El d¨®lar aguanta ante la perspectiva de nuevas subidas de tipos de inter¨¦s en Estados Unidos
Contra viento y marea, y tras un peque?o revolc¨®n, el d¨®lar cerr¨® la semana a unos niveles similares a los que precedieron a la cumbre del G-7 celebrada los pasados 8 y 9 de julio en N¨¢poles. Y ello pese a que los siete pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo se negaron a coordinar una acci¨®n de apoyo a la divisa estadounidense, tal y como exig¨ªa el mercado para evitar su ca¨ªda. Varios datos publicados la semana pasada en EE UU, que revelan una fuerte creaci¨®n de empleo, un ligero avance de los precios y un vigoroso crecimiento de la producci¨®n industrial, han situado de nuevo a los mercados en un comp¨¢s de espera ante la posibilidad de que la Reserva Federal suba los tipos. Mientras, Washington y Bonn lanzan mensajes a favor de un d¨®lar fuerte.
No se cumplieron los presagios de los agoreros. Es cierto que el d¨®lar cay¨® bruscamente despu¨¦s de la negativa del G-7 a incluir la menor referencia sobre la debilidad de la moneda estadounidense en el comunicado final de la cumbre, pero el descenso dur¨® poco. En la reuni¨®n de los l¨ªderes de los pa¨ªses m¨¢s industrializados s¨®lo se oyeron mensajes tranquilizadores y llamadas a la sensatez de los mercados: "Los fundamentos de la econom¨ªa estadounidense son sanos y los especuladores se equivocan al castigar al d¨®lar". Los especuladores, por su parte, no modificaron sus criterios y continuaron aplicando la luz verde en la venta de d¨®lares. Pero su voracidad les ha durado poco. La falta de una intervenci¨®n de los bancos centrales que les oriente en sus ataques -marc¨¢ndoles el nivel en el que se dispondr¨ªan a comprar todo- ha sido el mejor revulsivo para frenar la especulaci¨®n.
Tocar suelo
Muchos analistas han llegado a la conclusi¨®n, tras el movimiento de ida y vuelta del d¨®lar en la semana pasada, que el billete verde est¨¢ en su suelo t¨¦cnico, tras haberse situado en los niveles hist¨®ricamente m¨¢s bajos con respecto al yen y muy d¨¦bil en relaci¨®n a las monedas europeas. Si se analizan los fundamentos de la econom¨ªa estadounidense, cabe preguntarse si no se habr¨¢ penalizado en exceso a la moneda estadounidense: la econom¨ªa crece a un ritmo moderado, la inflaci¨®n es del 2,5%, el d¨¦ficit p¨²blico se situar¨¢ en el 3,3% del producto interior bruto (PIB) y los tipos de inter¨¦s tender¨¢n al alza moderadamente. "Hay un cierto consenso, aunque con cautela, de que todo lo que pueda ocurrir a partir de ahora en EE UU favorecer¨¢ al d¨®lar", se?ala Emilio Ontiveros, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Empresa.De hecho, los mercados s¨®lo se atrevieron con sus movimientos especulativos a rozar moment¨¢neamente los m¨ªnimos que se auguraban a la divisa estadounidense: 125 pesetas, 1,50 marcos y 95 yenes. El d¨®lar reaccion¨® y cerr¨® la semana a 128,50 pesetas, 1,55 marcos y 98 yenes.
Los comentarios del secretario del Tesoro estadounidense, Lloyd Bentsen, y del presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, claramente a favor de un d¨®lar m¨¢s apreciado, tambi¨¦n han puesto en guardia a los mercados. Bentsen afirm¨® que el Tesoro colaborar¨¢ estrechamente con la Reserva Federal, banco central de Estados Unidos, para tratar de mantener un crecimiento estable, contener la inflaci¨®n y tener una divisa fuerte. Tietmeyer fue incluso m¨¢s contundente al afirmar que un d¨®lar excesivamente bajo perjudicar¨ªa a todos los pa¨ªses y que la estabilidad de la divisa ser¨ªa muy conveniente para la econom¨ªa mundial.
El distanciamiento del mercado de deuda europeo de los avatares del d¨®lar es tambi¨¦n un elemento favorable. Los activos p¨²blicos europeos han iniciado la senda de la recuperaci¨®n tras seis meses de padecer una imparable ca¨ªda en sus precios, lo que a su vez hab¨ªa situado los tipos a largo plazo en unas tasas tan altas que amenazaban la propia recuperaci¨®n. Espa?a, gracias a la ca¨ªda del IPC en junio (4,7%), un presupuesto moderado para 1995 y el renovado compromiso del Gobierno con la convergencia, se ha beneficiado m¨¢s que otros mercados de la recuperaci¨®n.
En este entorno algo m¨¢s optimista, el mercado parece esperar una se?al de la Reserva Federal que le permita olvidarse del potencial bajista que a¨²n pesa sobre el d¨®lar. Varios datos publicados la semana pasada -la creaci¨®n de 379.000 empleos en junio, muy por encima de los esperado, un ligero avance en los precios industriales y el aumento de la producci¨®n industrial en un 0,5% en el junio (frente al 0,3% vaticinado)-, han llevado a los expertos a pensar que es inminente una nueva subida de los tipos en EE UU, la quinta en lo que va de a?o.
"S¨®lo con los datos del empleo, la Reserva Federal ten¨ªa que haber aumentado sus tipos, pero la coincidencia con la celebraci¨®n del G-7 y la debacle del d¨®lar le impidi¨® tomar una medida que se hubiera interpretado s¨®lo como una acci¨®n de defensa cambiar¨ªa", opina Enrique S¨¢nchez del Villar, de Analistas Financieros Internacionales. Pero esta semana podr¨ªa producirse esta nueva subida, que ser¨ªa bien recibida por los mercados al interpretar que la autoridad monetaria de EE UU est¨¢ cumpliendo su objetivo primordial: anticiparse a futuras presiones inflacionistas.
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