Hospital Doce de Octubre, oncolog¨ªa

Despu¨¦s de cerca de tres a?os de tratamiento oncol¨®gico en el hospital Doce de Octubre, creo tener conocimientos para dar al-Pasa a la p¨¢gina siguiente

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gunas opiniones sobre dicho servicio. "El tener un c¨¢ncer es algo terror¨ªfico y definitivo". As¨ª pensaba yo, y creo que sigue pens¨¢ndolo mucha gente. Si, adem¨¢s, te operan, te dan quimioterapia y dos a?os despu¨¦s el c¨¢ncer se reproduce, todo se hace m¨¢s insoportable y angustioso. Cuando luego te dicen que te van a hacer un trasplante de m¨¦dula, algo que suena a sofisticado -"eso que se hace la gente famosa en Am¨¦rica"-_, y te avisan, como as¨ª es, de que es un tratamiento muy duro, el destino parece haberse conjurado para hacerte sufrir.

Pues bien, las cosas no son tan horribles cuando una est¨¢ en manos de un equipo m¨¦dico y de un servicio de la categor¨ªa cient¨ªfica y humana del Doce de Octubre.

Como profesional de la ciencia, aunque no m¨¦dica, y por la informaci¨®n que he tenido de este grupo a trav¨¦s de profesionales nacionales y extranjeros, creo poder decir que su nivel es comparable al de cualquier equipo puntero, como claramente lo demuestran sus resultados cl¨ªnicos y cient¨ªficos. Pero sobre todo en lo que creo que son dif¨ªcilmente superables es en la calidad humana. Los diversos doctores del equipo que me han ido tratando durante estos largos a?os han conseguido animarme y luchar conmigo d¨ªa a d¨ªa, para hacerme llegar a donde estoy.

Busco las palabras y no las encuentro, para expresar lo que siento por el conjunto de enfermeros y auxiliares del equipo de trasplante de m¨¦dula: cari?o, ternura, atenci¨®n constante, sonrisa, calor humano; sin ellas y ellos aquello habr¨ªa sido un infierno. No quiero olvidar al mismo personal de quimioterapia, siempre con una sonrisa, una frase de ¨¢nimo y bromas con todo el mundo, ?de d¨®nde sacan la fuerza?

Mi padre dec¨ªa: "Los impuestos hay que pagarlos siempre, con cualquier Gobierno y aunque a veces no nos guste todo lo que se haga con ellos". Pues bien, me siento orgullosa de haber pagado mis impuestos toda mi vida, de poder seguir haci¨¦ndolo y de que con ellos se financien servicios coino el de oncolog¨ªa del hospital Doce de Octubre.- Amparo Ramos Ruiz.