Nuevas llamas
NO HAN pasado a¨²n 15 d¨ªas desde la semana tr¨¢gica de incendios que cost¨® la vida a 21 espa?oles y adecenas de miles de hect¨¢reas de bosque, y las llamas vuelven a ser tr¨¢gica noticia. En Arag¨®n y Navarra, en Catalu?a y la costa levantina en general los incendios devastan de nuevo nuestro territorio y los esfuerzos de equipos de bomberos, Protecci¨®n Civil, voluntarios y unidades del Ej¨¦rcito parecen impotentes ante el fuego.Mucho se ha dicho sobre las causas desde que el mes de julio se iniciara con la mayor cadena de incendios que ha conocido este pa¨ªs en mucho tiempo. Las temperaturas extremas, los niveles ¨ªnfimos de humedad en esta ¨¦poca del a?o y las tormentas secas son algunos de los factores que hacen de nuestros bosques -en unos a?os m¨¢s que en otros, pero siempre durante los veranos- una yesca. El incendio m¨¢s grave de ayer hab¨ªa sido al parecer provocado por un rayo. Contaba con un frente de fuego de cerca de 40 kil¨®metros y amenazaba al cierre de esta edici¨®n a la poblaci¨®n hist¨®rica de Sos del Rey Cat¨®lico.
Ante estas condiciones s¨®lo cabe mayor prevenci¨®n y mayor organizaci¨®n para una lucha efectiva y r¨¢pida contra las llamas. La falta de un cuidado regular de la masa forestal espa?ola -el olvido de la limpieza de la misma y la ausencia de ayuda y fomento en esta labor por parte de las diferentes administraciones- juega un papel muy destacado. Las frecuentes lluvias de esta primavera hicieron crecer mucho la yerba y la maleza que, ahora secas, hacen avanzar el fuego con especial rapidez. La falta o el abandono de caminos, pistas forestales y cortafuegos agrava la situaci¨®n. Otros factores econ¨®micos, como la ca¨ªda de los precios de la madera y la decadencia de la industria papelera espa?ola, que han desincentivado la explotaci¨®n y el cuidado de la masa forestal, tambi¨¦n han tenido su efecto en hacer a¨²n m¨¢s vulnerables al fuego nuestros bosques.
Nada satisfactorias han sido las explicaciones del ministro de Agricultura, pero a¨²n estamos por o¨ªr algo coherente de los responsables de las comunidades aut¨®nomas, que tienen transferidas estas competencias. Decir que contamos con m¨¢s medios que otros no parece un argumento convincente cuando lo que est¨¢ claro es que hacemos frente a un peligro mucho mayor y as¨ª ser¨¢ siempre debido a nuestras condiciones geogr¨¢ficas y clim¨¢ticas.
Pero, aun conscientes de que siempre habr¨¢ en Espa?a incendios inevitables, conviene insistir en que la mayor¨ªa de los fuegos que est¨¢n asolando n uestro pa¨ªs son provocados por la negligencia y la irresponsabilidad de los seres. humanos. En un caso es la chispa de un trabajo de soldadura la causa y en tantos otros la hoguera mal apagada de una merienda campestre o el cigarrillo lanzado desde un veh¨ªculo en marcha. Es posible que haya que realizar una soldadura en julio en un paraje de alto riesgo, pero habr¨¢ que tomar las medidas de prevenci¨®n antes del trabajo para no convertir ¨¦ste en poco menos que un seguro atentado contra el bosque.
Y ya va siendo hora de que los ciudadanos que quieran gozar del campo durante el fin de semana -periodo que m¨¢s incendios genera estad¨ªsticamente- sepan renunciar al fuego en el bosque o campo abierto. La paella, en el restaurante o en casa. Y tambi¨¦n es tiempo de que los fumadores adquieran conciencia de que fumar en el bosque es en las actuales condiciones tan peligroso o m¨¢s que hacerlo repostando gasolina o en un almac¨¦n de gas. Y los divertidos festejantes de tanto santo patr¨®n o romer¨ªa deber¨ªan saber que los cohetes de fuegos artificiales equivalen a bombas incendiarias. Y el que tira una colilla desde el coche tiene que saber que su negligencia criminal es equiparable a la de conducir borracho. Con estas condiciones clim¨¢ticas y el campo en su actual situaci¨®n, Espa?a no necesita pir¨®manos, para arder. Le sobra con tantos incendiarios bienintencionados que despu¨¦s se horrorizan viendo en televisi¨®n c¨®mo las llamas devoran nuestros bosques.
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