Contra el corporativismo
GABRIEL TORTELLAUna de las causas del deterioro de la Universidad espa?ola es el actual sistema de selecci¨®n del profesorado, que facilita una nefasta endogamia acad¨¦mica. El autor de este texto argumenta a favor de los nuevos criterios propuestos por el Ministerio de Educaci¨®n
Es un hecho notable y lamentable que de los muchos, graves y eternos problemas que tiene planteados la universidad espa?ola, los ¨²nicos que suscitan pasi¨®n son los relativos a las tasas de matr¨ªcula (que apasionan a los estudiantes) y a la selecci¨®n del profesorado (que apasionan a los profesores). Los problemas m¨¢s de fondo, y por tanto m¨¢s serios, que van desde la baja calidad de la ense?anza y la investigaci¨®n hasta la inexistencia del doctorado, y la insuficiencia de las bibliotecas y los laboratorios, desde la masificaci¨®n y el desinter¨¦s de los estudiantes, y el absentismo puro y simple de muchos profesores y estudiantes, hasta la reciente proliferaci¨®n de planes de estudio absurdos, m¨²ltiples e ininteligibles que seda en unos centros, frente a la incapacidad para elaborar planes que se da en otros, son cuestiones que no se discuten p¨²blicamente. Los estudiantes lo ¨²nico que quieren es pagar poco y aprobar f¨¢cilmente. Los profesores, la continuidad en el puesto de trabajo.Pues bien, hablemos de la selecci¨®n del profesorado. El sistema tradicional en Espa?a ha sido la oposici¨®n, proceso a menudo muy severo y traum¨¢tico, pero que ten¨ªa una explicaci¨®n en la laxitud del sistema de ex¨¢menes y sobre todo de estudios doctorales. Como el doctorado pod¨ªa obtenerlo cualquiera, la barrera se pon¨ªa en la oposici¨®n. Muchos fuimos los que criticamos el sistema de oposici¨®n por lo que ten¨ªa de ritual y de ineficiente. Requer¨ªa un esfuerzo que mejor estar¨ªa empleado en investigaci¨®n, y a menudo quien pasaba la ordal¨ªa se consideraba ya justificado de por vida en la seguridad de su c¨¢tedra-sinecura. Compar¨¢bamos esta especie de torneo b¨¢rbaro con el sencillo y relajado sistema norteamericano, en que una entrevista y una conferencia o charla de seminario serv¨ªan para que una comisi¨®n confirmase su decisi¨®n de contratar o no. ?Por qu¨¦ no hacer lo mismo en Espa?a? La LRU de Maravall dio un gran paso en este sentido, reduciendo a dos los terribles seis ejercicios del antiguo sistema: un curriculum vitae oral y una exposici¨®n acad¨¦mica es todo lo que ahora se requiere. Adem¨¢s, como all¨ª, las universidades controlan de hecho las comisiones. Qu¨¦ bien; c¨®mo nos parecemos a los americanos, que tienen las mejores universidades del mundo. Pero el reformador olvid¨® un peque?o detalla: esto no es Am¨¦rica.
El sistema universitario americano es completamente distinto del de Espa?a, y transplantar s¨®lo el sistema de selecci¨®n del profesorado no s¨®lo no nos ha hecho m¨¢s parecidos a Am¨¦rica, sino que ha empeorado algo que ya estaba mal. Un principio que tienen las mejores universidades norteamericanas es que una buena carrera acad¨¦mica implica movilidad Una persona que se doctora en una universidad de prestigio no ser¨¢ profesor en ella hasta haber demostrado que puede trabajar en una o var¨ªas otras. Aqu¨ª la reforma, combinada con la hegemon¨ªa creciente de las comunidades aut¨®nomas, ha dado el resultado opuesto: la m¨¢s feroz endogamia acad¨¦mica. A las universidades en la Espa?a de hoy no les falta m¨¢s que una guarder¨ªa y una funeraria para ofrecer servicios "de la cuna a la tumba" a sus estudiantes-profesores. Todo esto ha servido para que, con el pretexto de una falsa autonom¨ªa universitaria, las universidades defiendan celosamente sus puestos de trabajo, reserv¨¢ndolos para los suyos. Cierto que la LRU exig¨ªa que los profesores candidatos a un puesto permanente deb¨ªan haber pasado dos a?os en otra universidad; pero ¨¦ste es un pa¨ªs donde la ley s¨®lo se aplica al enemigo; y as¨ª ha resultado que los rectores m¨¢s celosos en la aplicaci¨®n de los preceptos de la LRU siempre olvidaban este dichoso art¨ªculo, cuya sola menci¨®n se consideraba de mal gusto. Esta situaci¨®n escandalosa es bien conocida y ha provocado la repulsa de los mejores universitarios.
El ministerio lleva a?os dando vueltas a la reforma de la reforma; pero tropieza con el gran obst¨¢culo de los intereses creados: las universidades quieren autonom¨ªa, no para seleccionar a los mejores, sino para poner a los suyos. Las comunidades respectivas les apoyan con u?as y dientes. No en vano las universidades son semillero y retiro de pol¨ªticos. Pero algo hay que hacer para acabar con el esc¨¢ndalo de que todas las oposiciones las gane el de casa.
Por fin aparece una idea: las universidades seguir¨¢n controlando de hecho las comisiones de selecci¨®n; pero se exigir¨¢n unos requisitos para poder aspirar a un puesto permanente: no ya s¨®lo el doctorado, que sigue significando bien poco, sino uno o dos tramos de investigaci¨®n (seg¨²n se aspire a titular o a catedr¨¢tico) concedidos por la Comisi¨®n Nacional de Evaluaci¨®n de la Investigaci¨®n. Parece l¨®gico que, ya que el doctorado es una filfa (lo cual no quiere decir que todas las tesis sean malas, cuidado: lo que ocurre es que pasan todas, las malas y las buenas) y la oposici¨®n una farsa (aunque tambi¨¦n la pasen algunos buenos), pongamos al menos una exigencia objetiva por un organismo independiente, y que lleva cuatro a?os con una muy respetable ejecutoria.
Pues no, se?ores: contra esta exigencia intolerable (?Pedirle a un profesor que investigue! ?No faltaba m¨¢s!) se manifiestan en Salamanca 200 profesores (v¨¦ase EL PA?S, del 19 de junio, 1994) indignados ante este atentado a la autonom¨ªa universitaria, es decir, al "Natalio, col¨®canos a t¨®s". Piden estos caballeros que haya debate sobre el tema. Bienvenido sea el debate; pero me temo que lo que en realidad quieren estos se?ore es que se consulte, seg¨²n dice la noticia, a "los ¨®rganos acad¨¦micos", sabiendo que ¨¦stos se opondr¨¢n, por las razones que hemos visto, a la reforma propuesta. Esto no es pedir debate: esto es, pedir refuerzos. Es como demandar que se escuche a los fabricantes de tabaco acerca de una limitaci¨®n de los anuncios de cigarrillos. Podr¨¢ pensarse que el problema no es muy importante; la universidad espa?ola est¨¢ mal, y exigir a los profesores un poco m¨¢s no la va a arreglar. Eso es posible; pero siempre ser¨¢ mejor evitar otra estocada a un toro tan castigado. Ya est¨¢ bien de corporativismo en la universidad. Ya que se regalan los puestos, al menos que se requiera unos a?os de trabajo serio a los beneficiarios. Y que conste que si hay 200 profesores en contra de la reforma, al menos hay uno que est¨¢ a favor.
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