Los n¨®rdicos y Austria firman la adhesi¨®n a la UE
Nuevos socios, nuevos vientos. La firma del tratado de adhesi¨®n de Austria, Suecia, Finlandia y Noruega como nuevos miembros a la Uni¨®n Europea (UE) supuso ayer la irrupci¨®n formal de nuevas sensibilidades en el escenario comunitario. En los discursos de los reci¨¦n llegados se habl¨® mucho de medio ambiente, de Europa del Este y de tradiciones n¨®rdicas y no se mencion¨® la cohesi¨®n ni el Mediterr¨¢neo, los temas que m¨¢s preocupan a Espa?a. Despu¨¦s de la ceremonia de la firma, empez¨® la S la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE a la que asisten, con voz pero todav¨ªa sin voto, representantes de los reci¨¦n incorporados. La hist¨®rica jornada estuvo tambi¨¦n se?alada por el abrazo de la UE a la Rusia de Bor¨ªs Yeltsin.
La ¨²ltima gran ceremonia de la presidencia griega de la UE comenz¨® con un incidente. El titular griego de Asuntos Europeos, Teodoros Pangalos, no baj¨® la escalinata para acoger al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cuando lleg¨® a la antigua iglesia de San Jorge en la ciudadela de Corf¨², ni tampoco le dio la mano como hab¨ªa hecho con todos los dem¨¢s invitados. Despu¨¦s explic¨® que su omisi¨®n hab¨ªa sido "involuntaria".A continuaci¨®n los l¨ªderes no pararon de firmar durante toda la ma?ana. Primero fue con el presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, con quien los Doce suscribieron su acuerdo de asociaci¨®n y cooperaci¨®n ya rubricado en diciembre en Bruselas. Prev¨¦, por ahora, un mejor acceso para los productos rusos al mercado europeo y alienta la inversi¨®n en aquel pa¨ªs. A partir de 1998, Mosc¨² y Bruselas empezar¨¢n a discutir la creaci¨®n de una zona de libre comercio industrial.
Visiblemente contento, Yeltsin no dud¨® en afirmar antes de abandonar la antigua iglesia de San Jorge, donde se desarroll¨® la ceremonia, que se hab¨ªa "dado un paso hist¨®rico que impedir¨¢ la guerra fr¨ªa econ¨®mica". "Rusia ser¨¢ un socio leal, honrado y fiable", asegur¨®. El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, recalc¨® que, gracias al acuerdo, "Rusia podr¨¢ jugar plenamente su papel ( ... ) y entrar totalmente en el siglo XXI".
M¨¢s a¨²n que al acto solemne de la firma, los l¨ªderes europeos asistieron con inter¨¦s, el jueves por la noche, a una cena con Yeltsin en la que, seg¨²n el presidente ruso, fue sometido "a tortura durante tres horas para que precisase la posici¨®n de Rusia".
El tormento se lo aplicaron sus anfitriones mediante una. serie de preguntas a las que el hu¨¦sped ruso contest¨® con creciente buen humor hasta el punto de que, al final de la velada, tuvo que ser ayudado a entrar en su coche y regresar al hotel. Asegur¨® que la influencia de Mosc¨² sobre Serbia es limitada, que el Gobierno de Belgrado mantiene incluso contactos con la oposici¨®n rusa. Rehus¨® tambi¨¦n dar una fecha para la salida de las tropas rusas de Estonia; solicit¨®, adem¨¢s, el respaldo occidental para mediar y pacificar algunas rep¨²blicas de la antigua URSS como Georgia. Sugiri¨®, por ¨²ltimo, que alg¨²n d¨ªa su pa¨ªs pueda adherirse a la UE.
Cuatro democracias ejemplares
Con plumas de marcas prestigiosas -excepto el primer ministro belga, Jean Luc Dehaene, que lo hizo con un bol¨ªgrafo regalado por la presidencia griega- los l¨ªderes comunitarios firmaron despu¨¦s la adhesi¨®n de los nuevos miembros. "Acogemos a cuatro democracias ejemplares", declar¨® Delors en su discurso de bienvenida. "Los nuevos miembros tienen el sentimiento de que el combate diario por la paz y contra la intolerancia es tambi¨¦n el suyo", a?adi¨®.
La alocuci¨®n de Delors estuvo plagada de advertencias sobre los riesgos que corre Europa. "La paz ha dejado de existir en un espacio que se sit¨²a entre el Oeste de nuestro continente y Atenas", dijo. "La comprensi¨®n entre los pueblos se borra detr¨¢s de las ideolog¨ªas y el rechazo de los dem¨¢s". "Vivir a 16 no ser¨¢ f¨¢cil". "En lugar de encerrarnos en nuestras disputas sobre detalles ( ... ) m¨¢s nos valdr¨ªa recordar constantemente el porqu¨¦ de nuestra aventura com¨²n: el rechazo de los antagonismos del pasado, la paz ( ... )".
"Con la adhesi¨®n de los naciones n¨®rdicas", le contest¨® la primera ministra noruega, Gro Harlem Brundtland, "la UE no ser¨¢ ya del todo la misma y la identidad noruega se a?adir¨¢ a la comunidad". "Nuestras condiciones de vida y trabajo son diferentes de las del sur de Europa", se?al¨®. "El bienestar y el empleo en Noruega est¨¢n estrechamente vinculados a la naturaleza". "La adhesi¨®n de Finlandia", a?adi¨® el presidente finland¨¦s, Martti Ahtisaari, "reforzar¨¢ la dimensi¨®n n¨®rdica de la Uni¨®n".
Tras subrayar sus lazos con Europa del Este el presidente austriaco, Thomas Klestil, enfatiz¨® que estaba "convencido de que Austria es el lugar ideal desde d¨®nde la UE puede abarcar el conjunto de las preocupaciones europeas". "La reunificaci¨®n de Europa es nuestra tarea hist¨®rica en los pr¨®ximos a?os", concluy¨® el primer ministro sueco, Carl Bildt.
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