Tras Indur¨¢in y sus 'Teloneros', el vac¨ªo

La cima del Mont Ventoux confirm¨® la sentencia que dictaron los Pirineos: en el Tour no hay m¨¢s actores que Indur¨¢in y el tr¨ªo de franceses que act¨²an de teloneros en cada etapa, m¨¢s Pantani y el aventurero de turno. Tras este corto plantel, no queda nadie, viene el vac¨ªo. La carrera entra hoy en los Alpes y encadena en los siguiente d¨ªas cumbres m¨ªticas del ciclismo. Lo de ayer no fue m¨¢s que el pr¨®logo.Al escenario donde se havivido la mayor tragedia del Tour no se atrevi¨® a subir m¨¢s que un gladiador, el imponente Eros Poli, de 1,96 metros de estatura. Fue el ¨²nico que acept¨® el desaf¨ªo del Mont Ventoux; mientras los dem¨¢s se refugiaban en un pelot¨®n acobardado que rodaba a menos de 30 kil¨®metros por hora, ¨¦l se fue en busca de esos 22 kil¨®metros de carretera cuesta arriba, donde un ciclista, Tom Simpson, muri¨® colapsado en el Tour-67.

Casi media hora, de ventaja concedi¨® el pelot¨®n a Poli (a 1 h 22m 21s del l¨ªder) en los 120 kil¨®metros que dur¨® su aproximaci¨®n en solitario hacia las laderas del Mont Ventoux. No hubo m¨¢s valientes; ni siquiera entre aquellos que, examinando lo que se avecina, tendr¨ªan que mantener intactas las esperanzas de ganar el Tour. Pero no intentaron vencer a Indur¨¢in en el Mont Ventoux, ni siquiera recortar la diferencia en cinco minutos, o en uno tan s¨®lo. Est¨¢n entregados a su superioridad.

Tal es as¨ª que dejaron en manos del equipo del l¨ªder que marcara el ritmo. Seis banestos delante, Indur¨¢in a continuaci¨®n y dos banestos m¨¢s cerrando la escolta expresaron el dominio absoluto del l¨ªder en la carrera. Hasta que les toc¨® salir a escena a los teloneros, subiendo ya Mont Ventoux. Pantani que se va, Leblanc que le acompa?a, porque s¨®lo le saca tres minutos y medio en la general, y ya est¨¢ en marcha la ri?a diaria por ver qui¨¦nes acompa?ar¨¢n a Indur¨¢in en el podio.

Los escarceos diezmaron el pelot¨®n; tambi¨¦n, la subida sin un metro de descanso y con tres rampas al 14%. Indur¨¢in tuvo que tirar de De las Cuevas, Conti, Virenque, Lino y Leblanc, que m¨¢s tarde se les uni¨® para intentar, entre todos, coger a Pantani. El l¨ªder puso firme al grupo. Resulta que tiraba ¨¦l s¨®lo cuando Pantani (a 11.55 minutos en la general) le daba igual, mientras los tres corredores del Festina iban a remolque y eran los m¨¢s interesados en que el escapado no se distanciara, pues Virenque y Leblanc defend¨ªan una ventaja de 3.59 y 3.20 minutos, respectivamente. Inmediatamente, los afectados tomaron el relevo.

No fue el ¨²nico detalle de Indur¨¢in en la etapa. Llegando a la meta quiso escaparse del grupo Conti, que no hab¨ªa dado ni un s¨®lo relevo en toda la ascensi¨®n. Indur¨¢in se puso de pie sobre la bicicleta y sali¨® disparado tras ¨¦l. En dos segundos le alcanz¨®, se puso al lado y le fulmin¨® con la mirada. Conti, sumiso, fren¨® y acept¨® el reproche.

Un l¨ªder que ejerce tal autoridad es intocable. Y as¨ª se acepta por los rivales, est¨¦ por delante el Mont Ventoux o el mism¨ªsimo diablo, en cuya cima debe vivir por el aspecto tan desolador y desconcertante de la cumbre. Nadie atac¨® a Indur¨¢in, porque la referencia continua de Pantani es el tr¨ªo de franceses y la traves¨ªa de Poli por el pedregoso desierto de la cima no ten¨ªa m¨¢s objetivo que vencer el reto con la gloria. Sus 25 minutos de ventaja se convirtieron en cinco, que ya mantuvo hasta la meta. Detr¨¢s, nada cambi¨®. Pantani desisti¨®, el grupo se tranquiliz¨® y por detr¨¢s conectaron algunos corredores que se hab¨ªan quedado en las faldas del Mont Ventoux. As¨ª que despu¨¦s de hora y cuarto de ascensi¨®n, tan temida monta?a no sirvi¨® para alterar en un solo segundo la clasificaci¨®n general en sus seis primeros puestos.

Ech¨¢varri, director principal del Banesto, manifest¨® tras la etapa que la situaci¨®n era mucho m¨¢s clara, tras haber superado una "cima psicol¨®gica". Indur¨¢in, que en el Tour-87, en el que se hab¨ªa subido por ¨²ltima vez el Mont Ventoux, en una cronoescalada, perdi¨® 15.48 minutos con Bernard, el vencedor, super¨® un momento delicado en el descenso, cuando derrap¨® en una curva y le dio tiempo a apoyar el pie en el suelo para mantener el equilibrio y no salir despedido a la cuneta, donde comenzaba un terrapl¨¦n.