Escobar muere a manos de unos fan¨¢ticos
El defensa de Colombia recibi¨® en Medell¨ªn cinco tiros de unos hinchas que le recriminaron su autogol ante EE UU
Andr¨¦s Escobar, de 27, a?os, defensa central de la selecci¨®n de Colombia, muri¨® ayer en Medell¨ªn tras recibir cinco Impactos de bala. Cuentan testigos del suceso que tres hombres que viajaban en un todoterreno interceptaron a Escobar cuando se dispon¨ªa a subir a su autom¨®vil. Acababa de cenar en el restaurante El Indio con su novia, Pamela. Agresivos, altaneros, despu¨¦s de proferir algunos improperios, le gritaron: "Gracias por el gol". Acto seguido accionaron el gatillo.Pero a Escobar lo mat¨® tambi¨¦n la intolerancia, la principal causa de muerte en este pa¨ªs. Cualquiera que haya sido el m¨®vil de su asesinato -tortuosos v¨ªnculos entre el deporte y la mafia, como algunos se?alan, o el m¨¢s difundido, un demencial cobro de cuentas de un fan¨¢tico que no le perdon¨® el autogol que cometi¨® en el partido frente a Estados Unidos en el Mundial-, la suya es otra muerte de la guerra cotidiana.
El cuerpo sin vida del futbolista lleg¨® a las 3.50 del s¨¢bado a la secci¨®n de urgencias de la cl¨ªnica Medell¨ªn. "Ya no pudimos hacer nada; hab¨ªa fallecido de parada respiratoria. Presentaba varios impactos de bala, unos cinco, tal vez diez, que le afectaron el cuello y el t¨®rax", relat¨® Mar¨ªa Cristina G¨®mez, una enfermera que diariamente, en cada turno, atiende decenas de casos como ¨¦ste.
As¨ª, absurdamente, concluy¨® la vida de un futbolista que so?aba con resarcirse del mal momento en el que introdujo el bal¨®n en la porter¨ªa de su compa?ero ¨®scar C¨®rdoba, contribuyendo negativamente al fat¨ªdico marcador 2-0 frente a EE UU.
"Quiero seguir jugando a lo mismo. Estoy en la mitad de mi carrera. Aspiro a jugar siete a?os m¨¢s. Dios quiera que pueda...", hab¨ªa dicho Escobar a un periodista de la emisora de Radio Todelar, el pasado mi¨¦rcoles, mientras bajaba, malet¨ªn en mano, por las escaleras del hotel Marriot de Los ?ngeles, de donde los futbolistas colombianos salieron mucho antes de lo que pensaban ellos. Los hinchas fan¨¢ticos hab¨ªan desplazado hacia sus virtuales ¨¦xitos toda las expectativas de triunfo de un pa¨ªs marcado por la mala imagen del narcotr¨¢fico y la violencia.
Tambi¨¦n los apostadores hab¨ªan consignado millonarias sumas a favor del equipo, y ¨¦sa es otra de las supuestas causas del crimen: la desvalorizaci¨®n s¨²bita de las acciones de la selecci¨®n nacional en el s¨®rdido mundo del dinero f¨¢cil, en Medell¨ªn, donde dicen se jugaron y perdieron fuertes sumas.
Escobar habl¨® de la tristeza de la derrota antes de morir. "De todo esto, de la derrota y el regreso prematuro, lo que m¨¢s me duele es la tristeza de los t¨¦cnicos Francisco Maturana y Hern¨¢n Dar¨ªo G¨®mez. Ellos le han dado mucha gloria al f¨²tbol, son personas antes que t¨¦cnicos". Sobreponi¨¦ndose a lo inevitable de los malos resultados deportivos, a?adi¨®: "Aunque la ilusi¨®n se pierda, hay que mantener la esperanza, tener tranquilidad, seguir adelante".
Pero no pudo. Ni una semana sobrevi¨® Escobar a su propio optimismo. R¨¢fagas con las que tantos colombianos van armados por la vida cobrando venganzas propias y ajenas le segaron un futuro en el que ya se bosquejaban posibles contratos con el Boca Juniors o el Milan, donde dicen que su pierna zurda y su cabeza certera se cotizaban en 1.400 millones de pesetas.
Y es que pese a la amnesia, decepci¨®n y derrotismo que estos d¨ªas embarga a la afici¨®n colombiana, todav¨ªa se recuerda que fue un cabezazo de Escobar el que le dio al pa¨ªs la ef¨ªmera y a la vez eterna satisfacci¨®n de haber metido un gol en el arco de la selecci¨®n inglesa, en Wembley, en un partido que condujo al equipo de Maturana a Italia 90.
El consejo extraordinario de seguridad en Medell¨ªn decret¨® retenes en toda la ciudad a la caza de quienes perpetraron el crimen. Las autoridades de la ciudad han ofrecido-3,5 millones a quien suministre informaci¨®n sobre el paradero de los asesinos. Anoche, Ram¨®n Emilio Gil Berm¨²dez, jefe de las Fuerzas Militares de Colombia, inform¨® que dos personas hab¨ªan sido detenidas - Enrique Alonso Cardosa y Humberto Mu?oz- y se buscaba al autor material del homicidio. El sospechoso, seg¨²n la versi¨®n de la polic¨ªa, es Santiago Gall¨®n, propietario del coche en el que huyeron los hinchas.
En 1992 fueron 25.000 las v¨ªctimas de las m¨²ltiples guerras. En 1993 la estad¨ªstica aument¨® a 29.000. S¨®lo el 15% se atribuyen a conflictos armados con la guerrilla y las bandas del narcotr¨¢fico. Las dem¨¢s caen en el frente de las ri?as conyugales, de la exasperaci¨®n de los automovilistas, de las disputas en los bares, o de la descomposici¨®n de la polic¨ªa que fue la que origin¨® el jueves otra muerte absurda. Un ni?o de 13 a?os que ofrec¨ªa caramelos en un autob¨²s en Bogot¨¢, fue acribillado por dos polic¨ªas borrachos.
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