Los aliados de Berlusconi quieren enmendar la ley que elimina la prisi¨®n preventiva para los corruptos

Silvio Berlusconi, el primer ministro italiano, expres¨® ayer su "pleno apoyo" al decreto-ley de su Gobierno por el que se suprime la prisi¨®n preventiva para los invest¨ªgados por delitos' de corrupci¨®n y concusi¨®n, al tiempo que dio a entender que no est¨¢ dispuesto a modificar su contenido. Esta posici¨®n le enfrenta objetivamente con sus aliados en el Gabinete. AlianzaNacional ha anunciado que presentar¨¢ una enmienda para que se pueda seguir encarcelando a los presuntos reos de los delitos citados, y en la misma direcci¨®n se mueve la Liga Norte.

El debate parlamentario para la ratificaci¨®n del decret¨® ley, previsto para finales de este mes, se presenta caliente. Algunos temen que sirva de ocasi¨®n para la ruptura de la mayor¨ªa en que se apoya el primer Gobierno de Berlusconi. El Parlamento dispone de un plazo m¨¢ximo de 60 d¨ªas para- aprobar o rechazar este texto legal.Giulano Ferrara, portavoz del Gobierno, dej¨® anoche claro en el informativo de Rettequatro, uno de los tres canales privados de Berlusconi, que "si el Gobierno es abofeteado y falta la solidaridad de la mayor¨ªa est¨¢ claro que [el. Gobierno] se va a casa". Ferrara explic¨® en otro momento el motivo del envite: "Sobre este decreto, el Gobierno ha comprometido su voluntad pol¨ªtica y su imagen". No parece pues que pueda haber marcha atr¨¢s.

Tampoco falta quien se muestra convencido de que Berlusconi ya ha decidido anticipar las elecciones al pr¨®ximo oto?o para romper el cerco, de inestabilidad al que le tiene sometido un aliado tan inc¨®modo pero imprescindible como la Liga de Umberto Bossi.

Pero lo m¨¢s probable es que la sangre no llegue al r¨ªo, y que entre los tres ejes de la mayor¨ªa se alcance alg¨²n tipo. de compromiso. La fuerte reacci¨®n de la oposici¨®n, de gran parte de la prensa y de la calle frente al decreto aprobado el mi¨¦rcoles por el Gobierno deja, sin embargo, poco margen de maniobra. El Partido Democr¨¢tico de la Izquierda ha inundado el pa¨ªs de carteles' en los que anuncia una acci¨®n parlamentaria bajo el t¨ªtulo: "?Manos Limpias o Manos Atadas?".

En su agitada conferencia de prensa de ayer, durante la que el presidente del Gobierno tach¨® de agitprop a una periodista de Il Manifesto y se neg¨® a admitir preguntas porque le urg¨ªa salir de viaje a Bruselas para participar en el Consejo Europeo, Berlusconi comenz¨® por defender el decreto como "una garant¨ªa para todos, sobre todo para los m¨¢s d¨¦biles".

Pero termin¨® por justificarlo como una necesidad para parar los pies a jueces ansiosos de protagonismo, seg¨²n ¨¦l, y para impedir que Italia "se transforme en un Estado policiaco".

Con la antigua normativa, una persona sin antecedentes corr¨ªa el riesgo de "compartir una celda con un delincuente habitual o con un mafioso, sufriendo un trauma dificil de borrar asegur¨®. Luego, alab¨® la acci¨®n pasada de los magistrados de Manos Limpias, pero anunci¨® que ha llegado la hora de mirar al futuro, y advirti¨®:

Algunos fiscales se han convertido en estrellas, y se desilusionan s? no salen todos los d¨ªas en televisi¨®n. ?Y hay cosa m¨¢s f¨¢cil para salir en televisi¨®n que adoptar una medida de priva ci¨®n de libertad contra este o aquel personaje.

Arresto domiciliario

El decreto se limita a sustituir la prisi¨®n preventiva por el arresto domiciliario, "que no deja de ser una detenci¨®n", dijo Berlusconi, quien concluy¨®: "Hay que devolver la prisi¨®n preventiva a su ¨¢mbito natural, que es el de la excepcionalidad".

El juez instructor de los procesos de Manos Limpias en Mil¨¢n, Italo Ghitti, estima, en cambio , que el nuevo decreto "limita gravemente la capacidad de los magistrados para intervenir frente a los delitos", mientras el fiscal jefe milan¨¦s, Saverio Borreli, insiste en criticar el decreto porque, al excluir la prisi¨®n preventiva para ciertos delitos, introduce una "disparidad de tratamiento entre situaciones que, seg¨²n, la moral com¨²n y la valoraci¨®n del mismo legislador a trav¨¦s de la fijaci¨®n de la pena, deber¨ªan tener tratamientos an¨¢logos".