Los cient¨ªficos tardar¨¢n meses en analizar los datos del 'cometazo' contra J¨²piter
Ayer concluy¨® un fen¨®meno jam¨¢s visto antes y m¨¢s espectacular de lo esperado
El cometa, Shoemaker-Levy 9 ha dejado de existir. Su suicidio ha durado seis d¨ªas y termin¨® ayer, a las 10.12 hora peninsular espa?ola, cuando explot¨® contra J¨²piter el ¨²ltimo de los 21 fragmentos que lo formaba. J¨²piter tiene ahora un rastro de la r¨¢faga de impactos con una docena de nuevas marcas muy destacadas en su atm¨®sfera, y los astr¨®nomos tienen ingentes cantidades de datos, que tardar¨¢n meses en analizar,, para explicar un fen¨®meno que nunca antes hab¨ªan presenciado. "Ha sido mucho m¨¢s espectacular de lo esperado" dec¨ªa ayer la experta en planetas Ren¨¦e Brang¨¦.
"Hemos sido testigos de un fen¨®meno que, a lo mejor, se produce una vez en centenares de a?os y tenemos el cometido hist¨®rico de documentar perfectamente todo lo que ha pasado", dec¨ªa ayer Jos¨¦ Juan L¨®pez, del Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa, tras una semana de poqu¨ªsimas horas de sue?o y muchas ante los ordenadores conectados a los telescopios.Ahora los astr¨®nomos, que coinciden en se?alar que el choque del cometa contra J¨²piter ha sido mucho m¨¢s violento de lo que esperaban, tienen trabajo por delante para analizar todos los datos tomados desde observatorios diferentes y contrastar las hip¨®tesis preliminares. Adem¨¢s, vigilar¨¢n la evoluci¨®n de los impactos en J¨²piter y recibir¨¢n la informaci¨®n de las naves espaciales Voyager y Galileo que ha n registrado el fen¨®meno desde distintas perspectivas y distancias.
La explosi¨®n del ¨²ltimo fragmento. del cometa, el W, se vi¨® perfectamente desde Australia. "Era un trozo grande y creemos que ha entrado pro fundamente en la atm¨®sfera de J¨²piter'', declar¨® Peter MacGregor, del observatorio de Siding Spring. Este bloque cerraba un grupo de cuatro b¨®lidos en la cola del tren cometario.
Ahora, lluvia de polvo
A partir de ahora, y hasta finales de agosto o septiempre, seguir¨¢ lloviendo polvo del cometa sobre J¨²piter. All¨ª se aprecian ahora las marcas, una docena, que han dejado las grandes explosiones, algunas sobre impactos precedentes. "No sabemos cu¨¢nto tiempo permanecer¨¢n, depende de la qu¨ªmica y de la meteorolog¨ªa joviana" comenta Brang¨¦, desde el observatorio, en Villafranca del Castillo (Madrid), del telescopio ultravioleta en Orbita IUE.
Con este instrumento se han medido, por ejemplo, efectos tan inesperados como alt¨ªsimas temperaturas, de hasta 50.000 grados cent¨ªgrados, en las explosiones de fragmentos grandes. Pero J¨²piter no se ha enterado del bombardeo sufrido durante una semana, dicen los astr¨®nomos, que no han apreciado variaciones en el planeta fuera de la franja situada a 45 grados de latitud sur en la que se han precipitado los b¨®lidos.
Si este ataque lo hubiera sufrido la Tierra, "habr¨ªa sido absolutamente... bueno, m¨¢s habr¨ªa valido no estar aqu¨ª", dice Mark Kidger, del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias. Afortunadamente, J¨²piter -con un volumen mil veces superior al terrestre- est¨¢ a una distancia de 700 millones de kil¨®metros.
Preguntas y respuestas
"Todas las observaciones cient¨ªficas de calidad aportan m¨¢s preguntas que respuestas", ha subrayado Eugene Shoemaker, codescubridor del cometa. Y las inc¨®gnitas ahora son tan significativas como para plantearse si era de verdad un cometa o un asteroide. "No hemos detectado ni una gota de agua", dice Wilhem Wamsteker, del IUE. Kidger explica que los cometas contienen mucha agua, y los asteroides, poca o ninguna.
Olivier Hainaut, del Observatorio Europeo Austral, en Chile, dec¨ªa ayer que el fen¨®meno ha despertado el entusiasmo de la comunidad cient¨ªfica internacional por su magnitud, y que se han vivido momentos de desconcierto y confusi¨®n. "Durante estos d¨ªas, parec¨ªa m¨¢s urgente la noticia que el contenido cient¨ªfico de la noticia" comenta L¨®pez. Y Kidger recuerda que los an¨¢lisis apresurados son muy peligrosos.
Este fen¨®meno ha vuelto a colocar en primer plano la importancia de la investigaci¨®n planetaria", dice Agust¨ªn S¨¢nchez Lavega, especialista que ha seguido el fen¨®meno desde el observatorio Pic-du-Midi (Francia). "El Sistema Solar es din¨¢mico y hay que prestarle atenci¨®n", advierte.
Los resultados del 'marcador'
En el primer resumen del cometazo, los astr¨®nomos consideran que el horario de los impactos se ha ajustado muy bien a sus previsiones, con desviaciones de pocos minutos. Sin embargo, han tenido problemas en la identificaci¨®n de algunas manchas producidas por las explosiones y en la estimaci¨®n previa del tama?o de los fragmentos. Se han verificado los 21 impactos calculados y han sido diferentes: en los m¨¢s energ¨¦ticos, como los de los trozos G, L, S, han podido estar implicados grandes bloques de material rocoso, explica el astr¨®nomo Agust¨ªn S¨¢nchez Lavega. En la secuencia de cada una de - las mayores explosiones se han identificado, con c¨¢maras de infrarrojo, tres fases: primero, la entrada de cada b¨®lido en la atm¨®sfera de J¨²piter, que ha producido un fogonazo de unos 30 segundos por incandescencia del material cometario. Este mecanismo es similar, aunque mucho m¨¢s intenso, al que enciende las estrellas fugaces en la atm¨®sfera terrestre cuando entran meteoritos.
En la segunda fase se verifica un destello, de uno o dos minutos, con intensidad un mill¨®n de veces mayor que el primero, debido a la onda de choque de la explosi¨®n del fragmento en la capa de nubes. Por ¨²ltimo, unos seis minutos despu¨¦s, llega la bola colosal de fuego que, seg¨²n estimaciones preliminares, alcanza una intensidad cien millones de veces superior al primer destello y va decayendo lentamente. La mancha negra en las nubes jovianas es el resultado del impacto.
Sin embargo, los fragmentos m¨¢s peque?os -como el primero (A)-, pulverizados o gaseosos, han estallado seguramente en la alta atm¨®sfera y los fogonazos han sido mucho menos intensos, sin apreciarse las etapas diferenciadas.
Las manchas que han quedado en J¨²piter son muy oscuras, probablemente formadas por una mezcla de material cometario con compuestos de la atm¨®sfera del planeta, como parece indicar la presencia de azufre que ha detectado el telescopio Hubble. Los vientos han empezado a desgajar algunas de las marcas, pero pueden perdurar varias semanas.
. La profundidad de los fragmentos m¨¢s grandes podr¨ªa aproximarse a los 200 kil¨®metros bajo de la capa nubosa alta de J¨²piter. Est¨¢ por determinar el tama?o de los trozos, pero los grandes podr¨ªan tener un di¨¢metro de entre un kil¨®metro y cuatro, estima la especialista Ren¨¦e Brang¨¦.
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