El roce constante de una oferta europea

"Lo malo es que alguno va a querer volver a la carga con mi candidatura". Este fue el comentario apesadumbrado de Felipe Gonz¨¢lez a sus colaboradores cuando, hace una semana, los l¨ªderes de la Uni¨®n Europea (UE) fueron incapaces de ponerse de acuerdo en la isla griega de Corf¨² sobre la designaci¨®n de un presidente de la Comisi¨®n Europea para sustituir al franc¨¦s Jacques Delors a partir de enero de 1995."Lo ¨²nico que me ha inquietado, lo que m¨¢s me ha inquietado desde un punto de vista personal de la situaci¨®n de bloqueo a la que se ha llegado", afirm¨® despu¨¦s en la rueda de prensa con la que concluy¨® la cumbre europea, "es que ese asunto se pudiera reabrir en una direcci¨®n que pudiera rozarme".

M¨¢s de uno en Espa?a se sorprendi¨® al escuchar esas palabras. ?Como alg¨²n l¨ªder europeo puede pensar en serio para encabezar el ¨®rgano ejecutivo de la UE en un jefe de Gobierno espa?ol derrotado electoralmente el 12 de junio y salpicado por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n? Y, sin embargo, ahora m¨¢s que nunca Gonz¨¢lez est¨¢ en la mente de muchos. "Gonz¨¢lez", escrib¨ªa el jueves el diario The Financial Times, "puede estar seguro de obtener un apoyo un¨¢nime".

El fragor de los esc¨¢ndalos espa?oles ha llegado atenuado a Europa; todos los pa¨ªses de la Uni¨®n han padecido, como Espa?a, una recesi¨®n econ¨®mica y, en consecuencia, el prestigi¨® de "Filipe Gonsales", como le llaman varios amigos extranjeros, permanece casi intacto m¨¢s all¨¢ de los Pirineos.

En Bruselas, Bonn y Madrid, los c¨ªrculos diplom¨¢ticos se hacen eco de un supuesto plan Felipe del canciller Kohl, recogido incluso en las columnas de The Financial Times, para poner a su amigo al frente de la Comisi¨®n.

Hasta la fecha, sin embargo, el canciller, que durante esta semestre preside la UE, no ha llamado a Gonz¨¢lez para insistirle en que le resuelva el problema present¨¢ndose, y s¨®lo Lubbers lo ha hecho. Klaus Kinkel, el jefe de la diplomacia alemana, desayunar¨¢ el mi¨¦rcoles con Javier Solana y, presumiblemente, le sondear¨¢ sobre la firmeza del no de Gonz¨¢lez y su disponibilidad a cambiar de opini¨®n si se alteran los plazos de designaci¨®n. Kohl no ha desistido, ni mucho menos, de convencerle.

Aunque el enfoque de Gonz¨¢lez sobre la integraci¨®n europea es cercano al de Jean-Luc Dehaene, el belga vetado por los brit¨¢nicos, ¨¦stos ni siquiera se atrever¨ªan a volver a cerrar el paso a un candidato pactado por sus socios y, adem¨¢s, presidente del Gobierno espa?ol. A su paso por Madrid, a principios de semana, el ministro brit¨¢nico del Tesoro, Michael Portillo, dio a entender que su Gobierno no le pondr¨ªa la cruz.

A las presiones externas -"insinuaciones", seg¨²n el ministro Alfredo P¨¦rez-Rubalcaba- se a?aden ahora las internas. Amigos y colaboradores sugieren a Gonz¨¢lez que cambie La Moncloa por el piso 13? del edificio Breydel, en Bruselas. Curiosamente, fue el dirigente de un partido regionalista, el aragon¨¦s Jos¨¦ Mar¨ªa Mur, quien el mi¨¦rcoles intent¨® tambi¨¦n convencerle en el Congreso.

"Usted", le dijo, "ser¨ªa un buen sucesor". "Los problemas espa?oles tambi¨¦n se pueden solucionar en Europa", precisamente cuando la UE "necesita un equilibrio ante el creciente peso del Norte", que se puede lograr "con un presidente de. un pa¨ªs suroccidental". "Europa tambi¨¦n necesita construirse con criterios espa?oles".

En la intimidad de la bodeguiya se le hacen razonamientos parecidos. Que en un futuro previsible s¨®lo un pol¨ªtico espa?ol, ¨¦l, puede ocupar ese puesto; que un presidente socialista de la Comisi¨®n contrarrestar¨ªa un poco el enfoque derechista de la contrucci¨®n europea que tienen varios Gobiernos; que desde la capital belga podr¨ªa, con cierta mano izquierda, barrer para casa y defender los intereses espa?oles; que, tras cinco a?os en Bruselas podr¨ªa regresar y ganar de nuevo las elecciones; que una visi¨®n a largo plazo de los intereses de Espa?a aconseja que tome las riendas de Europa.

En vano Gonz¨¢lez no da su brazo a torcer. "Yo considero que mi obligaci¨®n prioritaria es intentar resolver los problemas de nuestro pa¨ªs y contribuir a la construcci¨®n europea desde esa posici¨®n", declar¨® en Corf¨². En privado alega, adem¨¢s, que su salida podr¨ªa ser interpretada como una huida hacia adelante tras una derrota electoral; que crear¨ªa inestabilidad pol¨ªtica, perjudicando la recuperaci¨®n econ¨®mica, y que el PSOE no est¨¢ maduro para ser abandonado a su propia suerte. Jordi Pujol, su principal aliado parlamentario, comparte estos temores.

"Es un poco", lamenta un diplom¨¢tico socialista, "como si a Gonz¨¢lez se le estuviese quemando el guiso que cocina y al mismo tiempo se le inundase la casa, y se negase a atajar la inundaci¨®n que amenaza el conjunto de la vivienda porque primero quiere resolver el problema que tiene planteado en la cocina".