuarto toro. Un amigo nuestro compara esta experiencia con la de presenciar un partido de baloncesto en un polideportivo.
Ahora bien: se podr¨ªa arg¨¹ir que esa fiesta suced¨¢nea ser¨ªa admisible varias veces por feria -los d¨ªas que llueve- con tal de poder celebrar, los dem¨¢s d¨ªas, al aire libre, la aut¨¦ntica. M¨¢s he aqu¨ª un serio problema: ?el techo supuestamente m¨®vil de Zaragoza apenas se abre! El resultado es que, incluso en los d¨ªas m¨¢s radiantes, no entra ni un rayo de sol, y se producen las nefastas condiciones descritas.
?Y el hipot¨¦tico cubrimiento de la plaza de Madrid? Algunos especialistas se?alan que, por las peculiares caracter¨ªsticas arquitect¨®nicas del inmueble, ser¨ªa imposible dotarlo de un techo totalmente retr¨¢ctil. Otros expertos discrepan y afirman que la ingenier¨ªa avanza que es una barbaridad. Adem¨¢s, hay consideraciones legales. ?Es o no es Las Ventas unedificio protegido que, te¨®ricamente, no puede sufrir modificaciones? (Aunque, por lo visto, hay pol¨ªticos capaces de saltarse a la torera las reglas de juego aparentemente m¨¢s sagradas).
Si fuera posible dotar a Las Ventas de un techo que se abriera totalmente, ?se har¨ªa incluso en los d¨ªas de sol? Puesto que muchas tardes sopla un viento molesto, ?no exigir¨¢n los diestros que se cubriera el coso? Nos tememos que, una vez que Las Ventas tuviera techo, ser¨ªa para celebrar corridas suced¨¢neas todas las tardes. ?Es ¨¦sa la fiesta que queremos los madrile?os?
Nos extra?a que los partidarios del techo no hayan indagado m¨¢s en estas cuestiones t¨¦cnicas. Bueno, a lo mejor no es tan extra?o. Existe una campa?a -agazapada bajo la peregrina idea de que nada puede permanecer inm¨®vil- para cambiar radicalmente la fisonom¨ªa de la fiesta m¨¢s brava. En la nueva plaza de toros de La Coru?a, por ejemplo, el techo es fijo. Hay varios proyectos, a cual m¨¢s hortera, para cubrir plazas del norte de Espa?a. En algunos de ellos se pretende construir centros multiuso en donde las corridas pasar¨ªan a ser tan s¨®lo una diversi¨®n urbana m¨¢s. No se quiere promocionar la fiesta sino, a su vera, ganar dinero.
Tenemos un ejemplo elocuente en Madrid., Existe un proyecto municipal para construir una nueva plaza de Vista Alegre con techo m¨®vil. Se incorporar¨ªan, adem¨¢s, un aparcamiento y un centro comercial subterr¨¢neos. A cambio de financiar esta costosa construcci¨®n, el promotor se quedar¨ªa con el derecho de explotarla durante 75 a?os; luego, el inmueble ser¨ªa propiedad del Ayuntamiento.
Sin embargo, la mitad de ese techo m¨®viles fija. Y, por su peculiar orientaci¨®n, todo el ruedo y casi todo el tendido estar¨ªan en sombra. El sol -"el mejor torero", seg¨²n el dicho popular- desaparece en este extra?o proyecto. ?Realmente es ¨¦sta la segunda plaza que Madrid quiere y necesita? ?0 tan s¨®lo es un proyecto para que unos cuantos se?ores se enriquezcan, como era el caso de la fara¨®nica reforma de la plaza de Oriente?
Curiosamente, el proyecto de Vista Alegre est¨¢ promovido por el empresario Arturo Beltr¨¢n. Digo curiosamente porque fue el se?or Beltr¨¢n quien cubri¨® la plaza de Zaragoza. Ahora, seg¨²n un diario zaragozano [El Heraldo de Arag¨®n, 31 de mayo de 19941, la Diputaci¨®n Provincial de Zaragoza -avalista de Beltr¨¢n- le reclama "30 millones de pesetas de intereses de demora de un cr¨¦dito concedido ( ... ) para pagar la cubierta". El se?or Beltr¨¢n contesta que "todo est¨¢ liquidado con la Diputaci¨®n" y adem¨¢s niega las acusaciones de que hubiera irregularidades en la transmisi¨®n de corridas televisadas desde la plaza mientras ¨¦l la regentaba. Un l¨ªo, vamos.
Pero de esto se ha hablado poco en Madrid. Aquel peri¨®dico madrile?o, por ejemplo, no s¨®lo apoya el proyecto para Vista Alegre sino que ensalza a Beltr¨¢n como "un hombre de decisi¨®n" y 11 un progresista de verdad" cuya labor "pasar¨¢ a la historia, de la- tauromaquia".
La fiesta de los toros siempre ha reflejado la sociedad de su tiempo. Ahora bien, esto no quiere decir que se tenga que transformar en un partido. de la. NBA. No olvidemos la considerable influencia que el coso de Las Ventas, el m¨¢s importante. ' del mundo, ejerce sobre los dem¨¢s. ?Ser¨ªa el siguiente paso cubrir la Real Maestranza, la plaza m¨¢s bella, ya que tambi¨¦n suele llover durante la Feria de Abril. Dudamos que los sevillanos lo admitan. Tampoco compartimos la opini¨®n, bastante extendida a principios de este siglo, de que la afluencia masiva de mujeres a las plazas iniciaba la decadencia de la fiesta, S¨ª, diremos que si su supervivencia depende ahora de unas damas ¨¢vidas de lucir sus mejores galas, tal vez sus d¨ªas est¨¦n contados.
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