La decadencia del Ateneo, vista por socios ilustres

El c¨®modo horario de la biblioteca del Ateneo Cient¨ªfico, Literario y Art¨ªstico de Madrid no cambia en verano: abre a las nueve de la ma?ana y cierra a la una de lamadrugada. Sin embargo, el calor mata muchas buenas intenciones estudiantiles. a situaci¨®n deficitaria del centro cultural a obligado a desconectar el aire acondionado de las salas de estudio y ha llevadoa la junta directiva a solicitar autorizaci¨®n a la asamblea para negociar un cr¨¦dito por 150 millones de pesetas. Los socios hist¨®ricos, estupefactos ante los enfrentamientos internos, se mantienen ausentes.

El dramaturgo Antonio Buero Vallejo, socio desde que era un estudiante ¨¢vido de conocimientos, es pesimista: "Ning¨²n aspecto de la vida cultural de hoy en su conjunto llega a las cotas que marc¨® el Ateneo con Aza?a, Unamuno y Valle-Incl¨¢n". Hace varios a?os que no acude al viejo edificio de la calle de Prado, 21, y asegura que de momento no tiene intenci¨®n de volver.Las ¨²ltimas noticias escapadas del Ateneo no dan cuenta precisamente de su buena salud. Mientras carga con una tradici¨®n brillante de 160 a?os, el techo del pasillo de la planta superior se cae a pedazos. Una deuda de por lo menos 150 millones de pesetas; unas obras que se arrastran desde 1989 sin ning¨²n resultado feliz y una presidencia vacante desde la muerte del senador Jos¨¦ Prat (en mayo pasado) son algunos de los lastres que hacen languidecer al que fuera el foro de expresi¨®n m¨¢s importante de Madrid.

El escritor Fernando D¨ªaz-Plaja acudi¨® hace un mes a la biblioteca del Ateneo. "S¨®lo voy a buscar alg¨²n libro, me paso por la fotocopiadora y saludo a las secretarias. Echo una ojeada a ver qui¨¦n habla y me voy. Ya no soy atene¨ªsta", afirma. D¨ªazPlaja no vot¨® en las ¨²ltimas elecciones de mayo pasado. "Rara vez lo he hecho, y ahora menos. S¨®lo recibo cartas de quejas o propaganda. La mayor¨ªa contienen insultos, as¨ª que ya ni siquiera las miro. El Ateneo es un aut¨¦ntico berenjenal", se?ala.

La biblioteca contin¨²a siendo la atracci¨®n m¨¢s poderosa del entristecido Ateneo. La escritora Carmen Mart¨ªn Gaite ha escrito buena parte de su abundante obra ensay¨ªstica entre sus paredes, pero hace ya muchos meses que no se detiene en Prado, 21. "S¨¦ que est¨¢ en decadencia y prefiero no ir", comenta. Sin embargo, el historiador Carlos Seco Serrano no es tan sutil: "Aquello parece un muladar". "Utilizo la biblioteca, pero hace a?os que est¨¢ imposible. No se pueden pedir algunas obras por culpa de las obras, en invierno no hay calefacci¨®n, y la hemeroteca, que es sumamente interesante, est¨¢ clausurada", declara Seco Serrano, que acude en persona a pagar sus cuotas trimestrales. "Ning¨²n acto de los que han, programado ¨²ltimamente me ha apasionado", critica.

Ni siquiera la biblioteca es imprescindible para el diputado del PP, Luis G¨¢mir. Precavido, se puso al d¨ªa en las cuotas hace dos a?os para escribir all¨ª sus art¨ªculos o ensayos. "Pens¨¦ que al estar cerca de las Cortes la utilizar¨ªa m¨¢s de lo que hago. Hace ya un, a?o y medio que no voy", se?ala. G¨¢mir asegura que son pocos los parlamentarios que acuden a la biblioteca del Ateneo. "La del Congreso no est¨¢ mal", dice. Sin embargo, para G¨¢mir, el problema m¨¢s grave del Ateneo es que ha dejado d ser el gran foro de expresi¨®n.

Para el profesor y economista Enrique Fuentes Quintana, el Ateneo tambi¨¦n ha dejado de ser un reducto de vida cient¨ªfica. "Ahora hay otros espacios, como las academias, los seminarios y los institutos de investigaci¨®n. Es lamentable que la biblioteca se haya quedado desplazada: en temas de mi competencia, incluso la m¨ªa es mcjor", critica.Gerente joven

Fuentes Quintana no ve muchas salidas. "El Ateneo continuar¨¢ su vida mortecina hasta que llegue un gerente joven y con fe", se?ala. G¨¢mir propone que la instituci¨®n busque patrocinadores: "Estar¨ªa m¨¢s acorde con los tiempos y m¨¢s engarzado en la sociedad civil. Y es mejor que la publicidad pura`, asegura. El escritor D¨ªaz-Plaja tiene una idea parecida: "En vez de pedir un cr¨¦dito a los bancos, los bancos deber¨ªan pelearse por mantener al Ateneo. Les dar¨ªa prestigio y el Ateneo podr¨ªa continuar con sus actividades".

Los avatares pol¨ªticos internos, que todas las figuras entrevistadas aseguran desconocer, no son propios de la junta directiva presidida por Fernando del Arco. La escritora. Soledad Pu¨¦rtolas fue reclutada junto a su compa?era de letras Lourdes Ortiz para integrar una lista hace casi diez a?os y sali¨® tan escarmentada que no ha vuelto a ir. "Ya ni siquiera s¨¦ si soy socia o no. He perdido todo v¨ªnculo con el Ateneo, pese a que antes iba mucho a estudiar", dice. Para Pu¨¦rtolas, que vive en Pozuelo, uno de los inconvenientes es la ubicaci¨®n del Ateneo. Es imposible aparcar en un sitio pr¨®ximo a sus puertas. El arquitecto Fernando Chueca Goit¨ªa, creador del proyecto de finalizaci¨®n de la catedral de la Almudena, tambi¨¦n vivi¨® de cerca ? las peleas de poder que han rodeado al Ateneo en su ¨²ltima etapa democr¨¢tica. "Siempre hay una minor¨ªa enredadora que causa verdaderos infiernos. Yo pas¨¦ por ese calvario como presidente. Me, entristece que la gente s¨®lo vaya a producir conflictos, porque est¨¢n destruyendo al Ateneo", comenta. Chueca Goit¨ªa fue presidente del Ateneo en la primera gesti¨®n democr¨¢tica despu¨¦s de Franco. El arquitecto se queja de que la n¨®mina actual de socios "es muy triste".

El economista Fuentes Quintana, pese a su pesimismo, piensa que la gran salida para el Ateneo es convertirse en la mejor biblioteca de Madrid, "pero ni siquiera est¨¢ informatizada. Habr¨ªa que meter mucho dinero para actualizarla", calcula. Sin' embargo, se niega a dos cosas: a dejar que el Ateneo se muera y a darse de baja. "Seguir¨¦ pagando las cuotas, pues le estoy agradecido: mi renta deriva de lo que all¨ª aprend¨ª".