Vestidos para la galer¨ªa
El vestuario de teatro acaba en tiendas de disfraces
Se utilizan apenas unas horas al d¨ªa. Algunos han costado m¨¢s de un mill¨®n de pesetas. Pero ?qu¨¦ pasa con el vestuario que se utiliza en las representaciones teatrales cuando el personaje que les da sentido desaparece? "Depende de las compa?¨ªas y de las condiciones que se fijen cuando se encarga", explica Alfonso Pel¨¢ez, director del Centro de Documentaci¨®n Teatral y del Museo de Teatro de Almagro. El director cuenta tambi¨¦n que existen naves inmensas en las que descansa, una buena parte de la ropa de reyes, monjas, caballeros, princesas y cortesanos. Las de las compa?¨ªas nacionales de teatro, sin embargo, son las ¨²nicas que tienen un destino fijo: est¨¢n en Arganda."El problema de la conservaci¨®n del vestuario es que el pago de los almacenes sale muy caro. Si se guardaran todos los trajes, llegar¨ªa un momento en que el alquiler de naves se llevar¨ªa todo el presupuesto", argumenta Pel¨¢ez. La Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico (CNTC), por ejemplo, sale a una media de 30 vestidos por montaje. Y va ya por las 18 producciones.
El caso de la CNTC es especial, porque es una compa?¨ªa de repertorio, es decir, tiene obras montadas que repite de vez en cuando. Pr¨®ximamente se va a reponer El m¨¦dico de su honra, y se utilizar¨¢ ¨ªntegramente el mismo vestuario que se us¨® cuando se estren¨®. Por eso el vestuario es siempre propiedad de esta compa?¨ªa.
Carlos Cytrynowski, responsable del vestuario, decorados e iluminaci¨®n de la compa?¨ªa cl¨¢sica afirma que cada vez que se enfrenta a la realizaci¨®n de un nuevo modelo tiene que tener en cuenta aspectos como el movimiento, el brillo o la calidad de las telas. "No es cierto que cuanto mejor sea la tela, mejor es el traje. A veces un tejido excelente requiere una limpieza en seco por lo que habr¨ªa que mandarlos con frecuencia al tinte", dice. Todos los martes por la tarde -los mi¨¦rcoles no se trabaja en la CNTC- se recoge el vestuario y se lleva a limpiar. Adem¨¢s, en la compa?¨ªa se cuenta con dos sastras en plantilla que mantienen todo a punto.
A Cytrynowski no le importa reconocer las maravillas que tiene su compa?¨ªa como vestuario "El traje que sacaba a escena la gran sultana llevaba 40 metros de tela. Su precio ronda las 400.000 pesetas", dice. El valor de los trajes en esta compa?¨ªa aumenta m¨¢s gracias a la escrupulosidad del trabajo de este dise?ador: "Nada de trozos de tela que asomen como si fueran mangas. Adem¨¢s los bajos de los vestidos me gustan cosidos a mano, de otra forma se notan las puntadas", dice Cytrynowski.
Sin embargo, en la mayor parte de las compa?¨ªas el vestuario se encarga a casas especializadas, ¨¦stas lo realizan y, cuando terminan las representaciones de la funci¨®n en cuesti¨®n, pasan a engrosar el ropero de estas tiendas, que los alquilan tanto para teatro o cine como para disfraces. "Sumando costes, esa f¨®rmula es la mejor: no se paga almacenaje y esos trajes est¨¢n siempre ah¨ª", dice Pel¨¢ez.
"El traje que us¨® Gabino Diego en El rey pasmado se ha usado este ano para una fiesta de carnaval", cuenta Carlos Cornejo, uno de los propietarios de una de las casas m¨¢s antiguas dedicadas a trajes de fantas¨ªa. Desde 1920 han conseguido reunir 250.000 trajes. Pueden vestir a un ej¨¦rcito romano de golpe o convertir a una persona en murci¨¦lago que, es uno de los ¨²ltimos ejemplares que engrosan su patrimonio y que proviene de una de las ¨²ltimas grabaciones de los humoristas Martes y Trece. Cornejo ya sabe cu¨¢les son los trajes que m¨¢s se rentabilizan: el de camarero y el de cura. "En cualquier obra o pel¨ªcula siempre aparece uno de los dos", dice Cornejo.
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