Producto de una encrucijada pol¨ªtica
El primer ministro de Luxemburgo, Jacques Santer, es considerado como un buen t¨¢ctico
La raza de los pol¨ªticos luxemburgueses es realmente especial. El gran ducado no tiene universidad. Sus j¨®venes se forman en Francia, en B¨¦lgica o en Alemania. Jacques Santer, por ejemplo, tiene una formaci¨®n jur¨ªdica adquirida en Par¨ªs y en Estrasburgo. Como todos sus paisanos, es un excelente pol¨ªgloto, producto de la encrucijada pol¨ªtica y ling¨¹¨ªstica donde ha nacido. Su lengua materna es el letzeb¨¹rger, un dialecto alem¨¢n trufado de palabras francesas. El alem¨¢n y el franc¨¦s son lenguas oficiales habladas por todos los ciudadanos. El ingl¨¦s es la lengua de los negocios y de la pol¨ªtica internacional, por lo que Santer lo habla con gran soltura.Cuatro lenguas como m¨ªnimo es el bagaje de partida de los pol¨ªticos luxemburgueses. El tama?o de su pa¨ªs es inferior a una autonom¨ªa espa?ola o a un land alem¨¢n y es como una gran ciudad espa?ola de provincias, Valladolid, La Coru?a o Alicante. De ah¨ª el contraste tan vivo entre la enorme proyecci¨®n internacional que proporciona el contar con un Estado que es miembro de la Uni¨®n Europea y la realidad de la apacible vida pol¨ªtica luxemburguesa. Santer, sin ir m¨¢s lejos, ha asistido a 22 cumbres europeas y ha presidido personalmente la Comunidad Europea en dos ocasiones, una de ellas durante la guerra del Golfo.
Lleva 10 a?os de primer ministro y, a pesar de ello, no es ni el pol¨ªtico m¨¢s popular ni, en el fondo, el m¨¢s poderoso. Jacques Poos, el socialista ministro de Exteriores, y Jean-Claude Juncker, el ministro democristiano de Econom¨ªa y Finanzas y su presumible sucesor a la cabeza del Gobierno, cuentan con mayor peso espec¨ªfico e incluso m¨¢s influencia. Santer se ocupa, junto a la cartera de primer ministro, del Tesoro y de los Asuntos Culturales. Su tarea es as¨ª m¨¢s de pasteleo y componenda pol¨ªtica y parlamentaria que de aut¨¦ntica gobernaci¨®n. Parte importante de su tarea como primer ministro es la relaci¨®n con la Corona granducal, estrechamente identificada con la independencia y soberan¨ªa luxemburguesas. "Santer no tiene muchos admiradores, pero tampoco enemigos", comentan sus paisanos.
No se le considera como un buen conocedor de los temas ni un estudioso de los informes, sino m¨¢s bien como un buen t¨¢ctico, h¨¢bil en el regate corto. Su imagen atildada y planchada, siempre sonriente, responde perfectamente a la amabilidad de la vida pol¨ªtica luxemburguesa y a la escasa entidad de este primer ministro. Se dir¨ªa que es una especie de gnomo de la pol¨ªtica, salido del feliz pa¨ªs de la cuca?a.
Sin embargo, el microestado que es Luxemburgo, con sus 400.000 habitantes y la mayor renta de Europa, cuenta con dos sectores econ¨®micos de gran dinamismo, como son la banca y la radiotelevisi¨®n. Se halla en claro retroceso el sector que proporcion¨® los mayores d¨ªas de gloria y vitalidad al peque?o gran ducado: el carb¨®n y el acero. Avanzan de forma espectacular los negocios financieros basados en la fiscalidad cero para el ahorro extranjero y en el secreto bancario. Y tambi¨¦n la radiotelevisi¨®n: una de sus m¨¢s importantes sociedades es la Compa?¨ªa Luxemburguesa de Televisi¨®n.
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